El Rayo se arrodilla ante el Betis
Alfonso, con tres goles, h¨¦roe de un partido muy c¨®modo y desigual
Dec¨ªa ayer Valdano que el Betis es orden + lucha + Alfonso. En Vallecas, el conjunto verdiblanco redujo m¨¢s la ecuaci¨®n. Fue simplemente orden +Alfonso. Y eso le vali¨® para construirse una goleada escandalosa e incuestionable.. Eso y un rival entregado. El Rayo se rindi¨® con el pitido inicial, o probablemente antes.Y para desesperaci¨®n de su hinchada, que empieza a temerse lo peor, jug¨® de rodillas el resto del partido, sometido por entero a la voluntad del adversario, que se limit¨® a cubrir el expediente. El 0-4 suena a festival, a tarde inspirada. Pero no, el Betis se limit¨® a superar el tr¨¢mite, a dejar que la debilidad, la confusi¨®n y la desgana del Rayo le entregaran c¨®modamente el partido.El resultado, en cualquier caso, le permite al Betis mantener su excelente trayectoria, cimentada con toda seguridad en escenarios m¨¢s complicados y trabados del que se encontr¨® ayer. Un viaje firme y seguro que alimenta el sue?o cada vez menos ut¨®pico de poder participar en la pr¨®xima Liga de Campeones. Y que mete el miedo en el cuerpo del rival de turno.
Sali¨® ayer el Betis sin prisas, a bajas revoluciones, convencido de que no era necesario imponer un ritmo demasiado acelerado para tomar el mando absoluto de la contienda. Recurri¨® el equipo de Serra Ferrer a su f¨®rmula de costumbre: los toques justos por el centro, la apertura final a cualquiera de las dos bandas y el centro venenoso desde all¨ª al coraz¨®n del ¨¢rea. El inapelable gui¨®n se encontr¨® esta vez con una aver¨ªa de imposible soluci¨®n: si Jarni no est¨¢ en el campo, y ayer no lo estuvo hasta el minuto 70, los servicios desde la izquierda no son ejemplos incomparables de precisi¨®n y peligro. Luis Fern¨¢ndez, aun siendo un excelente lateral, no es Jarni. Y el problema es que el Betis venci¨® su juego m¨¢s hacia el costado izquierdo que hacia el derecho, de propiedad exclusiva de Finidi.
Dio lo mismo, no obstante. Del Rayo no hab¨ªa noticias. Defend¨ªa mal, aunque consegu¨ªa despejar los globos que escup¨ªa el Betis desde los laterales, organizaba peor, presionaba con apat¨ªa y desorden, y simplemente no atacaba (lo de Radchenko y Guilherme clama al cielo, y encima el brasile?o se encara al p¨²blico pon chuler¨ªa cuando le reprocha alg¨²n fallo). Bast¨® que el Betis se saltase por una vez el conducto reglamentario para que el Rayo se abriera en canal: Ca?as orient¨® su pase hacia el centro y en profundidad, Alfonso gan¨® la espalda a su marcador, avanz¨® hasta Contreras y le super¨® por bajo. 0-1, algo as¨ª como partido resuelto.
Con la tranquilidad que conced¨ªa el resultado y el aspecto del rival, el Betis se dedic¨® a llenar de goles su equipaje. No le cost¨® demasiado, todo sea dicho. Y en la aventura como siempre, Alfonso tuvo un protagonismo especial. Anda el delantero verdiblanco en estado de gracia, capaz de inventarse regates o remates a la altura ¨²nicamente de los m¨¢s grandes y capaz tambi¨¦n, como ayer, de ofrecerse, a los compa?eros en las acciones m¨¢s f¨¢ciles y de resolverlas con serenidad y sencillez. Sus tantos, tres, no tuvieron m¨¢s dificultad que aparecer con la sangre fr¨ªa en el, sitio correcto y el momento oportuno. Que tampoco es poco.
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