Llamamiento final al voto ¨²til de las dos grandes coaliciones francesas
Los grandes partidos franceses dedicaron las ¨²ltimas horas, de campa?a, cerrada a medianoche de ayer, a pedir a los electores un, "voto ¨²til". Tanto la coalici¨®n presidencial conservadora como la alianza de socialistas y comunistas, pr¨¢cticamente empatadas seg¨²n los ¨²ltimos sondeos, temen que la mir¨ªada de peque?as candidaturas que participan en las elecciones (las m¨¢s concurridas de todos los tiempos y las m¨¢s abundantes en picaresca) provoquen la dispersi¨®n del voto y compliquen a¨²n m¨¢s un resultado que, en la primera ronda de ma?ana, se espera poco concluyente.
Al convocar elecciones con casi un a?o de anticipaci¨®n, el presidente Jacques Chirac puso a sus compatriotas ante algo parecido a un refer¨¦ndum encubierto sobre su propia gesti¨®n. Chirac pidi¨® el "respaldo" de los franceses para "proseguir las reformas" (pese a contar con el 80% de los esca?os en la Asamblea Nacional) y luego, ya en campa?a, les rog¨® que no le forzaran a cohabitar con un gobierno socialista porque ello perjudicar¨ªa "a Francia y a Europa". El mensaje, impl¨ªcito no estaba lejano de un "o yo o el caos" que podr¨ªa verse reforzado la semana pr¨®xima, antes de la segunda vuelta.Al car¨¢cter referendario y novedoso de una elecci¨®n anticipada sin que una gran crisis obligara a ello, seg¨²n la tradici¨®n de la V Rep¨²blica, se une la brevedad de una campa?a entrecortada por largos puentes, lo que ha impedido desarrollar un aut¨¦ntico debate. As¨ª lo quiso el presidente, en la creencia de que una guerra rel¨¢mpago le permitir¨ªa rendir a la oposici¨®n socialista para el resto de su septenio. Los programas electorales se sumaron a la confusi¨®n: vagos en el mejor de los casos, y movedizos con frecuencia.
La derecha, por ejemplo, ha acabado la campa?a silenciando toda referencia al euro y hablando de trabajar por una "Europa social", exactamente lo mismo que hace el l¨ªder de la izquierda, Lionel Jospin, a quien sin embargo se le tilda machaconamente de "antieuropeo" desde el bando de Alain Jupp¨¦. Jospin, por su parte, nada en contradicciones en lo referente al sector p¨²blico: dijo que France Telecom no ser¨ªa privatizada, su partido admiti¨® luego que pod¨ªa serlo "parcialmente", y al final remiti¨® la decisi¨®n a una consulta a los trabajadores de la empresa.
Las opciones de protesta
Al desorden de la campa?a, a la confusi¨®n program¨¢tica y a la tremenda impopularidad de los pol¨ªticos, que hacen presagiar una importante dosis de "voto de protesta", se unen las much¨ªsimas opciones que tendr¨¢ ante s¨ª el elector deseoso de castigar a los grandes partidos. A estas elecciones se presentan 6.360 candidatos, un 20% y un 45% m¨¢s que en 1993 y 1988 respectivamente. Algunos son independientes, gente desenga?ada de los grandes partidos que quiere hacer escuchar su voz, pero la mayor¨ªa acude a los comicios por dinero. Jean Pierre Soisson, ex ministro y l¨ªder de un grup¨²sculo centrista, lo admite sin disimulos: "Mi movimiento vive del dinero p¨²blico. El a?o pasado cobr¨¦ unos cuatro millones de francos [100 millones de pesetas]. Como no sab¨ªa en qu¨¦ gastarlos, he abierto una libreta".La ley electoral francesa establece el pago de 11,31 francos (282 pesetas) por cada voto obtenido, durante los a?os que dure la legislatura. La ley aspira a hacer innecesaria la financiaci¨®n ilegal, a proteger a los minoritarios y a evitar que todo el dinero sea para los partidos con representaci¨®n parlamentaria, pero quienes m¨¢s provecho sacan de la f¨®rmula no son "los inventores de nuevas corrientes de ideas y opiniones", como deseaba el legislador, sino gente que ha descubierto la falla del sistema. SOS Pap¨¢, Marido y Mujer, Nuevos Ecologistas, Uni¨®n Socialista, Partido de la Ley Natural, Derecho a la Infancia, Naturaleza y Animales y Ecolog¨ªa Independiente, son algunos de los grupos (y sectas) que se postulan.
El caso de los ecologistas es el m¨¢s sangrante. Brice Lalonde, ex ministro de Medio Ambiente, lidera varias de esas opciones supuestamente preocupadas por la preservaci¨®n de la naturaleza. Su o sus partidos andan faltos de militantes y por ello ha recurrido a los anuncios en los peri¨®dicos en busca de candidatos. "Me ofrecieron 1.500 francos [37.500 pesetas] por presentarme por Estrasburgo", explica Elisa Quiniou. "A m¨ª me dijeron que escogiese entre tres etiquetas ecologistas", dice Bah¨ªa Idjouadiene, "pero nunca me preguntaron qu¨¦ sab¨ªa de ecolog¨ªa. Ni tan s¨®lo quisieron verme. Les bastaba el contacto telef¨®nico".
Por otra parte, una veintena de manifestantes de SOS Racismo se enfrent¨® ayer violentamente con dirigentes y guardaespaldas del Frente Nacional (FN) en Vitrolles, ¨²ltimo baluarte conquistado por el partido de Jean Marie Le Pen, informa Jos¨¦ Luis Barber¨ªa. El responsable de asuntos econ¨®micos de la alcald¨ªa de Vitrolles, Claude Bourges, militante del FN, result¨® herido y varias personas m¨¢s contusionadas.
La pelea, es un chispazo en una campa?a en la que el FN no ha rebajado lo m¨¢s m¨ªnimo su habitual discurso incendiario. El jueves por la noche, ante cerca de 5.000 simpatizantes parisinos, Le Pen volvi¨® a se?alar a los inmigrantes como uno de los principales problemas de esa Francia deshecha y traicionada que ¨¦l ilustra con oficio.
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