"Hemos hecho 600 "lonchas" de esc¨¢ner al cr¨¢neo n? 5"
Algunas noches, cuando los avanzados equipos de tomograf¨ªa computerizada (TC) del hospital Doce de Octubre de Madrid no se utilizan para el diagn¨®stico o el tratamiento de pacientes, el neurorracli¨®logo Alberto Mu?oz sigue un proyecto de investigaci¨®n muy especial: escanea f¨®siles, sobre todo cr¨¢neos, de hace 300.000 a?os en busca de estructuras internas invisibles, detalles ocultos en el grosor de los huesos. Son los f¨®siles hallados en el yacimiento de Atapuerca (Burgos), como el excepcionalmente completo cr¨¢neo N? 5. Mu?oz, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense, de 37 a?os, investigador en neurorradiolog¨ªa, colabora desde 1993 en el proyecto de Atapuerca aportando una informaci¨®n al estudio de los f¨®siles que s¨®lo un pu?ado de equipos de paleontolog¨ªa en todo el mundo han emprendido.Pregunta. ?Lo primero son los pacientes del hospital?
Respuesta. S¨ª, por supuesto. Utilizamos las t¨¦cnicas avanzadas, de imagen, tomograf¨ªa computerizada y resonancia magn¨¦tica (RM) para diagn¨®stico y para terapias. Ahora somos capaces de tratar algunas lesiones sin abrir la cabeza del paciente, llegando a lugares del sistema nervioso que antes no pod¨ªamos ni imaginar. Hace poco, por ejemplo, en colaboraci¨®n con los neurocirujanos, abordamos una lesi¨®n muy grave en la m¨¦dula cervical de un ni?o entrando con unos cat¨¦teres a trav¨¦s de la aorta hasta la malformaci¨®n para poner una especie de pegamento all¨ª y cerrar la lesi¨®n limpiamente. Hoy no se puede tener una aproximaci¨®n a las enfermedades del sistema nervioso sin los m¨¦todos de imagen avanzados.
P. ?Qu¨¦ informaci¨®n dan estas t¨¦cnicas?
R. Son diferentes y complementarias. La TC utiliza los rayos X -fotones de una longitud de onda determinada- para, por un mecanismo f¨ªsico de absorci¨®n de la energ¨ªa por parte de los electrones de los ¨¢tomos de los tejidos, lograr imagen del interior del organismo. Lo interesante es que logramos desmontar todas las estructuras internas que luego componemos en una imagen global con detalles anat¨®micos. Hacemos como lonchas de im¨¢genes y vemos estructuras de diferente composici¨®n tan finas que pueden dar una resoluci¨®n de 0,15 mil¨ªmetros.
La RM explota otras propiedades de la materia: excitamos con radiofrecuencias los protones de los ¨¢tomos de los tejidos y, a partir de la se?al devuelta, obtenemos im¨¢genes del interior. La TC es mejor en hueso y la RM en tejido cerebral.
P. ?C¨®mo encajan los f¨®siles en esto?
R. Es una coincidencia, Los investigadores de Atapuerca buscaban una forma de completar su trabajo con la perspectiva de la neuroanatom¨ªa. Me interes¨® desde el primer momento el enfoque. Adem¨¢s, soy de Burgos y la sierra de Atapuerca me resulta muy familiar desde ni?o.
P. ?Qu¨¦ aporta un neurorradi¨®logo a este trabajo?
R. Ellos, como bi¨®logos, como paleont¨®logos, como anatomistas, estudian la morfolog¨ªa externa de los f¨®siles. Pero ?qu¨¦ hay dentro? La TC permite obtener la informaci¨®n anat¨®mica interna detallada sin estropear los f¨®siles. Por ejemplo, entre la capa externa y la interna de la base del cr¨¢neo hay un cent¨ªmetro y medio de tejido ¨®seo y no puedes acceder a todas sus particularidades, muy complejas, con radiograf¨ªa convencional.
P. ?S¨®lo escanea los cr¨¢neos?
R. No, hemos estudiado tambi¨¦n f¨¦mures, coxales, v¨¦rtebras..., pero los cr¨¢neos tienen una complejidad mucho m¨¢s rica en informaci¨®n. Tenemos ya completo el estudio de tres cr¨¢neos de Atapuerca, de hace 300.000 a?os: de un ni?o de unos cuatro a?os y de dos adultos, el n¨²mero 4 y el n¨²mero 5. De este ¨²ltimo, hemos hecho 600 proyecciones, lonchas de im¨¢genes bidimensionales, de mil¨ªmetro en mil¨ªmetro, que luego componemos en una imagen global.
P. ?C¨®mo trabajan?
R. Hacemos los esc¨¢neres por la noche, cuando no hay pacientes, fuera de la utilizaci¨®n asistencial de los equipos, y en un proyecto de investigaci¨®n reglamentado con el Insalud. Cuando nos ponemos a trabajar, nunca son menos de cinco horas. Luego se introducen los datos en una computadora con unos programas es Esto, adem¨¢s, permite la comparaci¨®n exhaustiva de la informaci¨®n de estos hom¨ªnidos con otros y con el hombre actual.
P. ?Qu¨¦ resultados tienen ya?
R. Hay que advertir, primero, que no podemos ver lo m¨¢s importante, el cerebro y la m¨¦dula espinal..., de estos hom¨ªnidos, tejidos perdidos para siempre. Hacemos paleoneuroanatom¨ªa comparativa a partir del exoesqueleto.
P. ?Qu¨¦ pueden decir, por ejemplo, de la capacidad de hablar de aquellos seres?
R. Nos hacemos esa pregunta clave, pero antes de abordar la cuesti¨®n de si ten¨ªan un lenguaje, lo primero es saber si ten¨ªan un aparato fonador.
P. ?Lo tienen?
R. Tienen un exoesqueleto donde podr¨ªa insertarse lo que identificamos como aparato fonador, tienen una base del cr¨¢neo capaz de sujetar todos los m¨²sculos que indican que tuvieran la laringe adecuada, pero no tenemos la laringe de estos individuos. Los hombres de Croma?¨®n probablemente hablaban, y los hom¨ªnidos muy anteriores a ¨¦stos de Atapuerca, no. Pero el lenguaje complejo no surge de repente, sino poco a poco en la evoluci¨®n. Estos hom¨ªnidos ten¨ªan emisiones guturales.
P. ?Qu¨¦ otras estructuras est¨¢n analizando?
R. Las del o¨ªdo son muy interesantes; las estructuras delicadas (la c¨®clea, los canales semicirculares y el vest¨ªbulo) son muy parecidas a las nuestras, con los rudimentos ¨®seos esenciales, pero no tienen las dos vueltas y media en la c¨®clea como nosotros y su conducto auditivo externo tiene angulaci¨®n distinta.
P. ?Dir¨ªa usted que son muy diferentes al hombre actual?
R. Estos hom¨ªnidos tienen una gran humanizaci¨®n. Su proporci¨®n faciocraneal es un poco exagerada, eran anchos de ra¨ªz nasal y poco estilizados. La proporci¨®n del enc¨¦falo en unas ¨¢reas aumenta y en otras disminuye. La forma del cr¨¢neo es diferente por fuera, pero por dentro no tanto.
Hay que tener en cuenta que tenemos cinco cr¨¢neos completos, que es algo extraordinario en paleontolog¨ªa, pero que es poco para hacer comparaciones anat¨®micas Fiables. Nos llam¨® mucho la atenci¨®n la silla turca, en forma de J o de U, que hoy es rar¨ªsimo de encontrar. Es una parte del esfenoides, que alberga la hip¨®fisis, una estructura relacionada con factores hormonales de importancia extraordinaria, y es claramente m¨¢s primitiva en estos hom¨ªnidos que en nosotros.
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