Kohl rechaza negociar con los mineros "bajo presi¨®n"
El canciller federal alem¨¢n, el democristiano Helmut Kolh (CDU), aplaz¨® ayer hasta ma?ana, jueves, la reuni¨®n con la presidencia del sindicato de miner¨ªa para negociar la reducci¨®n de subvenciones al carb¨®n. Koffl advirti¨® que no doblar¨¢ la rodilla ante las presiones. Varios miles de mineros, que bloquearon durante dos d¨ªas el barrio del Gobierno en Bonn, abandonaron ayer la capital, pero advirtieron que volver¨¢n el jueves por la tarde si las negociaciones no producen resultados.Durante dos d¨ªas Bonn vivi¨® escenas ins¨®litas, con ocupaci¨®n de sedes de partidos, bloqueo de la principal arteria de la ciudad, atascos de hasta 35 kil¨®metros en las autopistas y la ruptura ayer, por unos minutos, de la llamada milla de protecci¨®n, territorio sacrosanto donde est¨¢ prohibida cualquier manifestaci¨®n, en torno a los edificios centrales del poder en Alemania, la Canciller¨ªa y el Parlamento Federal. Miles de mineros enardecidos, indignados por el anuncio de recorte de las subvenciones, que supondr¨ªa reducir a un tercio los 90.000 puestos de trabajo del sector para el a?o 2005, sitiaron el barrio del Gobierno de Bonn.
Los mineros, los colegas como se les llama en el lenguaje coloquial alem¨¢n, llegaron del Ruhr con cascos de trabajo y muchos a bordo de motos, dispuestos a armarla en un lugar por donde suelen circular funcionarios de corbata y poderosos Mercedes con cargos p¨²blicos. Se encadenaron a las puertas del partido liberal (FDP) y amargaron la vida a los automovilistas. El objetivo era presionar a Kohl ante la entrevista con el presidente del sindicato, Hans Berger.
Al mediod¨ªa, Kohl anunci¨® que no se reunir¨ªa bajo semejante "decorado amedrentador". La noticia corri¨® como un reguero de p¨®lvora entre los manifestantes. Los m¨¢s decididos se lanzaron contra los polic¨ªa e invadieron la milla de protecci¨®n.
A las puertas de la sala de reuniones de su grupo parlamentario (CDU / CSU) en el Parlamento, Kohl declar¨®: "No estoy dispuesto a dejarme presionar. Ya hemos pasado ese lamentable espect¨¢culo del Castor [transporte de residuos radiactivos con manifestaciones masivas]. Defiendo el derecho de manifestaci¨®n y no soy melindroso cuando me afecta, pero no estoy dispuesto a aceptar la idea de que el canciller Kohl dobla la rodilla".
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