"Si hay moneda ¨²nica, el Reino Unido tendr¨¢ que sumarse a largo plazo"
Encargado de conducir la pol¨ªtica exterior del nuevo Gobierno brit¨¢nico, el escoc¨¦s Robin Cook afirma que el inter¨¦s de Londres es desempe?ar plenamente su papel en la construcci¨®n europea, al lado de Alemania y Francia. En Par¨ªs, ante el Consejo de Ministros de la UEO (Uni¨®n Europea Occidental), Cook ha reafirmado, sin embargo, que para Londres no es planteable el dotar a la Uni¨®n Europea (UE) de una organizaci¨®n de defensa que haga la competencia a la OTAN.Pregunta. ?C¨®mo pretende su Gobierno reintegrar al Reino Unido en el juego europeo?
Respuesta. Estoy encargado de ponerme r¨¢pidamente en contacto con Francia y Alemania. Bajo el Gobierno brit¨¢nico anterior, el Reino Unido ha sido dejado al margen de Europa. Esta estrategia de aislamiento no nos ha beneficiado en nada. Quiero hacer del Reino Unido un socio igual a Francia y a Alemania. Si hay un di¨¢logo entre esos dos pa¨ªses, nosotros tambi¨¦n queremos dialogar con ellos. ?M¨¦nage ¨¢ trois? No es un buen t¨¦rmino en el contexto brit¨¢nico, es una expresi¨®n que me traer¨ªa problemas con nuestros medios informativos. No se trata de tener la misma posici¨®n sobre cada asunto. Alemania y Francia tienen a veces posiciones diferentes. De vez en cuando, Francia pone por delante su inter¨¦s nacional, lo que no le impide desempe?ar su papel para llegar a soluciones. El Reino Unido actuar¨¢ de un modo similar.
P. Cuando se trata de definir una pol¨ªtica exterior com¨²n, ?por qu¨¦ se opone a la regla de la mayor¨ªa?
R. Nosotros estamos de acuerdo en tener una pol¨ªtica exterior com¨²n. No hay duda de que Europa, cuando habla con una sola voz, tiene fuerza. Se ha visto durante las negociaciones comerciales. Si podemos llegar a hablar con una sola voz durante las crisis internacionales, como la de los Balcanes, seremos mucho m¨¢s eficaces. Pero la pol¨ªtica exterior toca el coraz¨®n de la identidad nacional. Se pueden encontrar soluciones sin acabar con el derecho de veto: se puede practicar la abstenci¨®n constructiva.
P. Londres ha sido acusada frecuentemente de considerar Europa como una zona de libre cambio m¨¢s que como una entidad pol¨ªtica.
R. La ampliaci¨®n es un asunto pol¨ªtico. El mercado ¨²nico supone tambi¨¦n un compromiso pol¨ªtico. Es un problema para Europa que a¨²n queden tantas barreras que impidan la formaci¨®n de un verdadero mercado ¨²nico. ?Nuestra visi¨®n? Reconocemos que el lugar del Reino Unido est¨¢ en Europa, que no puede prosperar en el mundo si se mantiene al margen de Europa, de la misma manera que no se puede concebir una Europa sin el Reino Unido. Esto no significa que tengamos que abandonar nuestra soberan¨ªa, no m¨¢s que Francia.
P. ?La ausencia de una moneda ¨²nica no es un obst¨¢culo para el mercado interior?
R. Reconozco que, a largo plazo, una moneda ¨²nica ayudar¨ªa a reforzar el mercado ¨²nico. Pero ¨¦sta plantea tambi¨¦n muchas preguntas econ¨®mica y financieras muy dif¨ªciles. S¨®lo faltan 18 meses para 1999. Tenemos un calendario cargado y con muchas prioridades. Si decidimos en este momento tard¨ªo que la moneda ¨²nica debe ser una prioridad, esto tendr¨ªa un impacto pesado sobre las otras cosas que queremos hacer. Hemos dicho que no rechazamos la idea de participar en la primera tanda, o despu¨¦s; vamos a proceder a un examen serio. Esto quiere decir que el Reino Unido asumir¨¢ la presidencia de la Uni¨®n en la primera mitad del a?o pr¨®ximo, y yo aseguro a nuestros socios que si ellos quieren ir hacia adelante con la moneda ¨²nica, participemos nosotros o no, haremos, en tanto que presidencia todo lo que est¨¦ en nuestra mano para facilitar la tarea. No haremos ninguna obstrucci¨®n.
P. ?El a?o 2002 puede ser un objetivo para Gran Breta?a?
R. No s¨¦. No ser¨ªa apropiado en este momento fijar una fecha espec¨ªfica como objetivo. Si se lanza la moneda ¨²nica y es un ¨¦xito, ya he dicho que, a largo plazo, el Reino Unido deber¨¢ unirse.
P. ?Considera la falta de una pol¨ªtica econ¨®mica com¨²n uno de los obst¨¢culos a la moneda ¨²nica?
R. Entre los aspectos atractivos se encuentra el hecho de que la moneda ¨²nica suprima la especulaci¨®n entre nuestras divisas. Esto dar¨ªa mucha seguridad a nuestros exportadores. Nuestros industriales est¨¢n inquietos a causa del alza de la libra. Pero si tenemos una moneda ¨²nica, con un banco central que decide la pol¨ªtica monetaria, har¨¢ falta reforzar el Ecofin (Consejo de Ministros de Econom¨ªa y Finanzas de la UE) para asegurar que esta pol¨ªtica monetaria vaya a la par de una estrategia econ¨®mica para el empleo, el crecimiento y la producci¨®n. Hace falta evitar una situaci¨®n en la que la sola pol¨ªtica econ¨®mica com¨²n en Europa sea una pol¨ªtica monetaria y financiera. Adem¨¢s, hay en Europa pa¨ªses con grados de desarrollo muy diferentes; las tasas de cambio han servido de m¨¦todo de ajuste, lo que ha permitido a los pa¨ªses conducir pol¨ªticas monetarias y fiscales apropiadas a los diferentes ciclos. Con una moneda ¨²nica es muy dif¨ªcil tener pol¨ªticas monetarias diferentes y hay poco margen de maniobra en el terreno presupuestario. Hace falta preguntarse sobre c¨®mo, en una uni¨®n monetaria, sabr¨¢ encontrar Europa los medios de resolver sus diferencias de nivel de desarrollo.
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