EL rock del suspense
Ocho grupos musicales abren con entusiasmo y sed de triunfo el trofeo Villa de Madrid
El resultado, el jueves: hasta ese d¨ªa tendr¨¢n que esperar los ocho grupos que ayer participaron en el Trofeo de Rock Villa de Madrid. El entusiasmo y voluntad que derrocharon en la tarde de ayer los participantes en la primera de las tandas eliminatorias no se sabr¨¢ si tiene recompensa. Y no es cuesti¨®n de tenerlas todas consigo. Durante cuatro d¨ªas, 40 grupos madrile?os, separados por las confusas categor¨ªas de pop y rock, desfilar¨¢n cada tarde por el Pabell¨®n de Convenciones de la Casa de Campo para acceder a una de las dos semifinales. Ocho grupos de cada estilo llegar¨¢n a ellas.Luego competir¨¢n viernes y s¨¢bado para que, finalmente, el domingo haya tres premios de cada categor¨ªa. Y entusiasmo y voluntad fue todo lo destacable de la primera jornada.A punto de cumplir 20 a?os (se cre¨® en 1978), el Trofeo de Rock Villa de Madrid arrastra ¨²ltimamente fama de no servir para mucho. Si de las primeras ediciones salieron artistas como el Gran Wyoming, Mercedes Ferrer o Carlos Torero, lo cierto es que en los ¨²ltimos a?os nadie podr¨ªa recordar los nombres de los ganadores.
La organizaci¨®n quiere adecentar el concurso para que vuelva a tener la afluencia de los a?os gloriosos. Este a?o lo intentan llevando cada d¨ªa un grupo supuestamente consagrado (Los Planetas, La Nevera y Killer Barbies, los m¨¢s conocidos) que arrastre p¨²blico.
Ayer pas¨® al contrario, los ochos grupos que tuvieron la osad¨ªa de romper el hielo de la primera jornada, tuvieron m¨¢s p¨²blico que el grupo invitado, Gandy, muy conocido en Galicia por haber compuesto el himno del Superdepor, pero que no consigui¨® ni dejar a 30 o 40 personas a pie de escenario. Pero el rock, o el pop, no se escribe s¨®lo con voluntad y entusiasmo, no basta con dejarse el pelo largo y hacer de la piel la p¨¢gina de un tebeo. El rock, o el pop, son canciones, y, a juzgar por la primera jornada, esta edici¨®n del Villa de Madrid adolece de falta canciones.
Los grupos que tocan, y muy bien, son los que se pasan horas en La Nave, Ritmo y Comp¨¢s, y en cualquiera de los otros locales de ensayo que en Madrid hay, pero carecen de reflejos para hacer una canci¨®n que pase a la historia o que, simplemente, haga saltar al p¨²blico.
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