La cuenta atr¨¢s
La trepidante revelaci¨®n period¨ªstica de que nos separan mil d¨ªas del tercer milenio compiti¨® el ¨²ltimo fin de semana con otra cuenta atr¨¢s no menos infartante: la lucha contra el reloj de Mario Conde -condenado a seis a?os por la apropiaci¨®n indebida de 600 millones en el caso Argentia Trust- para conseguir antes de las nueve de la ma?ana del lunes los dos mil millones en efectivo o en forma de aval bancario que le permitiesen eludir la prisi¨®n provisional. Se desconoce a ciencia cierta si la raz¨®n de que el ex presidente de Banesto no consiguiera finalmente su objetivo fue la negativa de los bancos a prestarle ayuda, su propia resistencia a dar pistas sobre su patrimonio oculto (en Espa?a y en el extranjero) o el deseo de someter a prueba la capacidad de resistencia del ministerio p¨²blico.En cualquier caso, la espantada del fiscal Gordillo no dej¨® a la Sala de la Audiencia m¨¢s salida que suspender el ingreso en prisi¨®n de Mario Conde, a la espera de la formalizaci¨®n de la garant¨ªa hipotecaria de dos fincas para cubrir la fianza: el papel jugado por el temor en este episodio de comedia bufa se presta a todo tipo de conjeturas. Tras su salida de Alcal¨¢-Meco a comienzos de 1995, el ex presidente de Banesto utiliz¨® no s¨®lo mercenarios de la pluma (al estilo de Cacho, Sebasti¨¢n o Del Pozo) sino tambi¨¦n periodistas c¨¦lebres para enviar mensajes amenzadores a los poderes p¨²blicos; en su libro Vendetta (Plaza yJan¨¦s, 1996), Ernesto Ekaizer relata los servicios de correveidile prestados a Conde por el director del diario El Mundo, Pedro J. Ram¨ªrez, introductor del coronel Perote ante el ex presidente Su¨¢rez (p¨¢gina 343), y por el director del diario Abc, Luis Mar¨ªa Ans¨®n, encargado de transmitir al general Manglano una extorsi¨®n de Conde (p¨¢gina 414).
En esta ocasi¨®n el recadero ha sido Campmany: su art¨ªculo "La manta nacional", publicado el s¨¢bado en el diario Abc, es tan intimidatorio como una navaja de Albacete y tan transparente como un cristal de Bohemia. Director del semanario ?poca, Campmany fue salvado de la quiebra por Conde, que se hizo cargo del 50% del capital social de la revista cuando presid¨ªa Banesto; en un emotivo art¨ªculo publicado en el n¨²mero 632 de Epoca ("Mario Conde y mi suegra") el beneficiario de la ayuda deja constancia de su "respeto y gratitud" por el gesto de su mecenas.
El coautor del soneto a la muerte en 1969 de la reina Victoria Eugenia (parcialmente reproducido por Javier Tusell en estas p¨¢ginas) lamenta ahora (como recordaba ayer Miguel Angel Aguilar tambi¨¦n en EL PA?S) que los socialistas nos hayan dejado "bajo una gran manta donde bulle una corrupci¨®n promiscua y extendida"; no es extra?o que un ex jefe del Sindicato Vertical del Espect¨¢culo y ex director de Arriba considere al gobierno del PSOE responsable de los "trece a?os mas bochornosos... tal vez de nuestra historia". Este aguerrido ex falangista -"s¨®lo el gran Jaime Campmany sigue en la brecha", escribi¨® Gir¨®n de Velasco a Franco en octubre de 1966 (C¨¢ndido, Memorias prohibidas, Ediciones B, 1995, p¨¢g. 274)- recurre al refranero para calificar el tejido que tapa el "gran mont¨®n de estiercol" acumulado por la democracia ("puta la madre, puta la hija, puta la manta que las cobija") y afirma que "hay varios espa?oles relevantes... que est¨¢n debajo de la manta, al borde de ella y a punto de quedar con las verg¨¹enzas al aire y con el culo a intemperie". Se puede escribir de manera menos chulesca, escatol¨®gica y grosera pero no m¨¢s amenazante, clara y acoquinadora; este agradecido deudor y amigo del ex presidente de Banesto anuncia papalmente urbi et orbi que ha empezado la cuenta atr¨¢s no s¨®lo de la llegada del siglo XXI sino tambi¨¦n del advenimiento del Apocalipsis: "Hasta ahora Mario Conde ha dosificado con cierta medida la revelaci¨®n de lo que sabe. Una temporada en la c¨¢rcel es la m¨¢s en¨¦rgica invitaci¨®n para que quien tiene agarrado un borde o un pico de la manta caiga en la tentaci¨®n de tirar de ¨¦l".
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