La televisi¨®n, como generadora de violencia en los ni?os
La violencia existe en la sociedad y la televisi¨®n tiene que, reflejarla, incluso la agranda, ya que los niveles de audiencia son m¨¢s elevados ante las informaciones morbosas y que expresan la maldad de los hombres.As¨ª han crecido las generaciones en Espa?a que desde que existe la televisi¨®n se han visto influidas por ella. Las caracter¨ªsticas que pensamos definir¨ªan al p¨²blico de aquellos tiempos ser¨ªan la siguientes:
- La televisi¨®n se visiona pocas horas al d¨ªa, ya que se poseen creencias que explican que puede ser malo para la salud el abuso de la misma y emit¨ªa pocas horas al d¨ªa. - Ver la televisi¨®n es un lujo, y Pocas familias pueden tener un aparato en su casa.
- Los ni?os, podr¨¢n ver la televisi¨®n en funci¨®n de la obtenci¨®n del permiso paterno, y las televisiones califican los programas con los antiguos rombos.
-La televisi¨®n naci¨® como ente moralista, donde determinados valores estaban prohibidos y otros eran ensalzados y realzados. De ah¨ª la concepci¨®n de la televisi¨®n como ente de control de la poblaci¨®n y de posibles beneficios para grupos f¨¢cticos, sobre todo pol¨ªticos.
?Y actualmente?:
- Sobrepasamos la media en ver televisi¨®n de cuatro horas al d¨ªa, sobre todo los ni?os.
- Muy pobre ha de ser la familia para no tener un televisor. Se crea una cultura ¨²nica y el concepto de cultura audiovisual.
- Se ha perdido la vivencia de calle, de barrio, donde crec¨ªan los ni?os educados y cuidados por todos; y surge una cultura m¨¢s individualista que supone el encerramiento de los ni?os en el hogar- y poca mteracci¨®n con las figuras familiares; surge la televisi¨®n como ni?era electr¨®nica.
- Las televisiones,: como prueba de cambio democr¨¢tico, hacen gala de su libertad. Se habla de todo y se puede ver todo, que todos puedan elegir y que nada se oculte. Nadie pens¨® que los ni?os no ten¨ªan ni tienen capacidad cr¨ªtica plenamente establecida y les hemos quitado los avisos, los rombos, la protecci¨®n.Las televisiones comprueban que uno de sus adeptos es el ni?o, as¨ª la publicidad debe incidir sobre ellos y crear programas que fomenten su atenci¨®n. Los ni?os ven sus programas, y comprueban que el motor de todo es el dinero, el ego¨ªsmo, la satisfacci¨®n individual.
Seguramente, muchos de los
ni?os de hoy hubieran sido considerados hace a?os casi asociables. Hoy son normales. Porque normal es ir sentado en el autob¨²s o en el metro mientras una persona de edad tiene que ir de pie; nadie ense?¨® a un ni?o de hoy a dejar pasar a un adulto ante una puerta.
?Por qu¨¦ en algunos ni?os de hoy la violencia es algo normal? Analicemos la televisi¨®n para encontrar pistas. Sobre eso vers¨® la investigaci¨®n de lo emitido por Telemadrid, que se acompa?ar¨¢ m¨¢s adelante de estudios similares realizados al resto de cadenas.
Los resultados obtenidos nos muestran que la agresi¨®n con arma de fuego es la m¨¢s habitual, ya que en uno de cada tres programas con contenido violento se manifiesta. Concuerda con estudios suecos realizados entrevistando a ni?os, que encuentran que para ¨¦stos la principal causa de mortalidad humana es recibir un disparo.
Los ni?os son los receptores de los programas m¨¢s violentos, los dibujos animados son el tercer bloque de programas violentos. El mayor nivel de violencia se manifiesta en las pel¨ªculas y telefilmes, espacios visionados tambi¨¦n por los ni?os. Los deportes, y en concreto el f¨²tbol, son el segundo programa en contenidos de violencia.
Pero m¨¢s grave es el problema de las consecuencias de esa violencia que ven los ni?os. No existen consecuencias... Lo que es a¨²n peor, la- violencia es gratificada, posee consecuencias positivas porque el agresor cumple sus objetivos.
El informe demuestra que el 9,5% de los programas escenifica violencia, tanto interna de la propia cadena como de anunciantes externos. Lo que m¨¢s atrae a la audiencia para que posteriormente vean un programa es anunciarlo escogiendo lo m¨¢s violento, lo que implique los valores m¨¢s negativos.Los ni?os desarrollar¨¢n valores inadecuados. En algunos casos, como los ni?os con problemas mentales que les impida separar adecuadamente la realidad de la ficci¨®n, lo que ocurre es que se produce el denominado "efecto disparador", donde la televisi¨®n es fundamental para repetir una conducta; son estos ni?os los que, tras ver como un ni?o golpea a otro, ellos tambi¨¦n golpean.
?Soluci¨®n?: no es ¨²nica; modificar la forma en que las familias interaccionan con sus hijos, hacer conscientes a los profesores de su papel socializador, controlar los contenidos televisivos (si al menos las televisiones cumplieran con la normativa existente ... ), criticar las im¨¢genes televisivas que ven los ni?os, conseguir que nuestra sociedad no sea tan violenta... Pero al menos hemos de pedir a la televisi¨®n que sea responsable en lo que emite.
Este an¨¢lisis se ha realizado s¨®lo sobre una televisi¨®n y s¨®lo sobre los contenidos de una semana. Sabemos que la cadena analizada ni es la m¨¢s violenta ni la m¨¢s descuidada en sus emisiones; es m¨¢s, antes se?alar¨ªamos justamente lo contrario, lo que nos llevar¨ªa a reconocer justamente que su da?o socializador es menor, pero como cadena p¨²blica, en este caso de y para los madrile?os, creemos que bueno ser¨¢ que tome en consideraci¨®n todo aquello que haga del futuro, de ese futuro que tendr¨¢n que construir nuestros hijos, un lugar de vida lo m¨¢s adecuado. posible, ya que , quer¨¢moslo o no, socios los adultos de hoy en d¨ªa los responsables de ese ma?ana.
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