Kabila torpedea la segunda cita con Mobutu
El jefe rebelde, Laurent Kabila, provoc¨® ayer la suspensi¨®n de la segunda cumbre con Mobutu Sese Seko. El enviado especial de la ONU, Mohamed Shanoun, no dej¨® espacio la duda: "No se celebrar¨¢ ni hoy [por ayer] ma?ana [por hoy]". Salvo milagro, de ¨²ltima hora, la soluci¨®n de la crisis de Zaire es la militar. A pesar de este importante rev¨¦s, los mediadores surafricanos conf¨ªan a¨²n en poder reunir a Kabila y Mobutu y evitar el temido ba?o de sangre en la capital. El jefe rebelde tuvo ayer, igual que hace diez d¨ªas, varias horas esperando a Mobutu en Pointe Noire (Congo).
Kabila esgrimi¨® otra vez motivos de seguridad para no acudir a la reuni¨®n con el todav¨ªa presidente zaire?o. El l¨ªder rebelde exigi¨® que el Outeniqua, el barco que deb¨ªa ser tambi¨¦n sede del segundo encuentro, estuviera en aguas internacionales."La ¨²ltima oportunidad para una salida negociada", como el martes la defini¨® con cierto dramatismo el vicepresidente de Sur¨¢frica, Thabo Mbeki, parece naufragar, tal vez definitivamente. Fuentes pr¨®ximas al encuentro aseguran que el motivo de la suspensi¨®n, adem¨¢s del enfado que ha provocado el segundo desaire de Kabila, es la ¨²ltima contrapropuesta presentada por Mobutu, muy alejada de las exigencias de los rebeldes. ?sta podr¨ªa estar en la l¨ªnea de lo dicho en los ¨²ltimos d¨ªas: un Gobierno encabezado por el arzobispo de Kisangani Laurent Monsengwo, elegido por los seguidores de Mobutu como presidente del Parlamento.
Kabila hab¨ªa reiterado que su objetivo en una segunda reuni¨®n, tras el fracaso de la primera, era que Mobutu anunciara la fecha de su dimisi¨®n y el traspaso ordenado del poder a los rebeldes. S¨®lo as¨ª, dijo, se evitar¨¢ el ataque militar sobre Kinshasa.
El lenguaje del mobutismo no es mucho m¨¢s conciliador. Junto al toque de queda (que entr¨® en vigor sin incidentes), ha solicitado a la poblaci¨®n de Kinshasa que se disponga a defender la ciudad. La respuesta a la convocatoria de una huelga general hecha por la oposici¨®n radical de ?tienne Thsisekedi -la jornada de la ciudad muerta paraliz¨® ayer toda la actividad ciudadana- deja muy pocas dudas sobre cu¨¢les son las intenciones de los casi seis millones de habitantes de la capital: la inmensa mayor¨ªa anhela la marcha del dictador y la llegada de los rebeldes.
Como hace diez d¨ªas, Kabila ha jugado con el tiempo, retrasando la reuni¨®n a su antojo. Todo comenz¨® con un equ¨ªvoco geogr¨¢fico. El helic¨®ptero ocupado por el ministro surafricano de Defensa, Joe Modise, fue a buscarle a Soyo (al norte de Angola), pero el jefe de los rebeldes estaba en Cabinda. Despu¨¦s, Kabila impuso la condici¨®n de que el Outeniqua zarpara de Pointe Noire (sede del primer encuentro) y se situara en aguas internacionales. Kabila dice que es por razones de seguridad. Estas exigencias provocaron el enfado del viceministro de Exteriores de Sur¨¢frica, Aziz Pahab, quien se declar¨® "perplejo", pues los detalles hab¨ªan sido negociados con antelaci¨®n.
La radio rebelde aprovech¨® el paro en Kinshasa para pedir a la poblaci¨®n que permaneciera en sus casas por razones de seguridad. La amenaza de Kabila de asaltar la capital es ahora algo m¨¢s que una frase, es un hecho del que ya casi nadie duda. Sus tropas est¨¢n en condiciones reales de hacerlo en muy poco tiempo. La columna de Guillaume Mulele, que avanza por el este desde Kenge, se halla en R¨ªo Negro, a unos 100 kil¨®metros del aeropuerto, aunque fuentes de EE UU indicaban que se encontraban a 60 kil¨®metros de la capital.
La radio oficial de los rebeldes hab¨ªa anunciado por la ma?ana que sus tropas no hab¨ªan avanzado en las ¨²ltimas 24 horas por razones pol¨ªticas y estrat¨¦gicas. Ambas estaban bien claras. Las primeras ten¨ªan mucho que ver con la reuni¨®n ahora suspendida. Las segundas con la voladura de los puentes sobre el r¨ªo Rifumi, que han impedido el paso del material rodado, esencial para un ataque de envergadura. Una fuente militar occidental dijo ayer a EL PA?S que la suerte estaba echada: los mercenarios angole?os de Unita (Uni¨®n Nacional para la Independencia Total de Angola) han comenzado a regresar a su pa¨ªs. Para ellos, la guerra ha terminado. Para Mobutu, puede ser que tambi¨¦n. La ¨²nica duda es si regresar¨¢ a la capital para inmolarse junto a su r¨¦gimen.
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