El huevo de la serpiente
Aznar afronta hoy su primer debate sobre el estado de la naci¨®n (un invento parlamentario del Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez) con el viento de cola del ciclo econ¨®mico; en cualquier caso, la contenci¨®n del d¨¦ficit, la reducci5n de la inflaci¨®n, el mayor crecimiento y la creaci¨®n de empleo son logros indiscutibles de su gesti¨®n. El abandono de los planteamientos liberales y la apuesta por el modelo socialdem¨®crata de concertaci¨®n social han proporcionado al Gobierno otros dos notables ¨¦xitos: el acuerdo con los sindicatos sobre las pensiones y la reforma laboral aprobada la semana pasada por el Congreso tras ser pactada extramuros del Parlamento por la patronal y las centrales. La renuncia al espa?olismo ret¨®rico de su programa electoral y las considerables cesiones (competenciales, econ¨®micas y simb¨®licas) a los nacionalismos catal¨¢n y vasco permiten al Gobierno contar con el apoyo parlamentario de CiU y el PNV; aunque el terrorismo contin¨²e golpeando con id¨¦ntica (o mayor) sa?a que antes, el PSOE no practica con Aznar la oposici¨®n demag¨®gica y el juego sucio que el PP aplic¨® a Gonz¨¢lez durante la anterior legislatura.Aznar tratar¨¢ de conducir el debate hacia los terrenos que le resulten m¨¢s favorables, en tanto que Gonz¨¢lez se esforzar¨¢ por echar arena en sus ¨¦xitos y por subrayar los errores y las carencias de su gesti¨®n. El clima de crispaci¨®n impuesto por el Gobierno desde comienzos de 1997 no puede sino empa?ar los aciertos de su pol¨ªtica econ¨®mica y laboral en un efecto de boomerang seguramente no previsto por los astutos estrategas que decidieron seguir el consejo maquiaveliano seg¨²n el cual resulta preferible ser temido a ser amado cuando el destino obliga al gobernante a elegir entre los t¨¦rminos de ese inc¨®modo dilema. Los editorialistas, columnistas y tertulianos a las ¨®rdenes del PP han mostrado un gran alborozo ante los gestos de autoridad teatralizados por Aznar durante las ¨²ltimos meses: desde la imposici¨®n al Parlamento de leyes inconstitucionales con la ayuda de Anguita hasta el tr¨¢gala del nuevo fiscal jefe de la Audiencia Nacional, pasando por el uso ileg¨ªtimo de la Agencia Tributar¨ªa para perseguir a ex altos cargos socialistas y el nombramiento de un servicial comisario al frente de los medios estatales de comunicaci¨®n audiovisual. Esa nostalgia period¨ªstica por los sargentos no hace sino sacar a flote pulsiones antidemocr¨¢ticas reprimidas durante a?os; m¨¢s inquietante resulta la complacencia de Aznar al verse reflejado en ese espejo medi¨¢tico que transmuta al uomo qualumque y pol¨ªtico gris de la campa?a electoral en el hombre del saco y cirujano de hierro del poder.
Los valores c¨ªvicos compartidos son el soporte de los sistemas pluralistas: su deterioro amenaza la supervivencia de la democracia. No se trata s¨®lo de que el PP se identifique monopolistamente con el inter¨¦s general, el Estado y la naci¨®n, ni que patrimonialice de forma excluyente los resultados de los esfuerzos colectivos; adem¨¢s, el Gobierno popular ha empezado a interpretar las cr¨ªticas a. su presidente como una se?al diab¨®lica de comportarnientos antipatri¨®ticos, primer paso para enviar a los discrepantes a las tinieblas de la Anti-Espa?a. Todav¨ªa m¨¢s inquietante resulta la utilizaci¨®n partidista de las instituciones del Estado para destruir a la oposici¨®n pol¨ªtica y para amedrentar a la sociedad civil: la viabilidad de la alternancia democr¨¢tica y la libertad de expresi¨®n son los principales blancos de esos abusos de poder.
Ya advirti¨® Maquiavelo sobre los riesgos de que- el temor suscitado por El pr¨ªncipe provoque el rencor de sus s¨²bditos; cuando el gobernante act¨²a movido por el odio, termina inocul¨¢ndolo a la sociedad entera: los espa?oles tienen suficiente experiencia hist¨®rica para conocer la facilidad y la rapidez con que se incuba el huevo de la serpiente de los conflictos cainitas.
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