Polonia aprueba con escaso inter¨¦s y tras varios a?os de debate otra Constituci¨®n
Polonia tiene por fin una nueva Constituci¨®n, tras a?os de discusiones parlamentarias, aprobada en refer¨¦ndum el domingo pasado con una escasa participaci¨®n del 43% y menos de siete puntos de diferencia entre los partidarios del s¨ª y el no.
Los resultados demuestran que, pese a sus incuestionables avances econ¨®micos, el panorama pol¨ªtico del mayor pa¨ªs de Europa oriental permanece en buena medida anclado en la dial¨¦ctica de los a?os inmediatamente posteriores a la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn.Dos bandos aparentemente irreconciliables, el de los ex comunistas y sus aliados, impulsores de la nueva ley fundamental, y el de sus adversarios nacionalcat¨®licos, pugnan por imprimir su dise?o a la Polonia del a?o 2000.
La batalla decisiva se dar¨¢ en las elecciones generales de septiembre. Los sondeos acertaban al se?alar el desinter¨¦s de los polacos por una Carta Magna que ha consumido ocho a?os de trifulcas parlamentarias dedicadas en su mayor¨ªa a hablar de Dios, el aborto o las relaciones con el Vaticano. Pero vaticinaban m¨¢s de un 60% de participaci¨®n -en Espa?a fue del 67% en 1978- entre los 28 millones de ciudadanos con voz y una gran diferencia a favor del s¨ª.
Los datos finales provisionales facilitados ayer por la comisi¨®n electoral, arrojan menos de un 53% de, votos afirmativos y un 46% en contra.
Los primeros an¨¢lisis se?alan crudamente que en este cuadro de anestesia general los partidarios de la alianza gubernamental socialdem¨®crata han votado en masa a favor, mientras que los seguidores de la amalgama derechista Solidaridad -sin representaci¨®n parlamentaria- y otros anticomunistas exaltados han hecho lo propio en contra.
La apat¨ªa ha podido con casi todos los dem¨¢s, y abrumadoramente en las zonas rurales. Los m¨¢s respetados peri¨®dicos polacos deducen de la consulta las escasas ra¨ªces de la sociedad civil en su pa¨ªs y consideran que todos han Perdido con el resultado.
El presidente de la Rep¨²blica, Alekxander Kwasniewski, uno de los principales impulsores del texto, y los l¨ªderes de los partidos parlamentarios que lo aprobaron casi un¨¢nimemente el pasado abril expresaron ritualmente su satisfacci¨®n, pero con la boca peque?a. "Hubiera preferido m¨¢s s¨ªes y mayor participaci¨®n", ha dicho a este enviado el l¨ªder del partido gobernante y ex primer ministro, Jozef Oleksy.
El jefe de Solidaridad, Manan KrzakIewski, a quien los sondeos dan una intenci¨®n de voto en septiembre igual a la de sus enemigos ex comunistas, no oculta su alegr¨ªa por el poco entusiasmo despertado por una Constituci¨®n para ¨¦l inaceptable, porque "ni refleja suficientemente la tradici¨®n cat¨®lica polaca ni rompe abiertamente con el pasado comunista".
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