Bobbio se autorretrata en "la vejez ofendida"
El ¨²ltimo libro del fil¨®sof¨®, 'De senectute', recoge sus ideas sobre el declive vital
"Al no haber estado nunca en paz conmigo mismo trat¨¦ desesperadamente de estar en paz con los dem¨¢s". As¨ª resume el fil¨®sofo italiano Norberto Bobbio 87 a?os de vida. Lo hace en De senectute y otros escritos bio gr¨¢ficos, su und¨¦cimo y pen¨²ltimo libro (seg¨²n anuncia, hay otro pendiente), balance y reflexi¨®n sobre la "vejez ofendida" que fue presentado ayer por Fernando Savater, El¨ªas D¨ªaz y la traductora Esther Ben¨ªtez en el Instituto Italiano de Madrid. El libro, que pu blica Taurus, contiene una veintena de textos breves. El primero es de 1979- "hablar de s¨ª es un h¨¢bito tard¨ªo"-, pero, seg¨²n los presentadores, todos comparten "la iron¨ªa, el pesimismo y la envidiable lucidez" del pensador turin¨¦s, que excus¨® su asistencia.
"Hablar de uno mismo es un h¨¢bito de la edad tard¨ªa. Y s¨®lo en parte cabe atribuirlo a vanidad", escribe Norberto Bobbio en el pr¨®logo de De senectute, antes de explicar que los textos del libro -incluidos cuatro cap¨ªtulos in¨¦ditos- pertenecen a la "tercera fase" de su vida, "la de la reflexi¨®n, que sigue a los a?os de prueba -1940-1948- y a la monoton¨ªa de los treinta a?os -1948-1979- de rutina acad¨¦mica".Fil¨®sofo de la libertad y la tolerancia, pensador de la democracia y el derecho, adalid del antifascismo y el di¨¢logo como base de la convivencia, Norberto Bobbio escribe ",como viejo, no como profesor". El, que public¨® su primer libro hace 40 a?os, ha hablado ya tanto como ense?ante que corre el riesgo, dice, de repetirse: "Los viejos profesores est¨¢n tan enamorados de sus ideas que se sienten tentados de volver a ellas".
Se trata entonces, seg¨²n el catedr¨¢tico de la Universidad Aut¨®noma de Madrid El¨ªas D¨ªaz, "de reflexionar sobre ¨¦l mismo a partir de una chiarezza (claridad) que no cae en la trampa de hacer falsamente claro lo complejo. Porque Bobbio tiene una cosa mala: se le entiende muy bien".
Consumo y memoria
Hablar como viejo, hoy, dice Bobbio, "es hablar como octogenario". Eso le distingue, entre otros, de Cicer¨®n, que escribi¨® su De senectute en el 44 a.d.C., cuando ten¨ªa s¨®lo 62 a?os. Y de hecho, Bobbio se aleja a toda prisa de la ret¨®rica tradicional que mitifica la ancianidad: para el autor de Derecha e izquierda, "ser viejo no es bello", y los ancianos de hoy viven una "vejez ofendida, abandonada, marginada por una sociedad mucho m¨¢s preocupada por la innovaci¨®n y el consumo que por la memoria".Bobbio desprecia esos mensajes que venden "no el viejo, sino el anciano, t¨¦rmino neutra", que "parece tan campante, risue?o, feliz de estar en el mundo porque por fin puede disfrutar de un t¨®nico especialmente fortificante o de unas vacaciones especialmente atractivas". Y denuncia esa utilizaci¨®n porque "en una sociedad donde todo se compra y se vende, tambi¨¦n la vejez puede convertirse en una mercanc¨ªa como las dem¨¢s", y "el viejo se convierte en un cortejad¨ªsimo disfrutador de la sociedad de consumo, portador de nuevas demandas de mercanc¨ªas, bienvenido colaborador de la ampliaci¨®n del mercado".
Fernando Savater, director de la colecci¨®n de ensayo de Taurus, define De senectute como "la reflexi¨®n sin concesiones de hombre de intelecto que rechaza el mundo basado en el saber tecnol¨®gico. A la vez, Bobbio sabe que para los viejos pobres, iletrados, la situaci¨®n es a¨²n peor: est¨¢n abocados al alzheimer social. Por eso reclama para ellos protecci¨®n y compa?¨ªa del Estado".
"Su m¨¦rito", afirm¨® El¨ªas D¨ªaz, "es que no parece hastiado, muestra gran curiosidad por todo, y aunque se niega el consuelo de decir que la vejez es maravillosa, no se queda en el quietismo. Escribe, habla, y sigue siendo uno de los mejores ejemplos de la mejor Italia laica, la de la inteligencia y la anticorrupci¨®n. Su tragedia es que ya no puede conciliar el deseo de vivir con la p¨¦rdida de la vida".
La traductora del libro, Esther Ben¨ªtez, destac¨® que "en una ¨¦poca de sentimientos light, Bobbio sigue comprometido, antifascista, "recordando a compa?eros de viaje como Pavese o Einaudi".
?El recuerdo como escapatoria? "Lo malo de la vejez es que dura poco", escribe Bobbio. Y a?ade: "El mundo del futuro est¨¢ abierto a la imaginaci¨®n, y ya no te pertenece, el mundo del pasado es aquel donde a trav¨¦s de la remembranza te refugias en ti mismo, retornas a ti mismo, reconstruyes tu identidad. El viejo vive de recuerdos y para los recuerdos, pero su memoria se debilita d¨ªa tras d¨ªa. Y sabes que lo que ha quedado, o lo que has logrado sacar de ese pozo sin fondo, no es sino una parte infinitesimal de una parte de tu vida".
Pero hay un resquicio todav¨ªa: "No te detengas, no dejes de seguir sacando. Cada rostro, cada gesto, cada palabra, cada canto, por lejano que sea, recobrados cuando parec¨ªan perdidos para siempre, te ayudan a sobrevivir".
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