Coartada y eapantajo
La campa?a electoral inglesa que est¨¢ terminando y la francesa que acaba de comenzar confirman la l¨®gica dominante en los procesos electorales ¨²ltimos: esquivar los debates de fondo y apostar a todas las opciones doctrinales susceptibles de producir una mayor¨ªa. Por contradictorias que sean aqu¨¦llas y ¨¦sta. Hoy, la mayor contradicci¨®n pol¨ªtico-ideol¨®gica en los pa¨ªses europeos es la que existe entre el triunfalismo liberal y mundialista de sus ¨¦lites econ¨®micas y el nacionalismo a la defensiva del mundo del trabajo y de las clases populares. En consecuencia, para ganar unas elecciones hay que conciliar ese antagonismo o cuanto menos eludirlo, identific¨¢ndose simult¨¢neamente con las dos posiciones antag¨®nicas. Todas las opciones de poder parten hoy del pensamiento ¨²nico, cuyo eje capital es la doble determinaci¨®n indisociable que constituyen la globalizaci¨®n y el liberalismo econ¨®mico. Eje que hacen obviamente suyo sus progenitores, los partidos liberal-conservadores y al que se han apuntado con fervor los socialdem¨®cratas. Ahora bien, guarecido ese flanco hay que cubrirse por el otro, el nacionalista. Y hemos asistido a la cruzada de Tony Blair cantando las grandezas del Reino Unido y vaticinando a la Gran Breta?a un nuevo liderazgo mundial bajo su mandato, como comenzamos a presenciar las caranto?as de Lionel Jospin a Seguin, Chev¨¦nement y Robert Hue bajo el signo de la grandeur.Y en todo esto ?Europa qu¨¦? Pues sirviendo de punchingball para usos electorales, y ah¨ª est¨¢ el Gobierno franc¨¦s utilizando la referencia europea como coartada legitimadora de una operaci¨®n puramente partidista. Ya que la disoluci¨®n no se ha hecho para darle todas las bazas a la entronizaci¨®n del euro en Francia, sino para asegurarse cinco a?os m¨¢s de gobernar sin problemas -lo que le queda al presidente Chirac de mandato presidencial-, aprovechando la presumida debilidad del, partido socialista y sobre todo salv¨¢ndose de la quema electoral, que el probable procesamiento de dos importantes ministros de la UDF y sobre todo los supuestos affaires del RPR podr¨ªan provocar en la primavera pr¨®xima.
Los programas electorales franceses de las dos coaliciones que aspiran al poder -RPR /UDF y PS /PC Verdes- gira en tomo de los grandes objetivos del pensamiento ¨²nico: crear empleo, reducir el d¨¦ficit, distribuir m¨¢s justamente el peso de la fiscalidad, garantizar las conquistas sociales conseguidas. La lectura de esos objetivos tiene matices distintos: m¨¢s empresarial desde la derecha -estimular la inversi¨®n e incentivar a los creadores de riquezas- y m¨¢s socioestatal desde la izquierda -promover controladamente el consumo, reducir de forma productiva el tiempo de trabajo, etc¨¦tera -pero esos matices son de exclusividad efimera, como prob¨® ayer el jefe de gobierno franc¨¦s al anunciar la incorporaci¨®n a su programa de buena parte de las propuestas del PS.
?Qu¨¦ papel se le ha asignado a Europa en este mercado electoral? El de espantajo. Dado que el euro y sus exigencias, que centrar¨¢n el debate sobre Europa pueden tener sentido para los poderosos, pero para los modestos s¨®lo significan m¨¢s austeridad y sacrificio. El euro, si no se le sit¨²a en el coraz¨®n del proyecto europeo s¨®lo deja ver los efectos m¨¢s perversos de la prioridad monetaria. ?Pero qui¨¦n explicar¨¢ que esa prioridad de la econom¨ªa monetarista no es una prioridad de la Uni¨®n Europea sino que se la han impuesto sus Estados miembros, a remolque de la econom¨ªa mundial y de la mano de hierro de la se?ora Thatcher? ?Qui¨¦n les advertir¨¢ que la ¨²nica protecci¨®n frente a sus excesos es precisamente el modelo social europeo? ?Y qui¨¦n les har¨¢ comprender que la sola defensa efectiva frente a los arrasadores imperativos de la globalizaci¨®n es disponer de una macro¨¢rea europea? ?Qui¨¦n insistir¨¢ en lo que acaba de decir Jacques Delors a prop¨®sito de que la Uni¨®n Monetaria es tambi¨¦n econ¨®mica con todas sus consecuencias? Entre la acefalia en la pol¨ªtica y las multinacionales en la econom¨ªa, ?qui¨¦n nos ayudar¨¢ a ver que una v¨¢lida alternativa europea puede ser la ¨²ltima trinchera frente al terrorismo del dinero de que nos habla la un¨¢nimamente aceptada se?ora Anthonioz-De Gaulle?
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