Y Curro tore¨®
Fue durante la lidia del cuarto de la tarde, cuando la lluvia ca¨ªa a implacables goterones sobre el peinado de las se?oras y a¨²n restallaba en el aire plomizo el agudo desgarrado del clar¨ªn mensajero del cambio de tercio. Un espectador se levant¨® y grit¨®: "?Curro, a torear!"No sabemos si le oy¨® el maestro de Camas o anda ya con el t¨ªmpano achacoso. El caso fue que Curro tom¨® la muleta y se sac¨® el toro fuera de la raya con muletazos de sorprendente arte y majestad.
Y Curro empez¨® a torear. Unas veces le sal¨ªa, otras no. Ahora se le encog¨ªa el ¨¢nimo y la figura, despu¨¦s se confiaba, se ergu¨ªa, sacaba pecho y dibujaba el derechazo. Fue una faena desigual, muy templada a ratos, muy sentida siempre, enganchada y sucia en algunos muletazos. Pero all¨ª quedaron algunos naturales lent¨ªsimos, de temple dormido. Tal cual otra trinchera de filigrana. Y, sobre todo, la sensaci¨®n de que aquello era otra cosa. Los dos chavales que alternaban con el maestro estaban at¨®nitos, en el burladero, con la boca abierta.
Torrestrella / Romero, Puerto, Tom¨¢s
Toros de Torrestrella, de presencia desigual (2? y ? anovillados), de escasa fuerza, nobles.Curro Romero: pinchazo, media delantera y descabello (aplausos y saludos); dos pinchazos, media y descabello (vuelta). V¨ªctor Puerto: estocada ca¨ªda atravesada (ovaci¨®n y salida al tercio); estocada desprendida (oreja). Jos¨¦ Tom¨¢s: estocada tendida (dos orejas); estocada ca¨ªda y descabello (oreja). Plaza de Toledo, 29 de mayo, 1? corrida del Corpus. M¨¢s de media entrada.
Tanta impresi¨®n les caus¨® el toreo de aquel maestro sesent¨®n, que V¨ªctor Puerto le brind¨® la muerte del quinto. Despu¨¦s hizo una faena de pases por aqu¨ª, pases por all¨¢, sin ninguna brillantez, porque el toro estaba inv¨¢lido y, adem¨¢s, el toreo es otra cosa. Ya- lo, ir¨¢ aprendiendo.
Que nadie piense que lo ¨²nico que se vio en esta corrida fueron los aromas del arte sevillano de Romero. Tambi¨¦n tore¨® Jos¨¦ Tom¨¢s. En el tercero de la tarde llev¨® a cabo una faena muy ligada, sin perder terreno entre muletazo y muletazo. Alcanz¨® la cima de la perfecci¨®n cuando manej¨® la mano izquierda, con la que traz¨® una tanda de naturales con temple ,hondura, gusto y recreo. Hasta en las manoletinas finales se gust¨® y se recre¨®. Cuando mat¨® de una estocada, pidieron la oreja hasta desde los balcones de los edificios que rodean la plaza.
Luego le regalaron la oreja del ¨²ltimo de la tarde, en el que no hubo faena. S¨®lo encimismo frente a un toro de nulo recorrido, que se acab¨® enseguida.
V¨ªctor Puerto sac¨® muletazos al segundo del encierro, un novillo de pitones m¨¢s que sospechosos. Intent¨® el toreo de mano baja, pero no lo pudo ligar. El toro se paraba, ten¨ªa un punto de incomodidad -tal vez falto de castigo, pues s¨®lo se le dio un picotazo- y V¨ªctor no terminaba de confiarse. La faena careci¨® de ligaz¨®n y adoleci¨® de falta de inspiraci¨®n.
Los toros de Torrestrella dieron de s¨ª todo lo que se esperaba de ellos. No molestaron a los toreros, se dejaron hacer todo lo que ¨¦stos intentaron y, sobre todo, el cuarto permiti¨® al maestro sevillano deleitar y sorprender al p¨²blico con los pellizcos de su arte.Trap¨ªo en Sevilla
Por otra parte, en la Maestranza de Sevilla se lidiaron toros con trap¨ªo de Conde de la Maza, informa Antonio Lorca, aunque. descastados. Los diestros tuvieron el siguiente resultado: Jos¨¦ Luis Parada, pitos en su lote, y Tom¨¢s Campuzano y Mart¨ªn Pareja Obreg¨®n, silencio en los suyos. Hubo media entrada.
En C¨®rdoba se lidiaron toros de Torrestrella, anovillados y encastados, informa R. R. Aparicio. Finito de C¨®rdoba, divisi¨®n, oreja y ovaci¨®n. Rivera Ord¨®?ez, ovaci¨®n; aviso y bronca; silencio. Hubo tres cuartos de entrada.
Babelia
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