Sobre el reparto de trabajo
El grav¨ªsimo problema del paro en Espa?a se sostiene pol¨ªtica y socialmente gracias a los mecanismos del Estado del bienestar y, sobre todo, a la solidaridad familiar. Y aunque la incorporaci¨®n de nuevas generaciones al mercado de trabajo est¨¢ descendiendo por la' ca¨ªda de las tasas de fecundidad, en sentido contrario act¨²a la tasa de actividad espa?ola, bastante inferior a la media comunitaria, que, de igualarla, supondr¨ªa a?adir un mill¨®n m¨¢s de personas al mercado de trabajo. Luego el problema del paro continuar¨¢ siendo importante durante bastante tiempo si no cambiamos nuestras actitudes e instituciones en relaci¨®n al empleo y al trabajo.Por otra parte, las nuevas tecnolog¨ªas de la informatizaci¨®n y, la rob¨®tica generan m¨¢s riqueza con una, cada vez menor, aportaci¨®n de trabajo. La nueva organizaci¨®n industrial basada en la producci¨®n flexible, la mundializaci¨®n financiera y del mercado, con la excepci¨®n del de trabajo, que contin¨²a parcelado por las fronteras nacionales, nos obliga a reflexionar sobre el futuro del trabajo y del empleo, cubiertos a todo tipo de ideas. Carece de toda l¨®gica que, ante el crecimiento espectacular de la productividad y la destrucci¨®n e empleos, que genera esta nueva forma de producir, sigamos manteniendo las mismas horas de trabajo cuando se pueden reducir globalmente sin que merme la creaci¨®n de riqueza.
Adem¨¢s, si mientras m¨¢s avanzado est¨¢ tecnol¨®gicamente en pa¨ªs menos depende su creai¨®n de riqueza de la aportaci¨®n personal de trabajo, ?podr¨ªan las nuevas actividades crear el empleo que destruyen las antiguas modernizadas? La experiencia europea reciente da una respuesta negativa. Y hasta tanto consigui¨¦ramos invertir esa tendencia, cu¨¢nto tiempo llevar¨ªa absorber as bolsas de paro? ?Cu¨¢ntas generaciones sin empleo bastante habr¨ªa que sacrificar hasta que llegue la nueva tierra del pleno empleo prometida? Y si por el otro extremo sufrimos la creciente competencia de quienes componen al servicio de la competitividad internacional el recurso m¨¢s abundante y barato que tiene -la mano de obra-, ?qu¨¦ futuro nos aguarda?
Creo que hay que plantearse seriamente el reparto del trabajo, aunque es l¨®gico que si se trabaja menos habr¨¢ que cobrar menos. ?Estar¨ªa dispuesta la sociedad espa?ola a repartir el trabajo para que haya m¨¢s empleo? Si se analizan las cosas con rigor, a lo mejor todos, incluso los empleados que reduzcan su n¨®mina, saldr¨ªamos ganando.
Me explico. Lo fundamental no es la cifra de ingresos sino 4a renta disponible, que es bastante inferior dada la carga de los parados en el seno. familiar. Adem¨¢s hay una gran potencialidad de demanda insastisfecha. relacionada con el generalizado retardo en la emancipaci¨®n de los j¨®venes, que limita las posibilidades de ampliar actividades y. de, crear, empleo. C¨ªrculo vicioso que hay que romper.
Por ello pienso que muchos padres empleados estar¨ªan dispuestos a sacrificar parte de sus ingresos reduciendo su horario de trabajo si con ellos se, garantizara que sus hijos iban a encontrar un trabajo duradero. Hasta podr¨ªan aumentar su renta disponible. No hay que olvidar el riesgo social futuro derivado de una creciente riqueza que se distribuye cada vez de forma m¨¢s desigualitaria, estrechando el colch¨®n de las clases medias, cuyo creciente empobrecimiento debe ser motivo de preocupaci¨®n por las secuelas sociales que origina y por la propia construcci¨®n de la demanda interna. Precisamente, la mayor ¨¦poca de prosperidad occidental (1945-1975) se ciment¨® en el crecimiento de las clases medias y de sus niveles de renta real.
F¨®rmulas para repartir el trabajo se est¨¢n experimentando en muchos pa¨ªses con niveles de paro bastante inferiores a los nuestros, tales como a?os sab¨¢ticos, reducci¨®n de las jornadas de, trabajo y consiguiente creaci¨®n de nuevos turnos, etc¨¦tera. Incluso se ha constatado que la simple disminuci¨®n de la jornada laboral acrecienta la productividad, lo que unido al inferior coste salarial de los nuevos empleos implica una mayor ganancia para las empresas. L¨®gicamente habr¨ªa que- realizar ajustes en las cotizaciones para que hubiera proporcionalidad y los nuevos no gravaran m¨¢s el costo laboral en t¨¦rminos relativos. Ventajas adicionales se, obtendr¨ªan para Espa?a de una ampliaci¨®n de la demanda interna generada por la circulaci¨®n de est¨¢s nuevas rentas, ya que la elasticidad-renta de la demanda de estos nuevos empleados debe ser muy supe rior a la de los antiguos Por todo ello, ?no habr¨¢ que plantearse modificaciones en la legislaci¨®n para facilitar el repar to del trabajo? Algunos interrogantes que se me ocurren al respecto son; ?por que no se facilita o deja de penalizarse la dedicaci¨®n parcial a una ocupaci¨®n, por ejemplo en la Administra ci¨®n? Si la reducci¨®n del horario de.trabajo conllevara una i mino raci¨®n proporcional del suelo y se cubriera esa disminuci¨®n per sonal de trabajo con nuevos tra bajadores, no, s¨®lo aumentar¨ªa mos el empleo sino que posibilitar¨ªamos el que muchos emplea dos o funcionarios se pudieran plantear un abandono paulatino de su trabajo, paralelo al desarollo de nuevas actividades privadas creadoras de m¨¢s empleo, a las que encuentran posibilidades ciertas, pero no pueden abordar ante los grandes riesgos de las circunstancias econ¨®micas vigentes y la necesidad de renunciar por excedencia a unos ingresos imprescindibles. ?Se podr¨ªa estimular la compatibilidad y la reducci¨®n de la dedicaci¨®n en vez de primar la incompatibilidad? Es m¨¢s, ?no se podr¨ªan concebir f¨®rmulas de trabajo intermitente o multiactivo? ?Por qu¨¦ no se reforma la normativa para que las bajas por maternidad se extiendan durante. cuatro o cinco a?os para que madres o padres puedan llevar a cabo una completa y m¨¢s satisfactoria socializaci¨®n de los reci¨¦n nacidos, y despu¨¦s se produzca con normalidad la reincorporaci¨®n al anterior puesto de trabajo? La rotaci¨®n de quienes resulten afectados por esta situaci¨®n crear¨ªa bastantes empleos, adem¨¢s de incentivar posiblemente la natalidad, que empieza a hacer falta.?Es que los individuos no sabemos realizar m¨¢s que un tipo de trabajo? La posibilidad legal de la multiactividad por reducci¨®n de jornada o la intermitencia laboral, ?no dar¨ªa lugar a la aparici¨®n de nuevas actividades? ?Es factible estimular el trabajo a tiempo parcial? Con estas preguntas pretendo desemperezar la imaginaci¨®n desplegando algunas de las varillas del ampli¨® abanico de medidas a estudiar y emprender, que permitir¨¢n compensar- la renta que se dejar¨¢ de percibir por la doble v¨ªa de nuevas actividades remuneradas y/o del ahorro de gasto en servicios que seautosatisfar¨ªan.
?Acaso no podr¨ªan subven-cionarse actividades productivas para garantizar la supervivencia de formas de cultura tradicionales que eviten la p¨¦rdida de cono cimientos ancestrales, mantener el "gran museo-jard¨ªn de la naturaleza viva" en tierras que no sean rentables, y luchar contra el empobrecimiento de la biodiversidad? La creaci¨®n de empleo de rivada de estas subvenciones ser¨ªa m¨¢s elevada que la generada por otras formas de utilizaci¨®n de las mismas.
?Es posible pro teger de la competencia internacional determinadas actividades o trabajos a trav¨¦s de mecanismos de solidaridad interterritorial por complementariedad? ?Es irreversible la globalizaci¨®n financiera si se comprueba que nos lleva al deterioro de nuestra sociedad? ?Hay que abandonar a Keynes totalmente ante la nueva ortodoxia acordada en Maastricht?
Si el capitalismo ha sido capaz de encontrar alternativas a un fordismo decr¨¦pito y concebir nuevos modos de producir m¨¢s y mejor, ?es que no vamos a ser capaces de imaginar otras formas de traba o y de empleo para rejsolver el principal problema de nuestra sociedad?
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