M¨¢s sobre el apellido

?Ya est¨¢! Ya ha pasado lo que todos -que no todas- tem¨ªamos. Se acaba de proponer p¨²blicamente (EL PA?S, 16 de mayo de 1997) que, puesto que la mujer sostiene y pasa fatigas por el hijo, se anteponga su apellido al del presunto var¨®n. Como quien lo propone, casualmente una mujer, dice que no es feminista, tampoco me pondr¨¦ yo en plan machista a decir que los varones sostenemos y pasamos fatigas tambi¨¦n por los hijos no s¨®lo nueve meses, sino diecinueve y hasta veintinueve a?os. No. Partir¨¦ del supuesto de que, si no iguales -?viva la peque?a diferencia!-, somos equivalentes.El nombre lo pone y antepone el que manda. Si anteponer el del var¨®n es machista, ser¨ªa hembrista, o feminista, el anteponer el de la mujer. Los apellidos compuestos -que es un poco la soluci¨®n espa?ola frente a la del m¨¢s machista gallo franc¨¦s que ella cita-, por mantener una precedencia, vemos que ya suscita reclamaciones. As¨ª pues, para sortear esta dificultad, creo que la ¨²nica soluci¨®n justa y democr¨¢tica ser¨ªa la de sortear cu¨¢l de los dos ser¨¢ el primer apellido en el primog¨¦nito, y anteponer el apellido del perdedor al segundo hijo. Y una forma sencilla de efectuar ese sorteo ser¨ªa poner al primog¨¦nito el apellido de sexo contrario al que le ha tocado en suerte al nacer. Sin duda, una soluci¨®n radical y perfecta para ¨¦ste y otros muchos problemas los dar¨ªa la clonaci¨®n, pero como esta novedad todav¨ªa resulta blasfema o malsonante para tantos nacidos a lo que salga, no voy ni a mencionarla.-