Chirac cede ante la presi¨®n popular y modifica la ley sobre inmigraci¨®n
El Gobierno franc¨¦s no pudo soportar la presi¨®n de la calle. El conflictivo Art¨ªculo 1 del proyecto de ley sobre inmigraci¨®n cay¨® ayer en la papelera de la Asamblea Nacional, al presentarse una enmienda impulsada por el propio Gobierno. El ministro del Interior, Jean-Louis Debr¨¦, que hab¨ªa amenazado con dimitir si se alteraba una sola coma de su texto, qued¨® en una situaci¨®n embarazosa. Pero la oposici¨®n socialista, t¨ªmida al principio y envalentonada ahora por la reacci¨®n popular, consider¨®, "insuficiente" la enmienda y exigi¨® "la retirada pura y simple de todo el texto". Lo mismo hicieron las muchas organizaciones convocantes de una gran manifestaci¨®n para el s¨¢bado, que esperan una participaci¨®n masiva.Pierre Mazeaud, presidente de la Comisi¨®n de Leyes de la Asamblea Nacional y uno de los m¨¢s influyentes diputados gaullistas, fue el principal patrocinador de la enmienda edulcorante. Como primera raz¨®n para retirar el Art¨ªculo 1, Mazeaud explic¨® que si no lo hac¨ªa el Parlamento, lo har¨ªa m¨¢s tarde el Consejo Constitucional. El suprimido art¨ªculo dejaba en manos de los alcaldes la concesi¨®n de las "autorizaciones de alojamiento" (necesarias para atribuir visados a extranjeros) y, sobre todo obligaba a quien albergara a un extranjero a notificar a las autoridades de los movimientos de esa persona. Ese mismo mecanismo fue utilizado por el Gobierno filonazi de Vichy para controlar a los jud¨ªos.
Mazeaud reconoci¨® que era uno de los instrumentos esenciales de la pol¨ªtica de inmigraci¨®n. Cit¨® al alcalde ultraderechista de Tol¨®n, Jean-Marie, Le Chevallier, quien se niega a conceder una sola "autorizaci¨®n de alojamiento". La enmienda establece que ese control administrativo corresponder¨¢ al Estado, a trav¨¦s de las Prefecturas provinciales. Lo principal es la supresi¨®n de la "obligaci¨®n de delatar", el Punto que m¨¢s evocaba la ¨¦poca siniestra de Vichy y que hab¨ªa levantado una tormenta de protestas.
El Gobierno de Alain Jupp¨¦ se ha dejado muchas plumas en esta crisis, y ha mostrado sus divergencias internas. Jupp¨¦ nunca estuvo de acuerdo con el Art¨ªculo 1 del proyecto, y, de acuerdo con, el presidente Chirac, hizo que uno de sus asesores declarara el viernes en televisi¨®n que el texto ten¨ªa "un art¨ªculo de m¨¢s". El ministro del Interior, Debr¨¦, mont¨® en c¨®lera y telefone¨®, a Chirac, amenazando con dimitirsi se enmendaba su ley. El presidente cedi¨® ante Debr¨¦, y, al d¨ªa siguiente, Jupp¨¦ tuvo que afirmar, con un rostro crispado, que la ley le parec¨ªa "equilibrada".
La hija de Chirac
Pero el lunes, con el fin de las vacaciones de invierno y el retorno de los estudiantes a la universidad, se recrudeci¨® la protesta. La hija y principal asesora de Chirac, Claude, descubri¨® que casi todos sus amigos eran firmantes de manifiestos contra el proyecto e increment¨® la presi¨®n sobre el presidente. Chirae volvi¨® a ceder, esta vez definitivamente, y Debr¨¦ tuvo que declararse vencido. Ayer, el ministro del Interior se vio obligado a declarar que la enmienda le parec¨ªa muy bien.Los socialistas no participaron siquiera en el primer debate parlamentario sobre el proyecto, inmersos en su eterna "discusi¨®n interna" y a, la espera de una posici¨®n oficial sobre la inmigraci¨®n que aun deber¨ªa tardar varios meses. Pero ayer, envalentonados por la debilidad del Gobierno y por el movimiento de protesta iniciado por un grupo de intelectuales, los socialistas se declararon insatisfechos con la rectificaci¨®n y exigieron la retirada de todo el texto. Su portavoz, Fran?ois Hollande, dijo que a¨²n hab¨ªa disposiciones "inadmisibles", como la extensi¨®n de 24 a 48 horas del plazo de detenci¨®n aplicable a extranjeros en situaci¨®n irregular, y las dificultades a?adidas a los tr¨¢mites para obtener la residencia.
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