Kragh-Jacobsen y Chris Marker traen nuevas incursiones en la memoria hist¨®rica
Vanguardismo trist¨®n de Raoul Ruiz y Kira Muratova
El dan¨¦s Soren Kragh-Jacobsen, con La isla de la calle del p¨¢jaro, en concurso, y fuera de programa, el documentalista Chris Marker, con Level 5, elevan ya a 12 las incursiones de esta Berlinale en la memoria hist¨®rica, en las viejas ra¨ªces de lo que nos ocurre hoy. Esto es m¨¢s que un azar o que un ama?o de los programadores del festival. Est¨¢ ocurriendo aqu¨ª y fuera de aqu¨ª, pues la batalla del cine contra el olvido es ya un rasgo de la respuesta del arte actual a la agresi¨®n de la realidad que se avecina. Sin embargo, el franc¨¦s Raoul Ruiz, con Genealog¨ªas de un crimen, y la ucrania Kira Muratova, con Tres historias, prefieren seguir en sus limbos posmodemos.
ENVIADO ESPECIAL
La isla de la calle del p¨¢jaro es una emotiva transposici¨®n l¨ªrica del mito por excelencia del esp¨ªritu de la supervivencia, que es Robinson Crusoe, a uno de los m¨¢s espantosos escenarios de muerte organizados por los .hombres: el gueto de Varsovia durante los ¨²ltimos meses de su aplastamiento por el ej¨¦rcito nazi.En La lista de Schindler, Steven Spielberg recompuso en brillantes.r¨¢fagas algunas de las tretas de supervivencias que aprendieron los ni?os (sus peque?os cuerpos les permit¨ªan escurrirse, por inconcebibles rendijas) en el gueto de Cracovia, m¨¢s peque?o y sin el hacinamiento de proporciones inimaginables que alcanz¨® la encerrona en el barrio jud¨ªo de la capital polaca.
Ahora La isla de la calle del p¨¢jaro dedica sus dos minuciosas horas de buen cine a la peripecia de uno de los ocho o diez obstinados y astutos ni?os que, cuando en 1944 fueron abatidos los muros y cortadas las alambradas de la encerrona genocida -en la que en dos a?os perecieron por hambre y muerte violenta centenares de miles d¨¦ personas-, emergieron vivos de sus escondrijos bajo los escombros. El ingenio, el tes¨®n y las ganas de vivir que escond¨ªa el fam¨¦lico rostro de uno de ellos, llamado Alex, es la cantera argumental de esta pel¨ªcula, que levanta la tapadera de un estercolero contempor¨¢neo que hay quienes se empe?an en olvidar y quienes responden a este empe?o con un pu?etazo de evidencias.
En distinto registro estil¨ªstico, pero en convergencia moral, se sit¨²a el filme experimental de Chris Marker Level 5. Este veterano conjugador de entretejidos de documento cl¨¢sico e innovaciones t¨¦cnicas audiovisuales propone esta vez, mediante una encuesta y un procesamiento de im¨¢genes llevado a cabo por un sistema de intercomunicaci¨®n visual (para entendemos, una especie de Internet), la recomposici¨®n del complej¨ªsimo laberinto de la crucial batalla de Okinawa, terrible matanza donde se decidi¨® el curso de la batalla del Pac¨ªfico entre Estados Unidos y Jap¨®n en la II Guerra Mundial.
Y, de vuelta a la ficci¨®n pura (y dura), ah¨ª queda Genealog¨ªas de un crimen, pel¨ªcula que se autopiropea como thriller psicol¨®gico (calificaci¨®n demasiado rotunda para un juego lleno de indecisiones de estilo) del que es culpable el chileno-franc¨¦s Raoul Ruiz, y del que este cronista se autopermiti¨® no ver el final, ya que aun vi¨¦ndolo no hab¨ªa entendido el principio. Ruiz ha hecho ya (nadie sabe c¨®mo y algunos no sabemos por qu¨¦) 43 pel¨ªculas, pero s¨®lo en la 41, Tres vidas y una sola muerte, ha probado el favor del ¨¦xito.
Oportunista
Parece que tal favor le ha agradado y se ha decidido a paladearlo, d¨¢ndonos una aut¨¦ntica paliza de doble juego a dos barajas: una de luz y otra de sombra, una de inteligibilidad y otra de galimat¨ªas, una de seriedad y otra de humor, es decir: una de cal y otra de arena, que es el primer ung¨¹ento m¨¢gico del oportunista.Ruiz quiere mantener boquiabiertos a sus 12 o 13 incondicionales, pero -apoyado sin rubor en Catherine Deneuve, que est¨¢ en su mejor momento como mujer y como actriz, y ella sola crea grandes audiencias- busca la manera de compaginar el tono vanguardista y el rito eclesi¨¢stico que le pide su exigua parroquia con las tragaderas del hombre com¨²n. Y as¨ª quiere matar Ruiz dos p¨¢jaros de un tiro, que es el segundo ung¨¹ento m¨¢gico del oportunista. Este, y otros cronistas apuestan a que la p¨®cima le funciona y el lunes que viene se lleva un premio.
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