Se sienta en el banquillo el acusado de arrojar al metro a un argelino
El juicio por las graves lesiones que sufri¨® Milud Jedari, el argelino de 25 a?os elevado a la categor¨ªa de h¨¦roe tras perder bajo las ruedas de un convoy de metro un pie y su ojo derecho en su intento de evitar que un hombre pegase a una chica, se iniciar¨¢ el lunes en la Audiencia de Madrid. El tribunal ha fijado dos d¨ªas de juicio. Manuel Neves, el portugu¨¦s acusado de empujar a Milud a la v¨ªa, se enfrenta a una petici¨®n de nueve a?os por homicidio frustrado: Milud salv¨® la vida de milagro.
La defensa del acusado reclama la absoluci¨®n: todo fue un desgraciado accidente. La acci¨®n de Milud, el 30 de abril de 1996, fue muy aplaudida por la sociedad. Durante su convalecencia en el Doce de Octubre, recibi¨® numerosas muestras de adhesi¨®n.La Embajada de Argelia pretend¨ªa actuar como acci¨®n popular en el juicio, pero la Audiencia ha rechazado tal posibilidad: no es una parte perjudicada en esta tragedia.
La vida de Milud, inmigrante ilegal con antecedentes, cambi¨® radicalmente desde entonces. El Gobierno le concedi¨® un permiso de residencia en Espa?a, varias empresas le ofrecieron un puesto de trabajo acorde con su minusval¨ªa y los galardones se sucedieron: la Comunidad de Madrid, de manos del presidente Alberto Ruiz-Gallard¨®n, le entreg¨® la medalla al M¨¦rito Ciudadano, y el Samur, un diploma al M¨¦rito Humanitario.
El tribunal que preside Jos¨¦ Luis Calvo Cabello deber¨¢ dictaminar si la ca¨ªda de Milud a las v¨ªa del suburbano, en Embajadores, justo al paso de un convoy, fue un accidente, una imprudencia, o, por el contrario, hubo intenci¨®n de acabar con la vida de Milud.
Hay varias versiones al respecto: el acusado, en una entrevista que concedi¨® a este peri¨®dico desde la c¨¢rcel en febrero de 1997, se declar¨® inocente. Seg¨²n su relato, que no comparten el fiscal ni la acusaci¨®n privada, ¨¦l fue el agredido ese d¨ªa en un bar por un grupo de nueve personas, entre las que se encontraba la chica. "Me agredieron al o¨ªrme hablar en portugu¨¦s", se?al¨®. "Luego me esperaron en la calle del bar y me rociaron un spray. Cuando finalmente me iba a casa, baj¨¦ al metro, y all¨ª me encontr¨¦ con la chica y otras tres personas. Ella, al verme, se puso a gritar. Yo tambi¨¦n grit¨¦, aunque no recuerdo si la insult¨¦. Es incierto", agreg¨® Neves, "que yo me enzarzara con la chica. Vi a un se?or que se acerc¨® a m¨ª para preguntarme qu¨¦ pasaba. Despu¨¦s apareci¨® Milud, que, al acercarse a m¨ª, resbal¨® y cay¨® a la v¨ªa". Neves admite que oy¨® el impacto, pero se?ala que no se cercior¨® de la d¨ªmensi¨®n de la tragedia porque a¨²n perduraba en sus ojos el efecto del spray. Tambi¨¦n niega que huyera del lugar: "Fui a pedir ayuda a la polic¨ªa". Lo cierto es que no volvi¨® y que los agentes tuvieron que apresarle en su vivienda. El fiscal no le cree. Es m¨¢s, sostiene que arroj¨® a Milud al metro a conciencia: hay testigos que as¨ª lo corroboran.
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