Un administrativo gana el concurso de relatos para seguidores de Cervantes del D¨ªa del Libro
El maestro de Cervantes
"En un lugar de La Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que viv¨ªa un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, roc¨ªn flaco y galgo corredor".Don Miguelito Cervantes dej¨® de leer, esperando con mal disimulado temor el juicio del se?or maestro.
-Eso est¨¢ muy mal -dijo Don Nu?o abofeteando la mejilla del adolescente- ?Qu¨¦ es eso de en un lugar de La Mancha? ?Es que hemos olvidado la geograf¨ªa?
-No, se?or, pero yo soy madrile?o.
-Y zoquete, harag¨¢n y de vida pigre y f¨¢cil -a?adi¨® el maestro mes¨¢ndose las barbas-. Con este comienzo demuestra al mundo su ignorancia y deja en mal lugar a su maestro. ?A cambiarlo inmediatamente! ?Qu¨¦ cruz, se?or, me mandas con los alumnos inaplicados! El perill¨¢n no quiere acordarse del pueblo donde transcurre el relato. ?Bonito modo de animar a la lectura! Veamos; como primera e ineludible premisa, hay que situar la acci¨®n en un lugar concreto para que todos imaginemos la ubicaci¨®n exacta del cuento. ?Podemos imaginarla con este comienzo?
-Noooo -respondi¨® la clase entera.
- Pues cambi¨¦mosla y demostr¨¦mosle a don Miguelito c¨®mo se construye un relato. A ver, don Crisp¨ªn, ubique la acci¨®n.
-?En... Almendralejo? -balbuci¨® el alumno.
-?Qu¨¦ tortura! -exclam¨® el maestro-, otro harag¨¢n, ?venga raudo a recibir su merecido bofet¨®n!
Al fondo del aula, una breve vocecilla se atrevi¨® a insinuar: "Albacete".
-?Qui¨¦n ha dicho Albacete?
-He sido yo, se?or maestro -se irgui¨® el cojo L¨®pez.
-Muy bien, don L¨®pez; a¨²n existen alumnos que demuestran aprovechamiento, ?entiende, don Miguelito? Borre de inmediato su desafortunada frase y d¨¦ inicio al relato con un expresivo "En Albacete". Pasemos a la segunda frase, "no hace mucho tiempo que viv¨ªa". ?Qu¨¦ ejemplo de dejadez es ¨¦se, don Miguelito? Pase que no quiera decirnos d¨®nde viv¨ªa, por si su caballero tuviese deudas con la justicia, je je -ri¨® el maestro-, pero no indicarnos cu¨¢ndo es delito mayor. Don L¨®pez, corrija el error y ponga fecha.
-?El a?o pasado! -exclam¨® don L¨®pez repleto de orgullo-
-?Ve, don Miguelito?, don L¨®pez le est¨¢ arreglando el cuento. "En Albacete, el a?o pasado...". Continuemos con su sarta de desprop¨®sitos -dijo el maestro renovando el bofet¨®n a don Miguelito-. Dice el relato que era un hidalgo de los de lanza en astillero. ?Voto al cielo si entiendo eso! ?Es una nueva orden de hidalgu¨ªa? ?Es que no sabe las jerarqu¨ªas? -toda la clase hizo burla de la ignorancia de don Miguelito, que empezaba a ense?ar el rostro enrojecido-. ?Don L¨®pez! -grit¨® el maestro-, n¨®mbrele a este ignorante una orden. ?Caballero de Santiago? -dud¨® el infante-.
El maestro se felicit¨®.
-?Sea!, ya tenemos la primera frase. "En Albacete, el a?o pasado, un caballero de Santiago". Continuemos, pero antes, mi pausa para refrescar el gaznate con el agua fresca. ?No tienen sed vuesas mercedes? -ri¨® el maestro bebiendo un trago-. ?Pues est¨¢ buen¨ªsima! A ver, don Miguelito, en su siguiente frase vuelve a adolecer de inexactitud hist¨®rica. ?Tome usted otro bofet¨®n! "Adarga antigua", no me sea pedante y escriba escudo, y en cuanto a antigua, ?qu¨¦ hemos dicho de los tiempos? ?De cu¨¢ndo era el escudo, don L¨®pez?
-?De hace un lustro!
-Bien, repasemos, pues. "En Albacete, el a?o pasado, un caballero de Santiago, con escudo de, hace un lustro", ?ven la diferencia?
-S¨ª¨ª¨ª¨ª -respondi¨® la clase-.
-?Lo que cuesta ense?ar a un zote! Sigamos. Dice "roc¨ªn flaco y galgo corredor". Esto ya es un insulto a la inteligencia. ?C¨®mo un caballero de Santiago puede tener un roc¨ªn flaco?, tentado estoy de denunciarle por menosprecio, le salva que es medio tonto, y en cuanto al galgo corredor, ?para que le sirve a un caballero un perro si no es para cazar? ?Don L¨®pez, arregle el desaguisado!
-Hummm -dud¨® el ni?o-, ?caballo alaz¨¢n y perro cazador?
-Sobresaliente, don L¨®pez. Repasemos de nuevo: "En Albacete, el a?o pasado, un caballero de Santiago, con escudo de hace un lustro, caballo alaz¨¢n y perro cazador". ?Han visto? Esto es un comienzo adecuado y no la mier..., perd¨®n, lo que ha escrito don Miguelito, a quien auguro un negro porvenir. Fuera de mi presencia, don Miguelito, y aprenda de don L¨®pez a escribir relatos, ?qu¨¦ verg¨¹enza! ?No ser¨¢ nada en la vida!; a lo sumo, tonto de pueblo.
Don Miguelito, sorbiendo su ¨²ltima, agridulce l¨¢grima, guard¨® su pergamino en el fondo del bolsillo. Tal vez nunca fuera un, buen escritor, pero el tonto del pueblo, no, eso s¨ª que no.
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