Nuevos pasos en la investigaci¨®n del origen de la lengua espa?ola
Las glosas protohisp¨¢nicas a la luz de la Filolog¨ªa fue el tema de la mesa redonda que ayer reuni¨®, en el IV Congreso Internacional de la Lengua Espa?ola, a seis especialistas en la materia en tomo a una pregunta: ?d¨®nde se encuentra el origen del espa?ol? Dos horas largas de debate no lograron unificar criterios pero s¨ª intentaron arrojar un haz de luz sobre el origen y significado de las glosas emilianenses y silenses, escritos que datan del siglo XI y de los que se serv¨ªan los monjes medievales para entender los textos cultos, escritos en lat¨ªn.Roger Wright, catedr¨¢tico de Filolog¨ªa Hisp¨¢nica de la Universidad de Liverpool, fue claro. "Sabemos que no son lat¨ªn", dijo, y sugiri¨® que las glosas pudieron ser escritas en un registro informal del ¨ªberorromance. El profesor brit¨¢nico llam¨® la atenci¨®n sobre la proliferaci¨®n de t¨¦rminos que se han empleado para denominar las glosas: el castellano, el riojano, el altorriojano, el castellano-riojano, el navarro, el aragon¨¦s, el navarro-aragon¨¦s, entre otros, nombres que consider¨® demasiado restringidos en sentido geogr¨¢fico.
El estudio topon¨®mico fue aportado por Jos¨¦ Angel Garc¨ªa de Cort¨¢zar, catedr¨¢tico de la Universidad de Cantabria, que confirm¨® la existencia en el siglo XI, en la zona que existe entre los r¨ªos Oja y Tir¨®n, lugar donde se encuentran los monasterios de Yuso y Suso, de San Mill¨¢n de la Cogolla -depositarios de las glosas emilianenses-, de sustratos ling¨¹¨ªsticos: uno superior, el romance, y uno inferior, el vascuence.
Robert Blake, profesor y director del departamento de Espa?ol en la Universidad de California Davis, interpret¨® las glosas en un contexto m¨¢s amplio que incluye documentos notariales altomedievales, documentos que tambi¨¦n parten de una base sint¨¢ctica romanceada, lo que facilita la lectura a los escribas.
Un nuevo c¨®dice
El prior del monasterio de Nuestra Se?ora de Montserrat de Madrid y especialista en los escritos silenses, Miguel Carlos Vivancos, y los catedr¨¢ticos de la Universidad de La Rioja, Claudio y Javier Garc¨ªa Turza, coincidieron en destacar los monasterios de San Mill¨¢n y de Silos como algunos de los centros altomedievales m¨¢s productivos y originales de este tipo de obras en la pen¨ªnsula Ib¨¦rica.Javier Garc¨ªa Turza afirm¨® que se est¨¢ estudiando un c¨®dice (el n¨²mero 46), del monasterio de Suso, datado en el a?o 964, una especie de diccionario que re¨²ne los conocimientos de la ¨¦poca y que recoge formas romances "que corresponden a caracter¨ªsticas gr¨¢ficas hisp¨¢nicas, es decir, aut¨®ctonas", del mismo estilo de las aparecidas un siglo m¨¢s tarde en las glosas emilianenses. Seg¨²n Garc¨ªa Turza, en este c¨®dice se han encontrado alrededor de 25.000 art¨ªculos, lo que supone al menos 100.000 acepciones. De confirmarse este hecho, se podr¨ªa revisar la influencia carolingia en el romance de la pen¨ªnsula Ib¨¦rica, al demostrarse la existencia en el siglo X de un escrito romance puramente hisp¨¢nico.
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