Las pensiones y el tocomocho, II

Es mi deseo empezar esta carta agradeciendo sinceramente a Juan Carlos Aparicio P¨¦rez, secretario de Estado de la Seguridad Social, la amabilidad demostrada al contestar, en esta misma secci¨®n de EL PA?S del 4 de marzo, mi carta sobre las pensiones publicada el 7 de febrero.Si de mi carta del 7 de febrero se puede desprender que la pensi¨®n de mi madre no se ha revalorizado, rectifico, pues se revaloriza, como todas, en un 2,6%, pero afirmo que, en este tema, el Gobierno del se?or Aznar, si no miente, al menos no dice la verdad. Me explico. Se les llena la boca con que las pensiones no se tocar¨¢n, evocando el Pacto de Toledo, pero hay casos en que no es as¨ª. Vean el de mi madre: en noviembre cobr¨®, de sus dos pensiones, 53.435 y 20.022 pesetas, que, en enero, ya revalorizadas, pasaron a 34.803 y 20.543. Sumemos como queramos, resulta que cobra 18.111 pesetas menos que el a?o pasado, pero 521 m¨¢s que la pensi¨®n ¨²nica de mi suegra, que, viuda y sola, dif¨ªcilmente llega a fin de mes. Todo legal, pero...

En su carta, el se?or Aparicio me echa / nos echa en cara los t¨ªpicos t¨®picos: el "reflejo del esfuerzo solidario del conjunto de los ciudadanos", la "aplicaci¨®n del principio de solidaridad" y "el esfuerzo de todos". Le recuerdo que las 20.543 son el 25% de lo que (escasamente, creo yo) cobraba mi padre, y que las 53.435 se han reducido a 34.803. ?A¨²n quiere mayor esfuerzo, mayor solidaridad? ?Cu¨¢l? IES Carpe Diem.