La izquierda francesa protesta en Estrasburgo en la apertura del congreso del Frente Nacional
Dos Francias antag¨®nicas se cruzaron sin verse en Estrasburgo, separadas por miles de polic¨ªas. En la calle, unas 35.000 personas, encabezadas por los l¨ªderes de los partidos de izquierda, se manifestaron contra el neofascismo del Frente Nacional. Al mismo tiempo, 2.200 delegados del partido ultraderechista, arropados por su impresionante servicio de seguridad, iniciaron en el Palacio de Congresos de la ciudad su ¨²ltima reuni¨®n nacional antes de las elecciones de 1998.
Mientras unos gritaban "no pasar¨¢n", los otros se declaraban seguros de que su llegada al poder era inexorable. No hubo incidentes graves durante la jornada, pero se tem¨ªa que la noche propiciara enfrentamientos violentos entre peque?os grupos. Los manifestantes antifascistas se hicieron due?os de la ciudad. Los enfrentamientos entre la polic¨ªa y unos 200 manifestantes con cascos y barras se saldaron con tres polic¨ªas levemente heridos. La polic¨ªa utiliz¨® gases lacrim¨®genos.La alcaldesa socialista de Estrasburgo, Catherine Trautmann, se ocup¨® de preparar el escenario. Grandes carteles con el lema revolucionario, Libertad, igualdad, fraternidad, en numerosos idiomas, fueron desplegados hasta las mismas puertas del Palacio de congresos donde se congregaba la ultraderecha. Las placas de todas las calles fueron enlutadas con un cresp¨®n negro. Un festival de "m¨²sicas del mundo" (desde jotas extreme?as hasta melod¨ªas iran¨ªes) se prolong¨® durante m¨¢s de 24 horas en la c¨¦ntrica plaza Kleber. La manifestaci¨®n recorri¨® ocho kil¨®metros alrededor del centro urbano de la ciudad, encabezada por delegaciones de las cuatro ciudades con alcaldes del FN (Toulon, Orange, Marignane y Vitrolles) y por los l¨ªderes del Partido Socialista, Lionel Jospin, y el Partido Comunista, Robert Hue. Otros dirigentes socialistas, como Laurent Fabius y Jack Lang, y la l¨ªder ecologista Dominique Voynet desfilaron igualmente bajo una gran pancarta con una consigna simple: "Justicia y libertades".
Lajornada fue festiva, hubo pocos incidentes (peque?os enfrentamientos entre militantes de extrema izquierda y fuerzas antidisturbios) y los dem¨®cratas pudieron cantar victoria. Jospin habl¨® de "¨¦xito del pueblo".
La movilizaci¨®n, sin embargo, no fue abrumadora. Pese a los trenes especiales y los autobuses fletados desde numerosos puntos de Francia, pese a la presencia de nutridas delegaciones alemanas, suizas y brit¨¢nicas, pese a los llamamientos desde peri¨®dicos progresistas como Le Monde o Lib¨¦ration, la participaci¨®n en la marcha fue inferior a la de cualquiera de las celebradas en 1995 para protestar contra la reforma de la Seguridad Social. Lo que se hab¨ªa anunciado como punto de inflexi¨®n, como muralla contra el neofascismo, casi como una fecha hist¨®rica, se qued¨® en simple protesta. Grande, pero no crucial.
En el interior del Palacio de Congresos, la expectaci¨®n de la ma?ana se transform¨® en alivio y satisfacci¨®n por la tarde. En la apertura de la sesi¨®n, el secretario general del FN, Bruno Golnisch, se hab¨ªa mostrado desafiante respecto a la protesta popular: "No nos dejaremos intimidar, somos una gran fuerza pol¨ªtica", afirm¨®.
El partido que propone la expulsi¨®n de tres millones de "extranjeros" y el proteccionismo comercial a ultranza para oponerse al "mundialismo y al compl¨® jud¨ªo internacional" tambi¨¦n cant¨® victoria. Para el FN, el iniciado ayer era el "congreso de la madurez" Seg¨²n el gran l¨ªder, Jean-Marie Le Pen, atr¨¢s quedaban ya "la primera fase, de creaci¨®n, y la segunda fase de implantaci¨®n". La tercera fase supone, evidentemente, "la toma del poder". Le Pen se dirigi¨® "directamente a los franceses" para pedirles confianza en la "derecha nacional": "No tem¨¢is", pidi¨®, citando al papa Juan Pablo II.
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