Un tibur¨®n en Madrid

Un tibur¨®n blanco visitar¨¢ Madrid esta semana. S¨ª, Greg Norman, uno de los grandes golfistas de la ¨²ltima d¨¦cada, competir¨¢ en el Open de Espa?a, que se disputar¨¢ desde el jueves al domingo pr¨®ximo en el campo de La Moraleja II. Pero ?qu¨¦ Greg Norman competir¨¢? ?El australiano avasallador que puso el mundo del golf patas arriba con su victoria en el Open Brit¨¢nico de 1986? ?El gran comerciante del golf, el jugador que ha sabido rentabilizar como nadie su popularidad? Apuesten m¨¢s por un s¨ª a la segunda pregunta.Al segundo Norman, a ese hombre de 42 a?os rubio y de ojos clar¨ªsimos al que la ropa de golfista le sienta como a nadie, es al que m¨¢s acostumbrados estamos a ver el ¨²ltimo a?o, justo desde que tirara el Masters de 1996 ante Nick Faldo. Cuando volvi¨® a su casa de Hobe Sound (Florida), el australiano no dio abasto para ordenar los miles de faxes que escup¨ªa su m¨¢quina. Todos ten¨ªan, m¨¢s o menos, el mismo mensaje: "Nos has emocionado m¨¢s en la. derrota que si hubieras ganado''. Norman se lo crey¨® y dio nacimiento a una nueva personalidad, que podr¨ªa definirse como autotitulado embajador del golf (y de sus empresas) en el mundo. Parece una salida inteligente y rentable.

En el mundo del golf otro animal marca ahora el paso, es un Tigre. Nadie resalt¨®, a pocos les import¨®, que en el ¨²ltimo Masters Norman no pasara el corte. ?Qu¨¦ mejor que la vieja estrella promocionando el golf por todos los rincones del mundo?

Dicen que hasta Severiano Ballesteros -uno de los socios de Amen Comer, la empresa organizadora del torneo- se qued¨® mudo de asombro cuando le dijeron que Norman jugar¨ªa en Madrid. Pero no gratis. Los c¨¢lculos entre los entendidos apuntan a que el australiano cobrar¨¢ unos 36 millones de pesetas por dejarse ver en La Moraleja. Gastos de estancia y viaje -no dos billetes de primera, sino el gasto de su jet privado- aparte. La organizaci¨®n se resiste a ofrecer cifras al respecto, pero destaca que Ballesteros jugar¨¢ un torneo en Australia, organizado por Norman, como compensaci¨®n.

L¨¢stima que en esa tarifa no entrara la foto que Norman no se hizo. Falt¨® a la cena en el Masters en que deber¨ªa haberse retratado con Langer, Olaz¨¢bal y Ballesteros, las otras tres estrellas del Open de Espa?a. Quiz¨¢s su vanidad no habr¨ªa soportado ser el ¨²nico que saldr¨ªa sin la chaqueta verde de vencedor en Augusta.