La ballena de hierro

No quieren saber nada de libros de texto, profesores ni escuelas. Eso no va con ellos. Lo que les gusta es ponerse el mono azul, meterle mano a un motor de coche y acabar de grasa hasta los codos. Son los 20 j¨®venes del Taller de Automoci¨®n de Las Rozas (45.000 habitantes), chicos con problemas familiares y escolares que han abandonado los estudios para dedicarse al aprendizaje de diversos oficios como la mec¨¢nica, la fontaner¨ªa o la electricidad. El taller depende de la Concejal¨ªa de Educaci¨®n. Una de sus pr¨¢cticas ha sido la construcci¨®n de una ballena de 3.500 kilos soldando piezas sacadas de los desguaces. Jos¨¦ Ram¨®n Alcocer, de 16 a?os, tiene un negro historial como estudiante. Fue expulsado de tres colegios, suspend¨ªa seis asignaturas por evaluaci¨®n y se confes¨® harto de los profesores. "Eso no era para m¨ª", dijo el viernes retir¨¢ndose la melena de la cara y dejando al descubierto el pendiente que luce. Sin embargo, Alcocer es un chico listo y aprende r¨¢pido el manejo de las herramientas. "Lo que m¨¢s me gustan son las carreras de coches, motos y... las chicas", comenta.

Minusval¨ªa ps¨ªquica

La experiencia de Gregorio Chaves (27 a?os) en un colegio madrile?o es cruel. Chaves tiene una minusval¨ªa ps¨ªquica y un d¨ªa unos compa?eros de clase quisieron aprovecharse de ¨¦l intentaron quitarle la cazadora a la salida del colegio. Pero Chaves no les dej¨®. Los chicos le pegaron una fuerte paliza. Chaves abandon¨® el centro. Ahora es "el m¨¢s currante del taller", aseguraron sus compa?eros. Entre ellos hay otro joven que tambi¨¦n sufre una minusval¨ªa ps¨ªquica: Jos¨¦ Mar¨ªa Hidalgo, de 28 a?os. Su padre, Manuel, s¨®lo tiene palabras de agradecimiento hacia el taller y el oficial de mec¨¢nica que lo lleva: Enrique Mijallo (50 a?os).Mijallo era jefe de mec¨¢nica en un taller de coches. Pero lo dej¨® para dedicarse a esta tarea social. "Antes ganaba m¨¢s dinero que ahora, pero ver a los chicos contentos y alejados de los peligros que encierra el vagabundear por la calle sin nada que hacer, compensa cualquier dinero", explica. "Cuando me llega un chico nuevo al taller le digo: 'Yo soy tu amigo, no tu profesor", comenta. Mijallo, adem¨¢s, se preocupa de buscar una salida profesional para sus aprendices.