Empate de guante blanco
El Extremadura arranca un sabroso punto en su visita al Atl¨¦tico
Por encima de todo, fue un partido de guante blanco. Sin una patada de m¨¢s, ni una mala mirada. Y ese clima de buenos modales gener¨® muchas m¨¢s ocasiones que buen f¨²tbol. En el Atl¨¦tico pes¨® m¨¢s su evidente falta de motivaci¨®n que el esfuerzo que realiz¨® por demostrar lo contrario. Busc¨® el gol reiteradamente, aunque sin obsesionarse, y tuvo ocasiones a granel. Pero careci¨® del instinto asesino obligatorio para culminar en el fondo de la red todo ese trabajo. El suyo, al cabo, pareci¨® un ejercicio relajado de diversi¨®n. Le falt¨® el plus que concede la necesidad de ganar. E incluso, hasta las ganas de vencer.De todo ello se favoreci¨® el Extremadura, que se llev¨® del Calder¨®n un punto sabroso. Pudo perder el equipo de Almendralejo, sobre todo cuando en el tramo final del choque, en los ¨²ltimos veinte minutos, se le acabaron el ox¨ªgeno y las ideas. Aunque fue de m¨¢s a menos, su faena tuvo m¨¦rito. Su juego estuvo cargado de criterio y orden. Y tambi¨¦n, aunque en menor n¨²mero que el Atl¨¦tico, de oportunidades. Su problema no fue tanto la falta de motivaci¨®n y obligaciones, que las tiene y muchas, sino la carencia de calidad en los metros de la verdad. Su pegada procede en exclusiva de Dur¨¦ y Silvani, y a los dos los ech¨® ciertamente de menos ayer.
El primer tiempo, a los puntos, fue del Extremadura. El Atl¨¦tico asumi¨® el dominio y persigui¨® el gol, pero las riendas, con Basualdo al volante, las ten¨ªan los chicos de Josu Ortuondo. Estuvo el Atl¨¦tico, con todo, cerca del 1 -0. El palo, que escupid¨® un golpe franco magistral de Pantic, y Navarro Montoya, espl¨¦ndido durante toda la tarde- lo evitaron. Y fue el Extremadura, despu¨¦s de un aviso serio de Ferreira, el que encendi¨® por vez primera el luminoso. El gol lo firm¨® Pedro Jos¨¦ a la salida de un c¨®rner. Previamente hubo un penalti, por manos de Aguilera, pero Rodr¨ªguez Martel aplic¨® la ley de la ventaja y liber¨® as¨ª al rojiblanco de la expulsi¨®n. Todo ello sucedi¨® en el minuto 20. De ah¨ª hasta el descanso, el Extremadura se hizo due?o de todo. Hasta de las llegadas m¨¢s peligrosas, pero le falt¨® dureza para sentenciar.
La segunda parte, aparte de una muestra de los deseos de Antic por demostrar su autoridad -hizo jugar de nuevo a Soloz¨¢bal de lateral izquierdo, algo as¨ª como que 'vea todo el mundo que aqu¨ª mando yo'-, trajo un cambio de gui¨®n. El Atl¨¦tico se encontr¨® el empate pronto, obra de Simeone, a quien el p¨²blico del Manzanares, por cierto, rog¨® con insistencia que no se fuera a Italia. Y el Extremadura, tras apurar todas sus balas -Estebaranz tuvo tres goles en la bota-, se qued¨® sin fuerzas y baj¨® los brazos. Se tir¨® atr¨¢s, abandon¨® su juego de toque y se dedic¨® a cuidar el puntito. Fue entonces cuando el Atl¨¦tico lo tuvo todo, ocasiones clamorosas incluidas, para hacerse con los puntos. Llegaba y llegaba el Atl¨¦tico, pero como no hab¨ªa necesidad de ganar, y tal vez tampoco demasiadas ganas, la cosa se qued¨® en empate.
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