El 'pico' m¨¢s dif¨ªcil
El cerco a los poblados obliga a los heroin¨®manos a ansiosas esperas para conseguir droga
?"Qu¨¦ pretenden, qu¨¦ acabemos todos enmonados?". Decenas de toxic¨®manos repiten esta frase desde que, hace d¨ªas, comenzase el cerco policial. El trapicheo contin¨²a, pese a la vigilancia, pero con m¨¢s dificultades.Desde el pasado fin de semana conseguir una papelina en los tradicionales supermercados de droga de Torregrosa (Usera), La Celsa (Puente de Vallecas), Los Pitufos (Vallecas Villa) o Jauja (Cerro de la Mica) es cuesti¨®n de aguardar durante horas a que los agentes se despisten, se marchen o rebajen la vigilancia. Todo en medio de los nervios y la ansiedad que provoca la espera de la ansiada dosis. Y sin m¨¢s alternativas asistenciales de las que ya exist¨ªan antes de aumentar la presi¨®n policial.
Cura a cuentagotas
El jueves, en Torregrosa, s¨®lo unos pocos drogodependientes visitaron la furgoneta de M¨¦dicos del Mundo que intercambia jeringuillas y ofrece apoyo social. Lo normal es que en dos horas esta unidad m¨®vil atienda a decenas de toxic¨®manos, pero estos d¨ªas llegan con cuentagotas y presas del agobio y la indignaci¨®n. "Nos lo est¨¢n poniendo imposible sin ofrecernos alternativas", comentaba un grupo de escu¨¢lidos j¨®venes. Junto a ellos, en una furgoneta, aguardaban otros tres drogodependientes. "Habr¨¢ gente que d¨¦ palos para consumir, pero nosotros tenemos trabajo y no da?amos a nadie, s¨®lo a nuestro cuerpo. ?sto s¨®lo favorece a los traficantes que venden lo peor y m¨¢s caro porque ven que no puedes m¨¢s", aseguraban.En la parada del autob¨²s 130 de la EMT, un veh¨ªculo que pasa junto a La Celsa, Torregrosa y Los Pitufos, otro drogodependiente repite las mismas quejas. "Con esta situaci¨®n estas todo el d¨ªa como un loco para pillar la misma dosis que antes lograbas s¨®lo con venir a uno de estos sitios", aseguraba.
"Esto s¨®lo va a traer violencia, porque la gente que tenga dificultades en burlar el cerco policial para comprar su dosis ser¨¢ capaz de apu?alar a otro para robarle la suya", matiza.
En La Celsa la situaci¨®n es similar. "Aqu¨ª la vigilancia aument¨® hace ya semanas", explican unas chicas sentadas a la expectativa. "Yo el otro d¨ªa tuve que ir a Boetticher [una antigua f¨¢brica de Villaverde convertida en un s¨®rdido gueto habitado por toxic¨®manas e inmigrantes africanos marginados], pero all¨ª lo que venden es muy malo", afirma una de ellas. "A veces hay polic¨ªas que cuando te dan el alto y les explicas que vas a pillar te dicen que esperes un poco porque en diez minutos se van, yo creo que ellos mismos saben que as¨ª no podemos seguir y que as¨ª no se acaba con la droga", concluyen.
Sequ¨ªa de 'caballo'
En este panorama de sequ¨ªa el poblado Los Pitufos, es uno de los m¨¢s concurridos. Como esta barriada est¨¢ en medio del p¨¢ramo de Vallecas Villa el control policial tiene m¨¢s fisuras. Los toxic¨®manos se arremolinan en sus alrededores, en coche, de pie o desvanecidos."Cuando cambian la guardia conseguimos entrar, ellos mismos nos dicen: 'Hala, ya pod¨¦is pasar'. Y es incre¨ªble ver a decenas de personas entrando en tromba a comprar". La espera es aprovechada por algunos para vender tranquilizantes a los m¨¢s ansiosos. "Nos est¨¢n machacando", insisten.
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