La familia
Ese tribunal que rebaj¨® la pena de un violador por considerar que el delito dentro del matrimonio merece "menor reproche" nos ha devuelto, de golpe a la familia concebida como un conjunto de tensiones: un territorio criminal sobre el que hay que hacer la vista gorda para no carg¨¢rnosla, pues quiz¨¢ contin¨²a siendo, con el municipio y el sindicato, uno de los pilares de la sociedad. Cuando Franco muri¨®, fuimos a ver enseguida El desencanto, la pel¨ªcula de Ch¨¢varri donde una familia de derechas de toda la vida mostraba al p¨²blico por dinero (poco) las violencias f¨ªsicas y morales que hab¨ªan cohesionado al grupo hasta la muerte del padre.Todos sab¨ªamos que dentro de la familia promovida por el Movimiento Nacional se asfixiaba a los abuelos republicanos, se psiquiatrizaba a los hijos inteligentes y se esclavizaba a la chica de servir. Era tal la cantidad de espanto que cab¨ªa en el interior de un hogar que cada clan levantaba en torno as¨ª un muro para no ser visto desde el exterior. Los ladrillos con los que se constru¨ªa ese muro estaban hechos de apariencia. Hay que guardar las apariencias: que los vecinos no se enteren de que tu padre ha violado a tu hermana; de que pega a tu madre. Que nos nos vean administrar el, matarratas a la abuela. La justicia ayudaba a tapar estos excesos para que no salieran a la luz las virtudes ,cardinales sobre las que se levantaba aquel r¨¦gimen cat¨®lico.
La afirmaci¨®n jur¨ªdica seg¨²n la cual resulta preferible que te maltrate tu esposo a un desconocido constituye una verdadera apolog¨ªa de esa forma de terror dom¨¦stico. Hay que guardar las apariencias, as¨ª que si te viola tu marido te jodes y te callas. ?O es que pretendes cargarte la instituci¨®n justo ahora que hab¨ªamos logrado domesticar de nuevo al sindicato y al municipio? Un poco de orden.
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