El fil¨®sofo J¨¹rgen Habermas afirma que la secesi¨®n engendra nuevas minor¨ªas
El pensador alem¨¢n imparte en Barcelona un curso para profesores universitarios
El fil¨®sofo J¨¹rgen Habermas (D¨¹sseldorf, 1929), heredero de la tradici¨®n de la escuela de Francfort, ha estado en Barcelona dando un curso para los profesores de la Universidad. En la primera de las lecciones analiz¨® la situaci¨®n de las sociedades multiculturales: las consecuencias de las migraciones y los derechos de las minor¨ªas; la segunda estuvo dedicada al nacionalismo y al derecho de secesi¨®n. Habermas afirma que si se respetan los derechos de una comunidad no ve motivos para que ¨¦sta opte por la secesi¨®n, que tendr¨ªa un coste superior a otras soluciones y producir¨ªa nuevas minor¨ªas en su interior.
Desde 1994, Habermas es profesor em¨¦rito de la Universidad Goethe de Francfort, ciudad en la que ha sido profesor durante las ¨²ltimas d¨¦cadas. Antes hab¨ªa ense?ado en Heidelberg junto a dos mitos del pensamiento alem¨¢n contempor¨¢neo: Karl L?with y Hans Georg Gadamer. Su obras han sido profusamente traducidas. Una de ellas, M¨¢s all¨¢ del estado nacional (editorial Trotta), ha aparecido en castellano hace unos d¨ªas.Para Habermas, el derecho de secesi¨®n no es algo perfectamente claro. "La cuesti¨®n es si determinada cantidad de gente puede usar el derecho de secesi¨®n o no. No imagino que se busque una determinada unidad, la secesi¨®n, si est¨¢n garantizados los derechos humanos y la igualdad econ¨®mica, y son atendidas las exigencias de los derechos culturales", explic¨® a este diario.
"Hay estados multinacionales, multi¨¦tnicos, federaciones y otras organizaciones, como Espa?a", explic¨® el pensador alem¨¢n. "Cuando en esos estados est¨¢n satisfechos los derechos culturales de las minor¨ªas y los derechos humanos, cuando no hay segregaci¨®n ni discriminaci¨®n, no veo motivos para la secesi¨®n. Porque el coste de la secesi¨®n es usualmente m¨¢s alto. Quiero decir que, normalmente, la secesi¨®n lo ¨²nico que hace es crear nuevas minor¨ªas, y eso supone reproducir el problema que supuestamente hab¨ªa".
Autodeterminaci¨®n
Habermas ha analizado las principales tesis defensoras del ejercicio de autodeterminaci¨®n, con especial atenci¨®n a ciertos casos en los que los derechos de las minor¨ªas entran en conflicto con las normas generales hechas para las mayor¨ªas. Un caso: los Amish, en el estado de Wisconsin (Estados Unidos). La escolarizaci¨®n obligatoria estadounidense choca con las creencias religiosas de los Amish. La cuesti¨®n, plantea Habermas, es saber si los derechos de la colectividad "tienen prioridad sobre los del individuo que impide a un muchacho decidir que quiere ser astr¨®nomo" al cortar su escolarizaci¨®n.Al hablar del derecho de autodeterminaci¨®n, Habermas recuerda que el Estado moderno, en su sentido occidental, nace de una supuesta "libre decisi¨®n de sus ciudadanos", pero reconoce que la teor¨ªa pol¨ªtica cl¨¢sica no ha distinguido entre los derechos del territorio y los de la poblaci¨®n en el momento de constituir un Estado. Esto ha hecho que se hayan ido formando Estados "multinacionales o poli¨¦tnicos", en los que las minor¨ªas reclaman su derecho a ejercer la diferencia.
Pero la autodeterminaci¨®n no debe ser equiparada a secesi¨®n. De hecho, en Europa dos territorios independientes decidieron hace poco unificarse: las dos Alemanias. ?Es la unificaci¨®n lo m¨¢s importante para sus ciudadanos? Habermas responde: "Hace 40 a?os, Alemania fue dividida por la fuerza. La unificaci¨®n restablece la unidad anterior. Naturalmente, las circunstancias son diferentes. Pero si los alemanes hubieran optado por seguir separados, ?por qu¨¦ no iban a hacerlo? Lo importante no es la unificaci¨®n, lo verdaderamente importante es que la Alemania del Este se ha convertido en una democracia liberal".
Y es que el respeto a los derechos humanos es un factor esencial. En el fondo, conecta con su idea de que una democracia no puede ser real si no se da entre individuos iguales, es. decir, dotados de igual capacidad (racional, comunicativa) y libertad. En ese sentido, para el caso de la Alemania del Este, "es importante que los individuos que viven all¨ª tienen m¨¢s autonom¨ªa". "La cuesti¨®n", afirma, "es qu¨¦ orden pol¨ªtico es mejor para la gente".
Reconoce que algunas culturas pueden ver el avance de las formas de vida occidentales como una amenaza, pero ¨¦l distingue entre el modo de producci¨®n capitalista y los valores democr¨¢ticos representados por los derechos humanos. "Despu¨¦s de todo, si no hay democracia ni derechos humanos, si hay peligro de destrucci¨®n de tradiciones culturales, esto no se deriva de un orden pol¨ªtico democr¨¢tico sino del desarrollo econ¨®mico, de la dependencia econ¨®mica".
Y es que, explica, "el capitalismo es un sistema de organizaci¨®n que ha tenido ¨¦xito, pero es tambi¨¦n una fuerza destructiva, especialmente para las culturas tradicionales. El desarrollo tiene dos caras. Pero es importante que en la defensa de la propia cultura se usen ¨²nicamente instituciones legales, quiero decir, constitucionales, en el sentido de Occidente".
Para Habermas, el discurso de los derechos humanos es independiente de sistemas de creencias religiosos o metaf¨ªsicos: concede autonom¨ªa al individuo, le hace libre, le reconoce libre. Pero esto no significa, ni mucho menos, que se abran las puertas al relativismo absoluto, a la ausencia de valores universales.
Babelia
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