La guerrilla mexicana intensifica sus ataques en plena campa?a electoral
La violencia vuelve a sacudir a M¨¦xico cuando el pa¨ªs vive inmerso en la campa?a para las elecciones legislativas de julio pr¨®ximo. En cuatro d¨ªas, dos choques del Ej¨¦rcito Popular Revolucionario (EPR) con patrullas militares han dejado, al menos, nueve muertos en el Estado de Guerero. Las fuerzas armadas se han desplegado en la regi¨®n. La primera v¨ªctima pol¨ªtica parece ser el Partido de la Revoluci¨®n Democr¨¢tica (PRD): diez militantes han sido detenidos por su presunta vinculaci¨®n al grupo armado.
El s¨¢bado pasado, la guerrilla embosc¨® un convoy del, Ej¨¦rcito en una carretera federal de Guerrero, al sur del pa¨ªs. El martes siguiente se produjo un choque con una patrulla en la monta?a, que deriv¨® en un combate de varias horas. El balance oficial de nueve v¨ªctimas (cinco soldados y cuatro guerrilleros) ha sido desmentido por el EPR, que eleva la cifra de "bajas militares" a 23, entre muertos y heridos.El goteo de informaci¨®n parece un juego de desprop¨®sitos: en un escueto comunicado sobre el enfrentamiento del martes, la Secretar¨ªa de Defensa evitaba identificar a los "transgresores". El mi¨¦rcoles, la cadena Televisa citaba a fuentes castrenses para anunciar a bombo y platillo la captura de uno de los dirigentes de la guerrilla, el comandante Hermenegildo. El jueves, una nota del Ej¨¦rcito desment¨ªa la noticia.
El gobernador de Guerrero, Angel Aguirre, miembro del oficial Partido Revolucionario Institucional (PRI), ha suavizado el contenido pol¨ªtico de sus declaraciones: primero dijo que este brote de violencia respond¨ªa "a una estrategia para sembrar psicosis y enrarecer el ambiente" ante los comicios legislativos y municipales del 6 de julio. Despu¨¦s diluy¨® los ataques de la guerrilla en una gen¨¦rica escalada criminal en la que participar¨ªan delincuentes comunes y narcotraficantes.
La depauperada sierra de Guerrero, en efecto, es la mayor productora nacional de amapola, la materia prima de la hero¨ªna. Pero tambi¨¦n es el territorio del EPR, una peculiar guerrilla de discurso marxista nacida en junio de 1996 a partir de los restos de viejas organizaciones armadas de los a?os setenta. El grupo trata de arraigarse en las comunidades ind¨ªgenas de esta regi¨®n, colindante con el centro tur¨ªstico de Acapulco.
El Ej¨¦rcito ha intensificado considerablemente su presencia con refuerzos llegados de la capital.
La guerrilla, que no hab¨ªa perpetrado ning¨²n ataque desde diciembre y andaba en una fase de "propaganda armada" en los pueblos guerrerenses, acusa a los soldados de provocar los incidentes. Con todo, sus actuaciones tienen un alcance pol¨ªtico evidente.
La emboscada del s¨¢bado, por ejemplo, se produjo un d¨ªa antes del esperado debate entre los candidatos al gobierno de la capital mexicana.
El clima de normalidad pol¨ªtica se ha trastocado, y la primera v¨ªctima de esta situaci¨®n parece ser el centroizquierdista PRD, cuyas bases guerrerenses han sido vinculadas en m¨¢s de una ocasi¨®n con el EPR. A ra¨ªz de las dos emboscadas, diez de sus militantes, campesinos de la sierra, han sido detenidos por su presunta participaci¨®n en los hechos. La direcci¨®n del PRD se ha desmarcado de los ataques de la guerrilla.
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