1979-1981, los a?os m¨¢s negros
Con Canorea entran los toreros albacete?os; con Mart¨ªn Berrocal, la 'corrida mixta'
Con Diodoro Canorea al frente, los taurinos desembarcan en Madrid y toman al asalto la plaza de Las Ventas, usando como fuerza de choque un ofert¨®n de m¨¢s de 150 millones de pesetas, que hace que la Diputaci¨®n, embriagada por tanto billete, se echara sin reparos ni miramientos en los brazos de la sociedad an¨®nima Taurina Hispalense. La estrategia de aquella empresa, pre?ada de gentes del toro, taurinos profesionales en su mayor¨ªa, era simple: programar los mejores carteles y dar la mayor cantidad posible de festejos. El resultado, sin embargo, aboc¨® a la feria en el pozo de la vulgaridad, lo que se tradujo en un balance de p¨¦rdidas millonarias que acabaron por costarle la salud al gerente m¨¢s famoso de Sevilla.Canorea y sus socios pecaron de un provincianismo superlativo. Los carteles de su primera y ¨²nica feria nacieron repletos de toreros albacete?os contratados para agradar a los que se jugaban la pasta, al tiempo que se abrieron de par en par a los rejoneadores, poco habituales en Madrid hasta aquel a?o, en que se reclut¨® ni m¨¢s ni menos que a 14.
En su camino, adem¨¢s, se debi¨® cruzar el m¨¢s gafe de todos los innombrables, y de hecho Canorea cay¨® fulminado, v¨ªctima del estr¨¦s, poco antes del inicio del ciclo isidril, lo que le tuvo m¨¢s tiempo encamado que emplazado. No fue ¨¦sa la ¨²nica desgracia, ya que, adem¨¢s de tener que lidiar casi a diario con los veterinarios, convertidos en baluartes del puritanismo vente?o, hubo dos tardes inconclusas por caer heridos todos los toreros mediado el festejo: Paula, Manolo Cort¨¦s y Ruiz Miguel, el 26 de mayo (1979), y Paco Alcalde, Ortega Cano y Ni?o de Aranjuez, un lunes 28 de mayo, frente a toros de Victorino.
De la quema se salvaron Ni?o de la Capea, que sali¨® a hombros el d¨ªa 22, tras una portentosa faena a un toro de Ib¨¢n; D¨¢maso Gonz¨¢lez, que sigui¨® el mismo camino la tarde del 25 con samueles; Paquirri, que pas¨® a la historia con el toro Buenasuerte, de Torrestrella, en tarde memorable, la del jueves 24, en la que tambi¨¦n triunf¨® El Viti, mientras que result¨® herido de gravedad Palomo Linares, y, ?sorpresa!, Rafael de Paula dio su primera vuelta al ruedo en Madrid el d¨ªa 21, para sentar c¨¢tedra definitivamente el 26.
Canorea, convaleciente a¨²n, abandon¨® el barco a finales de aquel 1979, tras haber constatado que "ser empresario de Madrid es lo m¨¢s dif¨ªcil que conozco y organizar San Isidro es 10 veces m¨¢s complicado que cualquier otra feria".
Huido el manchego afincado en Sevilla, toma las riendas, a comienzos de 1980, el promotor de boxeo, presidente del Recreativo de Huelva y ganadero Jos¨¦ Luis Mart¨ªn Berrocal. De su gesti¨®n s¨¦ recuerda, sobre todo, el empecinamiento con el burladero del tendido 7, que quiso quitar; el descubrimiento de Tom¨¢s Campuzano y la invenci¨®n de las corridas mixtas con Jo¨¢o Moura, Curro Romero y el entonces novillero Pepe Luis V¨¢zquez. En cuanto al San Isidro que organiz¨®, s¨®lo ha quedado en la memoria, y haciendo ¨ªmprobos esfuerzos, una suspensi¨®n por falta de toros y el triunfo incontestable de Francisco Ruiz Miguel. Exiguo resultado, sin embargo, para quien si se descuida pierde hasta las pesta?as al frente de Las Ventas, de donde huy¨® escaldado al terminar la temporada de 1980.
Babelia
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