Trabajo duro y y buena suerte
Hace un par de semanas, Wim Duisenberg, futuro presidente del Instituto Monetario Europeo (IME), se?alaba que Espa?a estaba en la senda de cumplir los criterios de Maastricht, pero que quiz¨¢s pudiera tener un problema con la inflaci¨®n. Duisenberg puede dormir m¨¢s tranquilo desde ayer.Aunque una golondrina no haga verano, el IPC de febrero augura que antes del pr¨®ximo est¨ªo Espa?a cumplir¨¢, con toda probabilidad, el criterio de inflaci¨®n de Maastricht, que permitir¨ªa su entrada en el pelot¨®n de cabeza de los pa¨ªses que adopten el euro.
?Qu¨¦ es lo que ha hecho posible el milagro de que en 1996 se rompiesen las barreras psicol¨®gicas del 4% de inflaci¨®n primero, del 3,5% despu¨¦s y de que en 1997 se haya derribado la barrera del 3%? Como siempre, una combinaci¨®n de trabajo duro y buena suerte.
Los elementos del coste de la vida que menos han aumentado en los ¨²ltimos 12 meses son los alimentos, que representan casi el 30% del IPC. El mes pasado, la cesta de la compra que un a?o antes costaba 10.000 pesetas s¨®lo costaba 130 pesetas m¨¢s. Entre las variaciones m¨¢s llamativas se encontraba la fuerte baja del aceite de oliva. La botella de litro baj¨® de las 700 a las 500 pesetas. La moderaci¨®n de los alimentos responde, en parte, al cambio de clima.
Consecuencias inmejorables
Los precios de los bienes industriales tambi¨¦n han subido relativamente poco en el ¨²ltimo a?o (2,6%). Entre los principales factores que han influido en su desaceleraci¨®n se puede contar el relativo a la liberalizaci¨®n de la econom¨ªa, que ha hecho aumentar la competencia en los mercados y que dificulta en gran manera los aumentos de precios.
Tambi¨¦n ha influido poderosamente la pol¨ªtica del Gobierno de extraer de los sectores con precios administrados -electricidad, tel¨¦fono, gas- subidas menos generosas que en el pasado, o incluso -en el caso de la electricidad- una reducci¨®n en t¨¦rminos absolutos. Las privatizaciones llevadas a cabo y las que est¨¢n a la vista se encargar¨¢n de mantener esta moderaci¨®n en los pr¨®ximos a?os.
Por encima de an¨¦cdotas y pol¨ªticas sectoriales, se encuentran dos hechos importantes: la moderaci¨®n del poder de compra total del pa¨ªs, conseguida a trav¨¦s de la reducci¨®n del d¨¦ficit p¨²blico, y la apreciaci¨®n de la peseta, lograda con una pol¨ªtica monetaria relativamente restrictiva. No hay que olvidar que en 1995 la peseta lleg¨® a rozar los 93 marcos y en los ¨²ltimos meses se ha mantenido entre 84 y 85 por marco.
Esta moderaci¨®n de la demanda total, junto con el aumento del ahorro y el ejemplo de la pol¨ªtica salarial del sector p¨²blico, ha hecho posible el milagro, que Espa?a recobre la estabilidad de los precios perdida desde los a?os treinta. Las consecuencias no pueden ser mejores. A corto plazo, la entrada en el grupo de cabeza del euro, la reducci¨®n de tipos de inter¨¦s y el aumento del poder adquisitivo de los ingresos. Y a medio plazo, m¨¢s crecimiento y trabajo.
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