Con los pies en el suelo
El holand¨¦s Bergkamp se obliga a largos viajes para evitar el avi¨®n
Apenas hace un a?o, el Betis se interes¨® por Dennis Bergkamp, un futbolista que hab¨ªa tenido problemas para estar a la altura de su prestigio anterior. Bergkamp fue uno de los muchachos predilectos de Johan Cruyff en aquel Ajax renovador y lleno de talento que sirvi¨® de trampol¨ªn a varios jugadores. Entre todos, Bergkamp era el m¨¢s joven y uno de los que menos dudas ofrec¨ªa. Bergkamp se fue al Inter por 2.500 millones de pesetas y una promesa que no pudo cumplir: nunca pudo hacer por su equipo lo que la trinidad holandesa -Van Basten, Gullit y Rijkaard- hab¨ªan hecho en el Milan. Cualesquiera que fueran sus problemas futbol¨ªsticos, hab¨ªa otro que le caus¨® un da?o enorme: su invencible miedo a volar.No se sabe mucho sobre los entresijos de aquella negociaci¨®n con el Betis, pero es seguro que Bergkamp recapacit¨® muy seriamente sobre las conversaciones con un mapa en la mano. Debido a la extensi¨®n de Espa?a, la mayor¨ªa de los viajes de los equipos se realizan en avi¨®n, obst¨¢culo insuperable para Bergkamp, que hace casi tres a?os decidi¨® no volver a subirse a un aeroplano.
No importa la distancia: Bergkamp no acompa?¨® a la selecci¨®n holandesa en su viaje a Inglaterra para disputar la pasada Eurocopa. Prefiri¨® un desplazamiento de cuatro horas por carretera que un vuelo de 40 minutos entre Amsterdam y Londres. Su fobia es del tal calibre que le obliga a esfuerzos extenuantes para dar esquinazo a los aviones. Convocado por el seleccionador Gus Hiddink para jugar frente a San Marino, Bergkamp cruz¨® media Europa en coche para llegar al centro de Italia. En estas ocasiones acostumbra a acompa?arse por su suegro, que oficia de ch¨®fer forzoso. Su traslado desde Holanda a San Marino dur¨® 10 horas. El regreso se prolong¨® cuatro horas m¨¢s, pues Bergkamp juega en el Arsenal de Londres.
Bergkamp tuvo un paso decepcionante por el Inter, s¨®lo remediado por su espl¨¦ndida actuaci¨®n en la Copa de la UEFA que conquist¨® el equipo italiano en 1994. Pero era un hombre infeliz, poco integrado en el abrasivo estilo del f¨²tbol italiano. Y adem¨¢s padec¨ªa la aversi¨®n a volar que le generaba una angustia desastrosa. Era un futbolista deprimido y fatigado. Cuando le lleg¨® la oferta del Arsenal Bergkamp lo vi¨® como una oportunidad para reencontrarse, como futbolista, para alejarse del feroz ambiente del f¨²tbol italiano y para cumplir el sue?o de su padre, que le bautiz¨® Dennis en honor del legendario Dennis Law, estrella del Manchester en los a?os 60. Y adem¨¢s en Inglaterra las distancias son cortas. Bergamp est¨¢ a tiro de coche o de autob¨²s de todos los estadios. Por primera vez en muchos a?os se siente tranquilo y valorado. Su recuperaci¨®n es evidente. "En Italia, nadie se r¨ªe una hora antes del partido. Todo es tensi¨®n. Aqu¨ª es distinto: se puede jugar con una sonrisa en la boca", dice Bergkamp, un hombre con los pies en el suelo.
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