Converg¨¨ncia considera insostenible la coalici¨®n si Uni¨® insiste en marcar difencias

El partido de Jordi Pujol (Converg¨¨ncia) considera que su coalici¨®n con Uni¨® es insostenible si esta ¨²ltima formaci¨®n insiste en marcar diferencias constantemente con su aliado. La virulencia de la ¨²ltima crisis de CiU ha dado argumentos al sector convergente que apuesta por romper la coalici¨®n ahora que Pujol es a¨²n el l¨ªder indiscutible del nacionalismo catal¨¢n. Y aunque el grueso de Converg¨¨ncia prefiere salvar la alianza por temor a un descalabro electoral, en las filas del partido se extiende la idea de que si los democristianos de Josep Antoni Duran no frenan en seco su af¨¢n diferenciador, ser¨¢ inevitable adelantar las elecciones auton¨®micas a 1998 y concurrir a ellas por separado.

El l¨ªder de Uni¨® envi¨® ayer una carta a los dirigentes de todos los partidos pol¨ªticos catalantes con una transcripci¨®n de sus declaraciones que originaron la crisis con Convergencia. Su objetivo es demostrarles fehacientemente que el partido democristiano nunca tuvo voluntad de desestabilizar al Gobierno catal¨¢n.Uni¨®, obviamente, hace una lectura muy diferente de la ¨²ltima batalla. Coincide con Converg¨¦ncia al constatar la gran dificultad que entra?a la tarea de pacificar la coalici¨®n y el perjuicio electoral que supondr¨ªa una eventual quiebra de CiU, pero rechaza toda responsabilidad en el estallido de la crisis. Los democristianos niegan las acusaciones de af¨¢n diferenciador respecto de sus aliados y de ansia desmedida de protagonismo pol¨ªtico, e insin¨²an que detr¨¢s del conflicto no hay otra cosa que la mano de los halcones de Convergencia, los pujolistas m¨¢s radicales, partidarios de que la ruptura se produzca cuanto antes. Estos, seg¨²n Uni¨®, pudieron instigar el conflicto proporcionando a Pujol informaci¨®n sesgada sobre la actitud y las declaraciones de Duran.

En cualquier caso, ambos partidos comparten la idea de que su relaci¨®n no puede seguir por el camino que lleva en los ¨²ltimos meses. Los democristianos proponen revisar las estructuras de una coalici¨®n creada hace 19 anos, cuando el peso relativo de Uni¨® era muy inferior, al actual.

Los convergentes no quieren ni o¨ªr hablar de cualquier revisi¨®n que pueda afectar a las cuo tas de poder pactadas (75% para Converg¨¨ncia y 25% para Uni¨®) ni a los liderazgos (los principales candidatos electorales de la coalici¨®n los designa Converg¨¦ncia). S¨ª acceder¨ªan a negociar un nuevo esquema de funcionamiento y de comunicaci¨®n interna, pero sobre todo exigen que Uni¨® ponga freno a su estrategia de diferenciaci¨®n.

En las ¨²ltimas horas, Pujol parece haber borrado de su vocabulario la palabra coalici¨®n y la marca Converg¨¦ncia ¨ª Uni¨®. En sus dos ¨²ltimos encuentros con empresarios en M¨¦xico, donde el presidente catal¨¢n se encuentra estos d¨ªas, "habl¨® de las fuerzas pol¨ªticas que dan apoyo" a su Gobierno, pero no hizo referencia alguna ni a la coalici¨®n, ni a Converg¨¦ncia, ni mucho menos a Uni¨®.

L¨ªmites razonables

Los convergentes, muy molestos por el pulso que el l¨ªder de Uni¨®, Josep Antoni Duran, ha ganado a Pujol, consideran que la estrategia de diferenciaci¨®n democristiana ha rebasado todos los l¨ªmites razonables y ha entrado en un peligroso terreno que atenta directamente contra la cohesi¨®n de la coalici¨®n. Pujol desde?¨® ayer la propuesta de Duran de celebrar ambos una reuni¨®n para tratar del conflicto. La pr¨®xima reuni¨®n oficial del comit¨¦ de enlace de los dos partidos coligados en CiU est¨¢ prevista para el d¨ªa 10 de marzo. Para ese d¨ªa est¨¢ prevista una sesi¨®n de la ejecutiva de Converg¨¦ncia. Aunque el secretario general, Pere Esteve, y el consejero de Presidencia de la Generalitat, Xavier Trias, se est¨¢n esforzando en apaciguar la indignaci¨®n de las bases y de los cuadros m¨¢s radicales, hay en medios convergentes mucha expectaci¨®n ante las reuniones citadas y la que probablemente celebrar¨¢ su consejo nacional el 16 de marzo.

Pujol, presidente de Converg¨¦ncia y de la Generalitat, recibe presiones contrapuestas. Por una parte, la de los halcones que desean una ruptura con Uni¨® lo antes posible. Por otra, la de quienes esgrimen el riesgo electoral.