Un equipo cient¨ªfico ha creado ratones que no engordan por m¨¢s que coman
Presentado en Par¨ªs un gen que influye en la obesidad a trav¨¦s del metabolismo
"Estamos convencidos de que se trata de un descubrimiento muy importante. Todos los grandes grupos farmac¨¦uticos se han puesto ya en contacto con nosotros para discutir las aplicaciones comerciales". Daniel Ricquier, del Centro Nacional de Investigaciones Cient¨ªficas de Francia (CNRS), present¨® ayer con estas palabras el hallazgo de un gen y su prote¨ªna asociada, bautizada como UCP2. La UCP2 regula la combusti¨®n de calor¨ªas por el organismo y es, por tanto, un elemento esencial para explicar por qu¨¦ algunas personas tienden a la obesidad y otras, no. Como parte del trabajo de investigaci¨®n, un equipo estadounidense ha creado ratones que no engordan por m¨¢s que coman.
Los franceses Daniel Ricquier y Fr¨¦d¨¦ric Bouillaud, del Centro Nacional de Investigaciones Cient¨ªficas de Francia (CNRS), y los estadounidenses Craig Warden, de la Universidad de California, y Richard Surwitt, de la Universidad de Dulke (Carolina del Norte), ya hab¨ªan trabajado juntos para el descubrimento de la llamada UCP1. Esa prote¨ªna est¨¢ muy presente en la llamada grasa parda, abundante en los mam¨ªferos de corta edad y en los capaces de hibernar, pero que apenas se encuentra en personas y animales adultos, que tienen sobre todo grasa blanca: su funci¨®n es la de luchar contra el fr¨ªo en condiciones extraordinarias. Buscando las causas El equipo de investigadores franceses y estadounidenses sigui¨® buscando las causas de que, a igualdad de alimentaci¨®n y de ejercicio f¨ªsico, algunas personas engordaran y otras adelgazaran. Recientemente los cient¨ªficos aislaron el UCP2, un gen y su prote¨ªna que deciden si la energ¨ªa (que en los animales procede exclusivamente de los alimentos) se almacena qu¨ªmicamente en forma de grasas o se consume por v¨ªa de combusti¨®n liberando calor. El art¨ªculo se publica en el n¨²mero de este mes de Nature Genetics. El profesor Surwitt llev¨® a cabo ensayos sobre ratones normales y ratones que fabricaban en abundancia la prote¨ªna UCP2. Todos ellos fueron sometidos a un r¨¦gimen hipergraso pero, mientras los primeros se convirtieron en obesos, los segundos mantuvieron su peso. "No sabemos si el UCP2 es el ¨²nico protagonista de este proceso, conocido como termog¨¦nesis, o si existen otros UCP3 o UCP4 a¨²n no localizados, pero estamos seguros de que hemos dado con un elemento esencial", explic¨® Ricquier ayer en una conferencia de prensa celebrada en Par¨ªs. Las consecuencias del descubrimiento son muy importantes, por v¨ªa doble. Bloquear la actividad del gen permitir¨ªa controlar la fiebre y quiz¨¢s paliar procesos inflamatorios como los de la artritis. Por otro, se abre la v¨ªa a un posible control de la obesidad. "Nuestra hip¨®tesis es que una persona se mantendr¨¢ m¨¢s delgada cuantas m¨¢s UCP2 tengan sus c¨¦lulas o cuanto m¨¢s activamente funcionen esos genes. Es una hip¨®tesis porque a¨²n no se ha experimentado con humanos, pero en los ratones los resultados han sido concluyentes. Tambi¨¦n hicimos la prueba con c¨¦lulas de levadura: pronto todas las grasas se convirtieron en calor", explic¨® Ricquier. El UCP2 (siglas que responden a uncoupling protein) ha sido detectado en el cromosoma 11 de los humanos, en una zona cromos¨®mica relacionada con la obesidad y la diabetes. Se expresa en muchos de los tejidos humanos, entre ellos el graso, el muscular y la m¨¦dula ¨®sea, pero es muy dif¨ªcil establecer las variaciones entre distintas personas. Diferencias metab¨®licas "Las diferencias metab¨®licas suelen ser el resultado de variaciones liger¨ªsimas", coment¨® el investigador franc¨¦s. "Un aumento de combusti¨®n en las c¨¦lulas que implique una d¨¦cima m¨¢s de temperatura en el cuerpo se traduce, al cabo del a?o, en tres kilos menos de grasa, agreg¨® Todas las grandes compa?¨ªas del sector farmac¨¦utico se han puesto ya en contacto con el equipo de investigadores, para hablar de las aplicaciones pr¨¢cticas del UCP2. El trabajo de Ricquier y sus colaboradores se encamina ahora a "desarrollar un m¨¦todo que pueda alterar el funcionamiento del UCP2, en un sentido u otro, para modificar el balance energ¨¦tico de una persona". El UCP1 y el UCP2 representan una l¨ªnea distinta de investigaci¨®n a la que dio lugar al descubrimiento hace dos a?os de la leptina, una hormona que influye en la sensaci¨®n de saciedad, pero no directamente en el metabolismo, adem¨¢s de otros genes que producen casos raros de obesidad patol¨®gica o diabetes. Se supone que existen varios sistemas distintos de regulaci¨®n del peso. Las implicaciones comerciales del descubrimiento son obvias: si se consigue estimular el UCP2 sin que aparezcan otros efectos que una peque?a sobreproducci¨®n de calor, podr¨¢n darse por resueltos la mayor¨ªa de los problemas de obesidad y exceso de peso. Ese medicamento podr¨ªa generar fortunas para las empresas de la industria farmac¨¦utica.
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