Algo m¨¢s sobre la objeci¨®n
Recientemente, dos cartas sobre la objeci¨®n de conciencia, y, m¨¢s en concreto, sobre la discriminaci¨®n en materia de vestuario que sufrimos los objetores respecto de los militares, han sido publicadas en esta secci¨®n. Y me gustar¨ªa hacer algunas matizaciones, especialmente a la carta del se?or Jos¨¦ Vicente Rodr¨ªguez, titulada Precisiones.
Por fortuna, veo que todos compartimos la indignaci¨®n ante la flagrante violaci¨®n del art¨ªculo 10 de la Ley de Objeci¨®n de Conciencia, seg¨²n el cual los objetores tenemos los mismos derechos que aquellos que realizan el servicio militar en materia de comida, sueldo y vestuario. El hecho es que el vale-cheque para la compra de ropa que el ministerio sol¨ªa dar ha sido eliminado, sin ninguna justificaci¨®n y con car¨¢cter retroactivo.
El se?or, Vicente Rodr¨ªguez apuntaba que los objetores tenemos cierta culpa en esto. Argumentaba que muchos objetores han empleado el vale "para provecho propio". Yo acabo de realizar la objeci¨®n en ANDE, como monitor de deportes, y he tenido que comprar equipamiento deportivo (ch¨¢ndal, zapatillas ... ). Como es l¨®gico, si al acabar el servicio social me hubiesen dado un vale para comprar ropa no lo hubiese gastado en otro ch¨¢ndal ni en otras zpatillas, sino en la ropa que yo estimase oportuna, para mi propio provecho. Sin embargo, si, como pasa en el servicio militar, me hubiesen dado la ropa o, en su defecto, el vale antes de iniciar mi prestaci¨®n social, s¨ª hubiese empleado este dinero para la compra del material deportivo necesario, a la vez que imprecindible, para el correcto desempe?o de mi trabajo.
Este cheque, que surgi¨® como respuesta a una situaci¨®n en la que aquellos que realizaban el servicio militar recib¨ªan toda la ropa necesaria para realizar su misi¨®n mientras que los objetores empleaban la suya propia en una labor que se deb¨ªa prestar obligatoriamente, ha sido suprimido. Y no nos enganemos: los ¨²nicos responsables son los se?ores del Ministerio de Justicia, &e no hacen sino intentar poner m¨¢s trabas a un derecho que tenemos todos los hombres, como es la objeci¨®n de conciencia.-
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