Un abogado de la Junta Militar argentina, detenido en pleno esc¨¢ndalo sexual
Su esposa lo ha echado de casa, y el ministro de Justicia le pide juicio pol¨ªtico. El juez argentino H¨¦ctor Joaqu¨ªn Ramos, 62 a?os, abogado del almirante Jorge Anaya en el juicio a los comandantes de la ¨²ltima dictadura militar, fue detenido durante varias horas por conducta indecorosa en un picadero de Buenos Aires.Tenido por sus allegados como persona seria y prudente, sus maneras en el establecimiento recreativo fueron a todas luces reprochables: abrazado a un botella de Chandon, dando tumbos, se comport¨® violentamente con los conserjes, y falt¨®n con la autoridad que le llamaba al orden. A un polic¨ªa le arrebat¨® la gorra de la cabeza y se la puso ¨¦l. Y adem¨¢s de expresarse en t¨¦rminos impropios de la alta magistratura, le acompa?aba "por una se?orita mucho m¨¢s joven que ¨¦l", precisa el parte policial.
Atentado a la moral
La judicatura argentina, acosada con frecuentes cargos de corrupci¨®n, asiste ahora al flagrante atentado a la moral y las buenas costumbres perpetrado por un destacado miembro de la instituci¨®n: asesor de la Comisi¨®n de Juicio Pol¨ªtico del Congreso entre 1991 y 1993, H¨¦ctor Joaqu¨ªn Ramos, fue nombrado juez de instrucci¨®n por el Senado con el apoyo de la mayor¨ªa gubernamental, a la que se le vincula en las rese?as sobre su trayectoria profesional. Ramos redact¨® el informe que no observ¨® m¨¦rito para procesar a la juez Mar¨ªa Servini de Cubr¨ªa por supuestas irregularidades en una investigaci¨®n sobre blanqueo de narcod¨®lares en la que se implic¨® a Amira Yoma, cu?ada del presidente Carlos Menem.
Ebrio, el juez Ramos, se person¨® la madrugada del pasado d¨ªa 7,con la se?orita citada en el auto, de unos 28 a?os, en el motel M¨®naco. Alquil¨® por 54 pesos (5.000 pesetas) una suite con hidromasaje, y encarg¨® champa?a. Aproximadamente una hora despu¨¦s, la joven hu¨ªa de la habitaci¨®n, por razones que se investigan, incumpliendo las r¨ªgidas normas de estos locales de esparcimiento amoroso que establecen la obligatoriedad de que la pareja lo abandone al mismo tiempo. El conserje Jos¨¦ Luis Lores subi¨® para informarse. Entreabierta la puerta de la estancia, asom¨® la cabeza musitando respetuosamente "se?or, se?or..." Grande fue la sorpresa de Lores cuando vi¨® al magistrado, en calzoncillos, desencajado, agresivo, con la botella de Chandon vac¨ªa a modo de estaca. Con ella recibi¨® el conserje cuatro golpes: uno en la testa y tres en el brazo. Pudo huir, y llam¨® a la polic¨ªa.
Personada la autoridad en el lugar, el juez se encontraba hecho unos zorros aunque l¨²cido para envalentonarse con el subinspector al cargo, Pablo Varela: "Ll¨¢melo a Perachi [por el jefe de la polic¨ªa federal], ll¨¢melo a Navedo [director general de Comisar¨ªas]. A vos te mando a la Ant¨¢rtida de pase. No sabes con quien te est¨¢s. Sos un forro. Ya te voy a tener en mi juzgado".
Las maldiciones prosiguieron en jerga para iniciados: "Te voy a bajar la preventiva y te mando del forro del culo al pabell¨®n cinco". Antes intent¨® la agresi¨®n f¨ªsica, seg¨²n consta en el oficio: "lmprevistamente y sin mediar palabra ( ... ) despoj¨¢ndose de la botella le arranc¨® la gorra de la cabeza al polic¨ªa y se la puso ¨¦l, para acto seguido propinarle un fuerte empell¨®n que dio por el piso con el oficial". En esas cay¨® ¨¦l, y el ojo izquierdo qued¨® en compota. Conocido el esc¨¢ndalo, el juez togado pidi¨® baja temporal "por razones an¨ªmicas".
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