Angustiosa espera a la puerta de Europa
M¨¢s de 700 ilegales aguardan en Ceuta y Melilla, en condiciones dif¨ªciles, la hora de entrar en Espa?a
Un total de 718 inmigrantes ilegales, la mayor¨ªa de ellos de origen subsahariano, se encuentran en el campamento ceut¨ª de Calamocarro y en diversos alojamientos de Melilla, esperando a regularizar su situaci¨®n y entrar en la Pen¨ªnsula.Las versiones sobre sus condiciones de vida en los espacios preparados para ellos en las dos ciudades espa?olas en ?frica son contradictorias: el Gobierno asegura que se mejoran gracias a inversiones millonarias y a acuerdos con organizaciones humanitarias, pero algunas de ¨¦stas organizaciones que trabajan con los indocumentados afirman que poco ha cambiado. Para ellos siguen siendo "campos de refugiados".
La de estos ilegales "no es una situaci¨®n id¨ªlica, pero tampoco una tragedia, una opresi¨®n ni una vida infrahumana". Esta opini¨®n de un senador del PP sobre las condiciones de vida de estos ?legales choca frontalmente con la de representantes de organizaciones no gubernamentales (ONG), sindicatos y partidos que opinan que sufren una. situaci¨®n "penosa, dram¨¢tica y triste".
Actualmente son 718, la mayor¨ªa procedentes de pa¨ªses subsaharianos, los inmigrantes que, sin papeles, se agolpan en el campamento ceut¨ª de Calamocarro y otros alojamientos en Melilla. El pasado mi¨¦rcoles, ante la Comisi¨®n de Interior y Funci¨®n P¨²blica del Senado, el ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, detall¨® las inversiones para mejorar la situaci¨®n "delicada, dif¨ªcil, an¨®mala, perentoria y urgente" de estos, inmigrantes. Mayor, que anunci¨® la apertura este a?o en Ceuta y Melilla de oficinas de ventanilla ¨²nica para extranjeros que faciliten los tr¨¢mites para obtener permisos de entrada en la Pen¨ªnsula, viajar¨¢ pronto a las dos ciudades para comprobar sobre el terreno c¨®mo viven los indocumentados.
En Calamocarro -que se abri¨® en Ceuta el 15 de octubre de 1995 tras los incidentes protagonizados por los inmigrantes que hasta entonces viv¨ªan en la muralla de la ciudad- hay ahora 335 ilegales: 312 subsaharianos y 23 magreb¨ªes. Viven en una zona alta de campo, a seis kil¨®metros de la ciudad, en un antiguo campamento juvenil. La mayor¨ªa son j¨®venes, hay muchos universitarios y algunos hablan dos o tres idiomas. Mientras esperan a conseguir uno de los permisos excepcionales de un a?o que concede el Gobierno (por un acuerdo entre Trabajo e Interior y algunas ONG que, desde octubre, ha permitido que entren en la Pen¨ªnsula 113 inmigrantes), se ganan la vida vendiendo peri¨®dicos, lavando o aparcando coches o ayudando a llevar la compra. Por la noche regresan al campamento.
Seg¨²n la Delegaci¨®n del Gobierno, Calamocarro "no es un campo de concentraci¨®n", y la situaci¨®n es "muy tranquila", pero, desde la Asociaci¨®n Pro Derechos Humanos (APDH) se asegura que es "un campo de refugiados" donde los indocumentados viven "custodiados por la Guardia Civil". Para esta ONG, la tranquilidad se debe al miedo y la desconfianza: los inmigrantes temen ser expulsados a Marruecos, que ha empezado a aplicar el tratado de readmisi¨®n de ilegales, firmado con Espa?a en 1992, por el que en enero se expuls¨® a 35 ?legales del campamento. Pero quedan todav¨ªa muchos inmigrantes en Calamocarro. Lo que preocupa ahora al Gobierno y las ONG es mejorar sus condiciones de vida. Por eso, seg¨²n Mayor Oreja, desde noviembre, Interior ha invertido en Ceuta cerca de 5.000 millones de pesetas, la mayor parte en la construcci¨®n de una carretera de circunvalaci¨®n. El resto se ha empleado en construir una nave de 200 metros cuadrados para 100 personas en literas; impermeabilizar el techo de un dormitorio anexo al edificio de los servicios, en el que caben 40 personas en litera dobles; sustituir las antiguas tiendas de campa?a por otras nuevas con doble techo y suelos de pl¨¢stico; drenar la explanada donde se instalan las tiendas; ampliar en las zonas de uso com¨²n los puntos de alumbrado; e instalar tomas de corriente para cada una de las tiendas. Adem¨¢s, desde el 20 de agosto de 1996, se aplica en el campamento un convenio firmado entre el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales y la Cruz Roja por el que ¨¦sta se encarga de la alimentaci¨®n de los inmigrantes, que financia Trabajo. El 20 de enero entr¨® tambi¨¦n en funcionamiento un nuevo servicio de atenci¨®n m¨¦dica para los inmigrantes por el que evitan el traslado hasta el centro del Insalud m¨¢s cercano, a seis kil¨®metros del campamento.
Adem¨¢s de las de Interior, ha habido m¨¢s inversiones. La Cruz Roja ha gastado desde enero de 19,96 m¨¢s de 45 millones de pesetas; la comandancia general militar, 4 millones; la Asamblea de Ceuta (el Ayuntamiento) 8 millones; la Direcci¨®n General de Protecci¨®n Civil, 18 millones, y la Delegaci¨®n del Gobierno, 8 millones m¨¢s. En total, m¨¢s de 83 millones de pesetas.
Sin embargo, parece que el dinero no consigue eliminar todos los problemas. Una de las integrantes de la APDH visit¨® el mes pasado el campamento y asegura que "el hacinamiento sigue siendo el mismo y las condiciones de habitabilidad dejan mucho que desear; se han mejorado, pero eso no quiere decir que sean las m¨¢s dignas".
En Melilla, donde actualmente hay casi 383 inmigrantes, la situaci¨®n es similar a la de Calamocarro. All¨ª tambi¨¦n se ha invertido. Y all¨ª tambi¨¦n hay cr¨ªticas. En este caso es la ciudad aut¨®noma la que corre con los gastos de los inmigrantes, un concepto por el que desde 1995 ha gastado unos 95 millones de pesetas con cargo al 0,7% del presupuesto. Se han efectuado, por ejemplo, obras de mantenimiento y reparaci¨®n de puestos fronterizos, por importe de mas de 24 millones de pesetas, y 10 kil¨®metros de alambrada (56 millones). Hay, adem¨¢s, una obra proyectada para remodelar completamente el puesto fronterizo de Beni-Elzar, en el que se invierten 423 millones.
De los ilegales de Melilla, 331 son subsaharianos y se alojan en La Granja, conjunto de naves que perteneci¨® al Ministerio de Agricultura y que se habilit¨® corno centro de acogida el 31 de diciembre de 1996. Hay adem¨¢s 32 argelinos en el centro Lucas Lorenzo, y 20 inmigrantes de otras nacionalidades en pisos y pensiones.
Recientemente, se han acometido en La Granja obras de mejora: la semana pasada, Protecci¨®n Civil se gast¨® casi 2,5 millones en sanitarios y ¨²tiles de primera necesidad. Se han instalado cabinas telef¨®nicas y, tras protestas de ONG y algunos pol¨ªticos que han visitado el asentamiento, acaban de llegar m¨®dulos higi¨¦nicos sanitarios.
Las inversiones tampoco frenan en este caso las cr¨ªticas. Pepe Alonso, miembro de la APDH, visit¨® hace unos d¨ªas las instalaciones y asegura que las nuevas duchas m¨®viles no funcionan. Alonso ha criticado el intento de "lavar la imagen" del centro de acogida ante la inminente visita del ministro del Interior. Seg¨²n Alonso, las cuatro naves est¨¢n "medio en ruinas" y una de ellas est¨¢ en ruina total", por lo que los inmigrantes han levantado chabolas. Pero la Delegaci¨®n del Gobierno les ha invitado a hacerlas desaparecer.
Entre los inmigrantes indocumentados que esperan en Melilla y en Ceuta, parece reinar por el momento la calma. Pero, seg¨²n Alonso, es tambi¨¦n una falsa tranquilidad, inspirada por el miedo.
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