Una tabaquera ofrece en EE UU pagar y colaborar para evitar pleitos
"Fumar causa adicci¨®n y produce c¨¢ncer". Esta afirmaci¨®n, repetida hasta el aburrimiento por estudios cient¨ªficos y m¨¦dicos o por grupos de salud, es revolucionaria si est¨¢ escrita en una cajetilla de cigarrillos sin las habituales formulaciones de "puede provocar" o "seg¨²n las autoridades sanitarias". Eso es, exactamente, lo que va a hacer el grupo Liggett, el menor de la industria norteamericana del tabaco, en sus productos como Chesterfield, Lark y L&M. No contentos con admitir el secreto a voces que hasta ahora ha sido oficialmente negado por toda la industria, Liggett ha negociado un acuerdo con los responsables de Justicia de los 22 Estados que reclaman a las tabaqueras una indemnizaci¨®n por los gastos de salud p¨²blica que ocasionan las enfermedades atribuidas al tabaco. Las acciones de Philip Morris, n¨²mero uno de la industria, volvieron ayer a sufrir un batacazo en Wall Street.La "traici¨®n" del Grupo Liggett es completa, y por eso la brecha abierta en el antes formidable muro de contenci¨®n de la industria tiene consecuencias imprevisibles. Por si fuera poco, imprimir un mensaje en las cajetillas que pone por completo la responsabilidad en manos del fumador y asumir que es justo indemnizar a los Estados por el dinero que se gastan en tratar enfisemas, c¨¢nceres y complicaciones cardiacas, Liggett va a entregar adem¨¢s a los demandantes de las tabaqueras miles de documentos -calificados de "sensacionales" por personas que los han manejado- que respaldan las acusaciones de que la industria conoce desde hace 30 a?os los destrozos que el tabaco causa en el organismo y la capacidad de adicci¨®n de la nicotina y que la administra a voluntad en los cigarrillos.
Las 'traicionadas'
En plena guerra contra el caballo de Troya, Philip Morris, Reynolds, Lorillard y Brown & Williamson, las empresas "traicionadas", han demandado a Liggett por revelaci¨®n de documentos confidenciales. En respuesta, Liggett ha anunciado que permitir¨¢ a sus empleados que presten testimonio en los juicios contra las empresas.?Por qu¨¦ todo esto? El grupo Liggett, dirigido por el sagaz Bennett LeBow, vio hace ya un a?o que la marea contra la industria pod¨ªa contenerse temporalmente, pero no evitarse. Cuando diversos Estados comenzaron a sustituir las demandas individuales de ex fumadores enfermos -incapaces de avanzar en los tribunales- por demandas colectivas en nombre de los presupuestos de salud p¨²blica, Liggett firm¨® con cinco de ellos un acuerdo de reconocimiento de responsabilidades que ahora ha sido extendido a los otros 22 Estados por el que les indemnizar¨¢ con 25 millones de d¨®lares (3.500 millones de pesetas), m¨¢s el 2,5 % de sus beneficios antes de impuestos durante los pr¨®ximos 25 a?os.
La intenci¨®n de Liggett es la de esquivar las supuestas condenas multimillonarias que podr¨ªa recibir la industria.
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