Manglano expuls¨® a Perote del Cesid despu¨¦s de investigarlo por corrupci¨®n y tr¨¢fico de influencias

La sustracci¨®n de los papeles del Cesid, por la que el Tribunal Militar Central est¨¢ juzgando al coronel Juan Alberto Perote, no se en tiende sin conocer una parte de la historia hasta ahora in¨¦dita: la raz¨®n por la cual el jefe de la Agrupaci¨®n Operativa fue expulsado del servicio secreto en noviembre de 1991. El origen del caso est¨¢ en la investigaci¨®n interna por corrupci¨®n y tr¨¢fico de influencias a que fue sometido Perote entre abril y agosto de aquel a?o. Pese al resultado de la investigaci¨®n, Manglano prefiri¨® evitar el esc¨¢ndalo y esperar cuatro meses a que Perote ascendiera a coronel para encubrir su despido.

En abril de 1991, Manglano orden¨® la apertura de una investigaci¨®n interna sobre la conducta de quien era hasta ese momento uno de sus hombres de m¨¢xima confianza, Juan Alberto Perote, jefe de la poderosa Agrupaci¨®n Operativa de Misiones Especiales (AOME) desde enero de 1983, para verificar las denuncias que hab¨ªa recibido sobre corrupci¨®n y tr¨¢fico de influencias.La investigaci¨®n se prolong¨® durante tres meses y medio, hasta agosto de ese a?o, e incluy¨® la intervenci¨®n del tel¨¦fono oficial de Perote y una auditor¨ªa, previa a su disoluci¨®n, de Codeyco, la empresa pantalla del Cesid que depend¨ªa del jefe de la AOME.

La primera sorpresa que se llevaron los auditores fue comprobar que Codeyco, una firma de material electr¨®nico creada por el Cesid en mayo de 1982 con dos millones de pesetas, se hab¨ªa convertido en propiedad particular de Perote. En efecto, en enero de 1989, tras sucesivas ampliaciones de capital, Perote pas¨® a ser accionista mayoritario de Codeyco, en la que figuraba con su nombre real, lo que invalidaba a la empresa para su objetivo original: utilizarla como cobertura para operaciones del centro.

Perote coloc¨® como contable de Codeyco a su m¨¢s estrecho colaborador, el comandante Jos¨¦ Enr¨ªquez de la Torre, con quien har¨ªa negocios privados tras la expulsi¨®n de ambos del Cesid, y contrat¨® como administradora a su propia hermana, Ana Mar¨ªa, que lleg¨® a vender a la empresa muebles de su domicilio.

La auditor¨ªa determin¨® que Codeyco carec¨ªa de balances contables desde 1985 y que los registros inform¨¢ticos correspondientes a los a?os 1987 y 1988 hab¨ªan sido deliberadamente borrados. Las numerosas irregularidades descubiertas motivaron la realizaci¨®n de cuatro informes sucesivos y demoraron la liquidaci¨®n definitiva de la empresa hasta febrero de 1992.

En concreto, se detectaron gastos sin justificar por valor de 22,6 millones de pesetas, de los que dos millones correspond¨ªan a la devoluci¨®n de un supuesto pr¨¦stamo personal de Perote a la empresa que nunca se lleg¨® a acreditar. M¨¢s oscura a¨²n era la situaci¨®n de la Caja B de Codeyco, alimentada con las ventas de material al propio Cesid.

Los auditores se quejaron de la ausencia de documentaci¨®n de los gastos realizados con cargo a dicha Caja B, que ingres¨® m¨¢s de 60 millones entre 1986 y 1990, ya que faltaban muchos recibos y otros iban firmados s¨®lo con nombres de pila. Se da la circunstancia, adem¨¢s, de que los productos vendidos por Codeyco al Cesid eran hasta un 30% m¨¢s caros que los de mercado.

A ello se sumaban otras irregularidades menores, incluido el uso por parte de Perote de la tarjeta de cr¨¦dito de la empresa (por un importe superior a 500.000 pesetas) para gastos particulares, como compras en una boutique.

Finalmente, cuando Manglano orden¨® disolver Codeyco, Perote encarg¨® una valoraci¨®n de la empresa a la consultora Euro Apraisal, propiedad de su amigo Javier Abasolo, quien cobr¨® 800.000 pesetas por el estudio, e intent¨® venderla a un hermano de su subordinado Francisco Hortal por cinco millones, una cantidad muy inferior a la que obtuvo el Cesid liquid¨¢ndola.

El caso Codeyco no fue, sin embargo, el ¨²nico motivo de la expulsi¨®n. La investigaci¨®n concluy¨® que Perote hab¨ªa realizado tr¨¢fico de influencias en favor de varias empresas, entre ellas Tecmil S A, suministradora del Cesid, de la que era accionista su hermano Jos¨¦ Antonio.

Tambi¨¦n se le acus¨® de haber favorecido a la firma Frades S A, otra suministradora del centro, de la que supuestamente cobraba comisiones y a la que puso en contacto con un alto cargo de la Direcci¨®n de Armamento y Material del Ministerio de Defensa. Finalmente, se le reproch¨® el uso de personal e instalaciones del servicio secreto en favor de la empresa Autom¨®viles Redondo S L, de la que Perote era uno de los propietarios, aunque utilizaba como testaferro a un t¨ªo suyo ya jubilado.

Todas estas irregularidades, junto al ritmo de vida de Perote y a sus cuantiosos gastos (como la compra de un chal¨¦ por 18 millones y la aportaci¨®n de 15 millones a Autom¨®viles Redondo), llevaron a Manglano a expulsarle del Cesid. No obstante, para evitar el esc¨¢ndalo, no le abri¨® expediente, sino que esper¨® cuatro meses, hasta que ascendi¨® a coronel en noviembre de 1991, para prescindir de sus servicios.