S¨®lo Madrid y Bonn militan contra los fondos al empleo
Francia siempre defendi¨® crear un Gobierno econ¨®mico de los Quince que no deje al Banco Central "en un vac¨ªo de legitimidad pol¨ªtica", record¨® ayer su nuevo ministro, Dominique Strauss-Kahn. Pero es ahora, tras la victoria socialista, cuando concreta para qu¨¦ lo quiere: para desarrollar pol¨ªticas activas de fomento del empleo. S¨®lo Espa?a y Alemania -los ¨²nicos pa¨ªses sin socialistas en el Gobierno- se oponen frontalmente a que ¨¦stas se hagan aplicando recursos financieros comunitarios.Ayer hubo "mucho entusiasmo" hacia su propuesta de lograr una mayor coordinaci¨®n de las quince pol¨ªticas econ¨®micas, relat¨® el holand¨¦s Gerrit Zalm. Los hier¨¢ticos ecofines se convirtieron tambi¨¦n, como Saulo, a la angustia del paro. "El empleo se ha abierto hueco en el Ecofin", describi¨® el comisario de Asuntos Monetarios, el franc¨¦s Yves-Thibault de Silguy. "Lo que he sugerido hoy es que los ministros de Econom¨ªa coloquen el fomento del empleo en el centro de su agenda", concluy¨® el brit¨¢nico Gordon Brown.
Brown propuso un esbozo de nuevo programa de empleo, sobre cinco puntos: fomento del crecimiento, inversi¨®n en capital humano, ayuda a los parados a encontrar empleo, culminaci¨®n del mercado interior europeo y lucha contra la exclusi¨®n. Pronto el presidente de la Comisi¨®n, Jaeques Santer, record¨® su fallido -por culpa del Ecofin- Pacto de Confianza para el Empleo.
Reforma de Maastricht
La importancia de esta discusi¨®n, algo desordenada, es doble: que se haya abierto paso en el sanctasanct¨®rum de la tecnocracia europea y que su clima influir¨¢ en el desarrollo de la reforma de Maastricht. Diplom¨¢ticos brit¨¢nicos aseguraban ayer que el Gobierno de Londres "no se opondr¨¢ ya a brazo partido" a que la Uni¨®n Europea destine fondos comunitarios, mediante "incentivos", a las pol¨ªticas activas de empleo.
S¨®lo militan en contra Madrid, porque teme que esos recursos se detraigan de otras l¨ªneas muy sustanciosas para Espa?a, como los fondos estructurales, de los que recibe seis billones de pesetas entre 1994 y 1999; y Bonn, porque teme tener que aportar m¨¢s dinero al presupuesto comunitario.
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