Un capell¨¢n acusa de un delito de coacciones al arzobispo castrense
La titular del Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 12 de Madrid, Adoraci¨®n Mar¨ªa. Riera, ha admitido a tr¨¢mite la querella criminal de un capell¨¢n militar contra el arzobispo castrense, el secretario general del arzobispado y el vicario general. El sacerdote les acusa del delito de coacciones porque, asegura, le advirtieron que si no causaba baja voluntaria en el Servicio de Asistencia Religiosa de las Fuerzas Armadas, para el que fue nombrado en 1993 por ocho a?os como m¨¢ximo, saldr¨ªan a relucir trapos sucios sobre su conducta.
Antonio G¨®mez, sacerdote destinado como capell¨¢n militar en la base a¨¦rea de Alcantarilla (Murcia), dirige su querella contra el arzobispo castrense, Jos¨¦ Manuel Estepa; el secretario general de ese arzobispado, Jes¨²s Le¨®n, y el vicario general, Jos¨¦ Antonio Vila.G¨®mez relata que el 2 de diciembre de 1996 fue convocado urgentemente por Le¨®n al arzobispado y que ¨¦l y Vila le dijeron que ten¨ªan una p¨¦sima informaci¨®n sobre ¨¦l, que escandalizaba a la base con sus predicaciones, que siempre iba con muchachos y que hab¨ªa introducido soldados en el pabell¨®n de oficiales e incluso los hab¨ªa, "subido" a su habitaci¨®n".
Ambos, siempre seg¨²n la versi¨®n del capell¨¢n, le comunicaron que el arzobispo hab¨ªa decidido que causara baja en el Ej¨¦rcito y que, si firmaba el cese voluntario, "todo quedar¨ªa en silencio", pero que, si no, se sacar¨ªan a relucir los "trapos sucios". A pesar de que asegura que los hechos de los que "se le acusa son falsos, G¨®mez lo firm¨® por, alega, la insistencia con que se le intimid¨®.
Semanas despu¨¦s, el 26 de diciembre, G¨®mez requiri¨® notarialmente a Estepa para que dejara sin efecto su renuncia porque no era ¨¦se su deseo y si la firm¨® fue por sentirse "intimidado y coaccionado". El d¨ªa 30 dirigi¨® tambi¨¦n un escrito al vicario regional del Mando A¨¦reo del Estrecho, Celestino Fern¨¢ndez de Celis, para que lo cursara al arzobispado, manifestando que hab¨ªa firmado coaccionado.
Estepa, que hab¨ªa presentado en Defensa la propuesta de cese voluntario, orden¨® en principio retirarla al conocer las gestiones de G¨®mez. Pero luego propuso al ministerio el cese directamente, medida que sustituy¨® m¨¢s tarde por la de cambio de destino.
La juez orden¨® en abril ¨²ltimo que se iniciara "la averiguaci¨®n de los hechos denunciados", as¨ª como que se comunicase a la autoridad competente la condici¨®n eclesi¨¢stica de los querellados, seg¨²n el acuerdo con la Santa Sede de 28 de julio de 1976. Otra resoluci¨®n del mismo mes acord¨® dar cuenta de la querella a la nunciatura apost¨®lica en Espa?a a trav¨¦s de Exteriores.
Este peri¨®dico se puso en contacto con los querellados para que facilitaran su versi¨®n. En nombre de los tres, Le¨®n dijo: "No puedo dar ninguna informaci¨®n". Ante la ignorancia que adujo sobre la querella, se le pregunt¨® si, al menos, ten¨ªa noticia de que se hubiera producido un conflicto entre el arzobispado y el capell¨¢n, a lo que contest¨®: "No hay nada de eso. No me consta nada".
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