Duelo a muerte en O. K. Corral
La batalla que mantienen el BBV y el Banco Santander por la hegemon¨ªa Financiera semeja, cada vez m¨¢s, al combate que ha pasado a la historia del cine en la pel¨ªcula Duelo a muerte en O. K Corral (Duelo de titanes en Espa?a), de John Sturges. El ¨²ltimo escenario ha sido Argentina: la pasada semana, el Santander compr¨® un paquete de control del Banco R¨ªo de la Plata por valor de 100.000 millones de pesetas, constituy¨¦ndose en el primer grupo privado bancario argentino. Emilio Bot¨ªn contestaba as¨ª a la operaci¨®n cerrada, apenas 15 d¨ªas antes, por Emilio Ybarra, por la que el grupo BBV (a trav¨¦s de su filial argentina) se un¨ªa al Banco de Cr¨¦dito Argentino. Ahora, ambas instituciones espa?olas controlan m¨¢s del 14% del mercado de ese pa¨ªs.Independientemente de las connotaciones b¨¦licas de la confrontaci¨®n, la presencia -cada vez mayor- de los dos grandes grupos bancarios espa?oles en Am¨¦rica Latina demuestra el alto grado de internacionalizaci¨®n que est¨¢n 5 alcanzando las entidades financieras de nuestro pa¨ªs, paralelo al experimentado en la actividad econ¨®mica general. No son el ¨²nico caso, pero la fren¨¦tica actividad del Santander y BBV en Am¨¦rica Latina (con la semiexcepci¨®n brasile?a) ha dejado chica la de otras entidades pioneras como el Banco Exterior (que fue un banco a la exportaci¨®n) y el Central Hispano.
La econom¨ªa espa?ola es una de las m¨¢s bancarizadas de Europa (proporci¨®n de activos y pasivos Financieros que los agentes espa?oles -empresas, familias, ciudadanos- tienen en el sistema bancario). Agotada esta v¨ªa de crecimiento, las instituciones buscan zonas con una bancarizaci¨®n menor. As¨ª han encontrado Am¨¦rica Latina, un mercado todav¨ªa inmaduro -como Espa?a hace dos o tres lustros-, que se convierte en el centro de la contienda. En este sentido, los bancos espa?oles han desplazado de la zona a los norteamericanos; el Santander, por ejemplo, es el tercer grupo de America Latina por volumen de activos; el BBV, el cuarto. Esta presencia, junto a la de otras empresas espa?olas (hasta ahora fundamentalmente p¨²blicas, como Endesa, Repsol, Telef¨®nica, lo que le da un car¨¢cter peculiar) hace que algunos medios de comunicaci¨®n anglosajones hayan hablado de los nuevos conquistadores: la ret¨®rica del franquismo ha sido sustituida por la realidad econ¨®mica.
Una segunda v¨ªa de crecimiento de los bancos, por ahora oscurecida del mapa p¨²blico, ser¨ªa su penetraci¨®n en las cajas de ahorro -casi un 50% del sector financiero-, con dificultades jur¨ªdicas por la naturaleza de la propiedad. O engullendo los restos de la banca p¨²blica, aglutinados en Argentaria.
Poco queda de las f¨®rmulas de comparecencia en America Latina de las pasadas d¨¦cadas; ahora, la penetraci¨®n no se hace a trav¨¦s de la apertura de sucursales u oficinas de representaci¨®n (para depositar los ahorros de los emigrantes o facilitar las operaciones de export-import de empresas espa?olas), sino comprando bancos dom¨¦sticos. Mientras el BBV ha optado preferentemente por entrar de la mano de socios locales, el Santander ha elegido la toma de posiciones mayoritarias. La internacionalizaci¨®n cl¨¢sica era la que marcaban las empresas industriales a las que posteriormente se un¨ªan los bancos; ahora ha variado el orden de los agentes.
Esta estrategia no est¨¢ exenta de riesgos; el primero, que los dos Emilios (Ybarra y Bot¨ªn) se emborrachen de ranking y en vez de colaborar -como hacen Burt Lancaster y Kirt Douglas en la pel¨ªcula citada- compitan hasta la muerte. El segundo es la propia Am¨¦rica Latina: a pesar de que todos los analistas barruntan su papel emergente, hace tan s¨®lo 15 a?os de la crisis de la deuda externa y menos de tres a?os del efecto tequila.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.