Condecoraciones en vivo
Conviene aclarar el doble riesgo en el que estamos. De una parte, la desmoralizaci¨®n de los cuerpos y fuerzas de seguridad, cualquiera que sea su ¨¢mbito de actuaci¨®n, resulta letal para el cumplimiento de sus fines. De otra, algunos entendieron en el pasado que la forma de elevar la moral de esas fuerzas y cuerpos consist¨ªa en convalidar sus excesos dej¨¢ndolos impunes. Semejante proceder induce una degradaci¨®n de arriba abajo, priva a los agentes de la colaboraci¨®n ciudadana y reduce la eficacia con grave da?o para todos. As¨ª que lo que se entend¨ªa por la moral de las fuerzas las hac¨ªa m¨¢s peligrosas tanto para los ciudadanos de a pie como para los confiteros de Renter¨ªa. Cualquier intento de disimular las faltas, cuando se hayan producido, ser¨ªa deshonroso para los propios agentes y cuerpos. Quienes han recibido esa misi¨®n de defender y garantizar la libertad y la seguridad de todos saben que deben ser medidos por ello con un rasero de mayor exigencia y lo aceptan. Pero tambi¨¦n deben esperar y recibir el est¨ªmulo del aprecio y de la consideraci¨®n ciudadana cuando alcanza el cumplimiento de su trabajo niveles de acierto excepcional en condiciones de m¨¢ximo riesgo.Estas l¨ªneas se han escrito el s¨¢bado antes de salir hacia Varsovia sin conocer, por tanto, los resultados de la comparecencia que el lunes habr¨¢ tenido el Ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, ante el Congreso de los Diputados. Los pasos de Elejalde desde que agot¨® la munici¨®n y fue reducido por los agentes, minutos depu¨¦s de las 8 del pasado martes, hasta el mediod¨ªa del s¨¢bado cuando prest¨® su primera declaraci¨®n ante el juez competente de la Audiencia Nacional, habr¨¢n sido ya examinados al microscopio electr¨®nico. Desde luego, la exigencia p¨²blica ser¨¢ indeclinable hacia cualquier irregularidad detectada para que sea corregida con toda severidad. Pero, entre tanto, sorprende que el d¨ªa del asesinato de Javier G¨®mez El¨®segui se pasara por encima uno de esos hechos absolutamente in¨¦dito, de esos capaces de alentar la esperanza. Me refiero a la detenci¨®n del etarra Elejalde, precisamente cuando acababa de disparar sobre su v¨ªctima.
Porque tenemos establecido en nuestra Ley de la Gravitaci¨®n Informativa (LGI) que la noticiabilidad de un hecho es directamente proporcional a su rareza, y por tanto la ins¨®lita detenci¨®n del asesino el pasado martes, precisamente en el momento de asesinar, deber¨ªa haber focalizado la atenci¨®n de los medios y del p¨²blico. Sin embargo, excepci¨®n a la LGI, de los agentes que capturaron al etarra Elejalde, apenas supimos en un primer momento que se les atribu¨ªa la borrosa condici¨®n de polic¨ªas municipales luego transmutada, seg¨²n otras versiones, en la de miembros del servicio de informaci¨®n del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa. As¨ª que, en principio, estos agentes, en vez de limitarse a tomar nota para que luego intervinieran los cuerpos operativos especiales, se enfrentaron valerosamente a quienes a¨²n empu?aban las armas y consiguieron reducir y capturar a uno de ellos. Por esta actitud merecer¨ªan en principio una alta condecoraci¨®n representativa del aprecio de todos, que me atrevo a reclamar.
Adem¨¢s, el ministro Oreja y el consejero vasco Atutxa podr¨ªan impon¨¦rselas en vivo, aunque lo hicieran en este caso con la reserva aconsejable por razones de seguridad y para que puedan seguir desempe?ando su tarea. ?0 es que s¨®lo deben prenderse medallas a t¨ªtulo p¨®stumo, sobre las ense?as que cubren los f¨¦retros? Que nadie nos busque entre los instigadores del abuso de autoridad ni el galindismo sociol¨®gico -el de antes, cuando Pedro Zola lo instigaba, ni el de ahora, cuando Anson lo convert¨ªa en espa?ol del a?o-. Pero evitemos el ambiente que supuraba en una agencia de prensa donde los m¨¢s veteranos dec¨ªan a los m¨¢s j¨®venes "no descolgueis el tel¨¦fono, que puede ser una noticia", y tambi¨¦n advert¨ªan con superioridad "muchacho, esa noticia, en la papelera, no te hubiera hecho ning¨²n da?o". Un desaliento an¨¢logo se difundir¨ªa entre los agentes de polic¨ªa de San Sebasti¨¢n si todo fueran problemas para quienes detienen a un asesino. ?Llegar¨¢n a lamentar no haberle dejado huir porque as¨ª estar¨ªan ahora libres de toda sospecha?.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Opini¨®n
- Comisar¨ªas
- Detenci¨®n terroristas
- Pisos francos
- Operaciones antiterroristas
- Gobierno de Espa?a
- VI Legislatura Espa?a
- Ministerio del Interior
- Infraestructura terrorista
- Detenciones
- Incidentes
- Cuerpo Nacional Polic¨ªa
- Legislaturas pol¨ªticas
- Pol¨ªtica antiterrorista
- Ministerios
- PP
- ETA
- Partidos pol¨ªticos
- Lucha antiterrorista
- Polic¨ªa
- Gobierno
- Fuerzas seguridad
- Sucesos
- Grupos terroristas
- Terrorismo