"El instrumento es un veh¨ªculo para llegar al absoluto de la m¨²sica"
Misha Maiski se ha reconciliado con Rusia. Muerta la Uni¨®n Sovi¨¦tica, cuyo r¨¦gimen le intern¨® dos a?os en un campo de trabajo cuando su hermana escap¨® a Israel en 1970, este violonchelista nacido hace 49 a?os en Riga (Letonia) ha decidido olvidar. Jur¨® no volver a la URSS y lo cumpli¨®. Regres¨® el pasado a?o a Mosc¨², hoy capital de la nueva Rusia, y lo hizo a lo grande, junto a la Orquesta Nacional de Rusia_y con Prokoflev. "Fue una experiencia muy intensa y emocionante. Ya estoy en paz con mi pa¨ªs", asegura Maiski, que volver¨¢ all¨ª en mayo para hacer tina gira y grabar piezas de Tchaikovski. Antes, tiene una cita en Madrid, para ofrecer tres veces el Concierto en Si menor para violonchelo y orquesta de Anton Dvorak: ser¨¢ hoy, ma?ana y el domingo en el Auditorio Nacional con la Orquesta Nacional de Espa?a, que dirigir¨¢ Walter Weller.Maiski a¨²n recuerda la primera vez que vino a ofrecer un concierto a Espa?a, en diciembre, de 1973. Lo recuerda, sobre todo, porque fue cancelado. Ese mismo d¨ªa, ETA asesin¨® a Carrero Blanco. Desde entonces, ha vuelto varias veces -y no ha suspendido nunca-, pero Espa?a no es el pa¨ªs donde m¨¢s escalas hace. La mayor¨ªa de sus cerca de 100 conciertos anuales -antes superaba los 120- tienen lugar en Italia, pa¨ªs donde es una aut¨¦ntica figura.
"La verdad es que viajo demasiado", dice Maiski, que el a?o que viene har¨¢ una nueva gira por Espa?a con la orquesta de c¨¢mara polaca Amadeus. "Estoy casi todo el a?o fuera de mi casa y quiero rebajar la cifra de recitales a 80 para aprovechar m¨¢s el tiempo junto a mi mujer y mis dos hijos".Todo el d¨ªa jugando
Gran especialista en Beethoven, Schubert y Bach, Maiski iba para jugador de f¨²tbol. A¨²n ahora nadie de su familia se explica c¨®mo ha llegado a ser un virtuoso del violonchelo: "Me pasaba el d¨ªa jugando a lo que fuera. Mis dos hermanas tocaban el piano y el viol¨ªn y mis padres, aunque adoraban la m¨²sica, no quer¨ªan que todos sus hijos se dedicaran a lo mismo; as¨ª que no insist¨ªan en que yo me aficionara demasiado a los instrumentos".
Cuando lo hizo, quiso llegar a lo m¨¢s alto: "Me traslad¨¦ a la ciudad que entonces era Leningrado -hoy San Petersburgo- a estudiar en el conservatorio". Despu¨¦s de ganar varios concursos, Mitslav Rostrop¨®vich le llev¨® a Mosc¨² para formarle. Estuvo junto al maestro cuatro a?os. "Ah¨ª acab¨® m¨ª primera vida", dice.
Despu¨¦s, llegaron los problemas. Su estancia en un campo de trabajo durante dos a?os le hundi¨®: "Al salir no me reconoc¨ªa, y me sometieron a tratamiento psiqui¨¢trico. No era, el mismo. Durante todo ese tiempo no pude tocar el violonchelo". Pero Maiski volvi¨® a nacer en Israel. "All¨ª me repatriaron, y quiero dejar esto bien claro. A los israel¨ªes nos gusta ese t¨¦rmino. Lo utilizamos para todo aquel que decide volver all¨ª despu¨¦s de 2000 a?os".
En su segunda vida, Maiski volvi¨® a tomar el violonchelo de la mano de otro maestro, Piatigorski, en Los ?ngeles. Como conclusi¨®n de los ocho a?os de estudio repartidos entre los dos grandes, Maiski dice: "Ambos son figuras ¨²nicas en el mundo de la m¨²sica. Son irrepetibles y diferentes a los dem¨¢s, pero muy similares entre s¨ª. Una de las cosas fundamentales que aprend¨ª tanto de Rostrop¨®vitch como de Piatigorski fue que deb¨ªa concentrarme en mi instrumento como tal. Es decir, como algo que no es m¨¢s que un veh¨ªculo para llegar al absoluto, que es la m¨²sica".
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