Dos espa?oles ajenos a las modas
Joan Brossa, que a sus cerca de 80 a?os no hab¨ªa pisado nunca Venecia, no se dej¨® impresionar ayer por la ciudad de los canales, cuando lleg¨® a visitar la exposici¨®n que, junto a Carmen Calvo, protagoniza en el pabell¨®n de Espa?a. "No he tenido sorpresas, porque la conoc¨ªa. Tenga en cuenta que yo soy un simpatizante de Italia, que he visto mucho cine italiano, y que me interesa mucho Leopoldo Fr¨¦goli". Venecia es tambi¨¦n la ciudad de Tiziano y Tintoretto. "Tambi¨¦n, pero a m¨ª me interesa mucho Fr¨¦goli", insiste Brossa. "Fr¨¦goli", explica, "fue un gran transformista. Muri¨® en 1929. Cuando todav¨ªa no exist¨ªa el cine, representaba ¨¦l solo obras de teatro de hasta 14 personajes, saliendo y entrando continuamente en escena, cambi¨¢ndose de trajes sin perder el ritmo".Brossa recorre despacio el pabell¨®n acompa?ado por la comisaria, Victoria Combal¨ªa. Observa sus 36 objetos colocados en urnas con gran iron¨ªa, y pide m¨¢s escarabajos para la pared en la que ha representado su alegor¨ªa de un mundo ideal. Luego, visita las salas laterales donde se encuentran las 21 pizarras con objetos, los tres grandes cuadros negros de Carmen Calvo, y la habitaci¨®n llena de objetos que ¨¦sta ha denominado Conversaci¨®n. Al final, abraza a la joven colega.
"Me lo ha dicho mucha gente...", dice ella. "?Qu¨¦?" "Que eres un genio". "Un mal genio", r¨ªe ¨¦l. "Que vamos muy bien juntos", concluye Carmen Calvo. La exposici¨®n espa?ola encaja bien en la direcci¨®n marcada por el responsable de esta Bienal, Germano Celant. Las obras de Calvo son formalmente conceptuales, aunque puedan llegar a ser abigarradas. Las de Brossa, mucho menos conocido en el extranjero que en Espa?a, se corresponden con el movimiento del arte pobre, pero respiran un surrealismo que explota en la bella mesa dispuesta para un comensal con un garrote vil como silla, o en las tres sillas vacantes frente a partituras sobre las que, en vez de instrumentos, reposan tres metralletas.
"Yo no soy un hijo del arte pobre ni derivo de ¨¦l", dice el artista, "pero se puede utilizar todo. Como se hizo con el surrealismo, que naci¨® con la misi¨®n de entrar en el subconsciente saltando por encima de la cultura, y luego fue aplicado a lo general, a la pol¨ªtica. Son elementos".
"Yo no me voy a encasillar como conceptual ni como ninguna otra cosa. Eso que lo hagan los otros", precisa Carmen Calvo. "En realidad, creo que lo que m¨¢s tenemos en com¨²n es que somos dos personas que nunca hemos estado de moda, ni yo quiero estarlo".
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