Los dientes de Corona
Termin¨® la pr¨®rroga con empate a cero, y hab¨ªa que jugarse la final y la fama en la serie de penaltis, chavalines, como dice Santisteban, el seleccionador. All¨ª, en Alemania, terminaba el Campeonato de Europa sub 16, y ¨¦l, Miguel Angel Garc¨ªa, alias Corona, a¨²n ten¨ªa atravesado en el buche el mano a mano que en la primera parte le hab¨ªa ganado Berger, el portero austr¨ªaco. ?Alguien pod¨ªa decirle d¨®nde estuvo el fallo? Veamos: atraves¨® la mara?a de defensas, baj¨® la pelota del pecho al pie, la congel¨® en un toque, se perfil¨® para el tiro y eligi¨® un costado; pegar¨ªa de derecha a izquierda para meterle un ca?o a ese nuevo oso rubio. Todo ser¨ªa pulcro, simple y exacto, porque ¨¦l, Corona, hijo de los Corona de Talavera, juega as¨ª desde que naci¨®.El caso es que sali¨® Hans-Peter Berger, sac¨® una mano de pelotari y, maldita sea mi estampa, consigui¨® atajar.Hace algunos a?os, cuando Miguel ?ngel Garc¨ªa se alist¨® en el equipo de alevines del Real Madrid, su familia tuvo que ingresar con ¨¦l. Dicho con otras palabras, su madre y su padre se turnaban cada d¨ªa para acompa?arle a la capital; si de ellos se trataba, nunca se sentir¨ªa solo en aquella irremediable fiebre por el f¨²tbol. Desde muy pronto, todos dijeron que el chico era un portento, y ¨¦l parec¨ªa feliz: no hab¨ªa m¨¢s que verle alargar la sonrisa hasta las enc¨ªas cada vez que marcaba alguno de sus goles. Hoy, s¨¢bado 10 de mayo de 1997, final de la Copa de Europa de selecciones sub 16, primera competici¨®n oficial de la UEFA, ah¨ª est¨¢ Corona, rumiando el mano a mano con el cabrito de Hans-Peter. Por supuesto, pide el quinto penalti.Camacho, Fraile, Nelo, Ander y los cuatro austr¨ªacos convierten los ocho primeros disparos. Corona acomoda la pelota, toma carrerilla y decide darse una segunda oportunidad: ahora ajustar¨¢ un poco m¨¢s el tiro a la base del palo izquierdo. Un segundo despu¨¦s, la pelota, muy tocada, comenzaba a ce?irse al poste; a media estirada, Berger supo que volaba con retraso. De pronto Corona estaba marcando el gol m¨¢s importante de su vida al hombre que le hab¨ªa adivinado el tiro m¨¢s venenoso. Pero no se tom¨® tiempo para celebrarlo; en vez de disfrutar de ¨¦l, prefiri¨® animar a lker Casillas, el colega portero, que por fin detuvo el quinto. Campeones. En los actos protocolarios, el locutor present¨® a la selecci¨®n espa?ola como la m¨¢s brillante promoci¨®n europea de valores j¨®venes. Horas despu¨¦s, un elenco de 20 jugadores extranjeros decid¨ªa en el Camp Nou el Barcelona-Madrid, ¨²ltimo partido del siglo de esta semana.Si quieres hacerte un sitio, af¨ªliate los dientes, Coronita.
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