Las instalaciones de impacto arrinconan a la pintura en la bienal del Museo Whitney
M¨¢s de 200 obras ilustran en Nueva York el disperso panorama del arte americano
El Whitney Museum de Nueva York inaugur¨® ayer su bienal de 1997, cita fundamental del arte contempor¨¢neo en Estados Unidos, cuyo objetivo es ofrecer un panorama -o al menos suscitar el debate- sobre lo que se est¨¢ haciendo en estos momentos en pintura, fotograf¨ªa, videoarte e instalaciones en ese pa¨ªs. M¨¢s de 200 obras de unos 70 artistas de edades comprendidas entre 22 y 85 a?os van a ocupar hasta el 1 de junio las cuatro plantas de ese museo, donde la impresi¨®n general es que las instalaciones de impacto han sofocado totalmente a la pintura.
El lienzo es un soporte con representaci¨®n bajo m¨ªnimos en la nueva bienal del Whitney, una tendencia que, aunque no es nueva, se nota especialmente este a?o. Entre los pocos cuadros que hay destacan el hiperrealismo perturbador de Richard Phillips (Shaking) y los mensajes escatol¨®gicos y sexuales de la pintora feminista Sue Williams.En el resto de la bienal abundan los materiales de desecho, recolocados a veces de manera ingeniosa, y otras, no. Curiosamente, la instalaci¨®n m¨¢s coherente y atractiva es obra del artista ruso de 63 a?os llya Kabakov. Titulada Salas de tratamiento, consiste en un verdadero pasillo de hospital con seis habitaciones en las que se proyectan diapositivas en blanco y negro, sugiriendo una cura m¨¦dica mediante memorias del pasado.
Al tratarse de un museo de "arte americano", la retrospectiva incluye trabajos de artistas chilenos, mexicanos y puertorrique?os; pero tambi¨¦n hay esta vez nacionalidades invitadas, desde Pakist¨¢n hasta el Reino Unido, pasando por Italia.
Otro veterano artista de instalaciones, Chris Burden, propone Pizza city, una habitaci¨®n llena de maquetas de ciudades inventadas a base de casas en miniatura, accesorios, recortables y juguetes. Montajes como los globos de l¨¢tex de Bryan Crockett y la sala de madera y v¨ªdeo manchada de chocolate por Paul McCarthy son ejercicios de repulsi¨®n. La escultora Louise Bourgeois presenta unos mu?ecos de tela en posturas sexuales. No es casual que la primera obra de esta bienal (BDO, de Glen Seator) sea una habitaci¨®n con moqueta y muebles sujeta por cables en un desconcertante ¨¢ngulo inclinado de 45 grados.
Fot¨®grafo de inc¨®gnito
La fotograf¨ªa es la segunda gran protagonista de la muestra, y uno de los artistas m¨¢s comentados este a?o es Aaron Rose, un artesano neoyorquino de ese medio que ha realizado toda su carrera ajeno a los circuitos art¨ªsticos. Llama tambi¨¦n la atenci¨®n el elegante realismo de la joven Sharon Lockhart y los magn¨ªficos retratos urbanos del neoyorquino Philip-Lorca di Corcia, as¨ª como una serie de im¨¢genes en blanco y negro de pasajeros de avi¨®n a trav¨¦s de la ventanilla tomadas por John Schabel.Las bienales del Whitney no se limitan a recopilar trabajos de artistas j¨®venes o nuevas promesas. Siempre que se considere puntero o significativo, en la terminolog¨ªa del propio museo, hay lugar para obra de nombres consagrados, como Bruce Naumann, Francesco Clemente, Tony Oursler o Gabriel Orozco. La gran Louise Bourgeois es la m¨¢s veterana, con 85 a?os.
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