Los "bravos '¨¦quipiers" del 32
El socio m¨¢s veterano del Real Madrid recuerda a los jugadores que lograron la primera Liga hace 65 a?os
"iA esperar al Madrid! Esta noche, en el r¨¢pido de Barcelona, que tiene su entrada en la estaci¨®n de Atocha a las diez menos cinco de la noche, llegan los bravos ¨¦quipiers que han ganado por y para Madrid. ?Por afecto, por gratitud, madrile?os, esta noche todos a la estaci¨®n de Atocha. Por el Madrid y para Madrid, hip, hip, hip!". Este apasionado llamamiento lo hac¨ªa el diario Informaciones el lunes 4 de abril de 1932. El d¨ªa anterior, el Real Madrid, hab¨ªa ganado la Liga por primera vez, con 28 puntos, tras haber empatado a dos goles con el club blaugrana en el estadio barcelon¨¦s. Era el tercer campeonato de la Liga, en el que s¨®lo participaron diez equipos, y el club de Chamart¨ªn hab¨ªa sido derrotado los dos a?os anteriores por sus grandes rivales, el Barcelona y el Athletic de Bilbao. En ninguna primera p¨¢gina de los rotativos se habl¨® del triunfo.Los peri¨®dicos llamaron al ¨²ltimo partido "el match de los altavoces". A la misma hora se disputaba en Santander el partido entre el Racing y el Athletic de Bilbao, que a¨²n manten¨ªa la esperanza de alcanzar el t¨ªtulo, y cada 15 minutos los altavoces del estadio barcelon¨¦s informaban sobre la situaci¨®n del marcador. Gan¨® el equipo de casa y los bilba¨ªnos se quedaron con el segundo puesto.
Los periodistas utilizaban los t¨¦rminos ingleses del balompi¨¦: match (partido), goals (goles), chut (tiro), ¨¦quipiers (jugadores), off side (fuera de juego).
El equipo blanco cerr¨® con su victoria una campana apote¨®sica. De los 18 partidos disputados hab¨ªa ganado diez y empatado ocho, marc¨® 37 goals y encaj¨® 15. Ninguna derrota. Era presidente del club Luis Usera Cugallal y entrenador, el h¨²ngaro Lippo Ertza. Los protagonistas de la haza?a fueron el m¨ªtico Ricardo Zamora, Ciriaco, Quincoces, Prats, Esparza, Leoncito, Lazcano, Regueiro, Olivares, Olaso e Hilario. La estrella de la temporada fue Zamora, por quien el Real Madrid hab¨ªa pagado una cifra escandalosa para la ¨¦poca: 150.000 pesetas.
Los viejos rotativos publican las fotograf¨ªas del multitudinario recibimiento que los madrile?os les brindaron aquella noche de hace 65 a?os. Veinticuatro horas despu¨¦s, el alcalde, Pedro Rico L¨®pez, dio la bienvenida a los jugadores en el Ayuntamiento de la capital. Como recompensa, recibieron 15 d¨ªas de descanso. Todos aquellos ¨¦quipiers han muerto. Los dos ¨²ltimos no hace demasiado tiempo: Antonio Le¨®n, Leoncito, falleci¨® en 1995 y Quincoces, que puso un almac¨¦n de materiales de construcci¨®n en Valencia, hace menos de un mes. Pero s¨ª viven algunos de quienes les conocieron.
Julio Mart¨ªnez, de 86 a?os, un jubilado de Campsa, se hizo socio del Real Madrid a mediados de los a?os veinte, cuando era tan s¨®lo un adolescente. A pesar de la oposici¨®n de su padre se dedic¨® a seguir a su equipos all¨¢ donde jugara, en Espa?a y fuera del pa¨ªs. Conoci¨® de cerca a los jugadores y entabl¨® con la mayor¨ªa una estrecha amistad que mantuvo hasta el final. "En aquella ¨¦poca, los aficionados y los futbolistas coincid¨ªamos muchas veces en el tren. Viajaban en primera clase, y nosotros, en tercera. Pero era muy f¨¢cil hablar con ellos porque era gente sencilla, no tan mitificados como ahora", dice.
Julio no asisti¨® al encuentro del 32, pero recuerda las oleadas m¨¢s importantes del Madrid, como los 23 tantos a 0 a Los Agustinos, en El Escorial en 1941. Su entusiasmo estuvo a punto de costarle el trabajo. En 1946, fue expedientado en Campsa por dejar el puesto para viajar a Barcelona a asistir al encuentro entre el Madrid y el Valencia. Sus jefes no se hubieran enterado si su foto no hubiera aparecido en la portada de Abc aupando al hist¨®rico Ipi?a con el trofeo conseguido.
"Antes, los t¨ªtulos se celebraban a la salida del campo y nada m¨¢s. No exist¨ªa la costumbre de acercarse a la Cibeles. Como mucho, nos ¨ªbamos a las pe?as y lo celebr¨¢bamos con vino", recuerda, "yo conservo a¨²n un bal¨®n lleno de vino con el que festejamos el triunfo de la Liga del 54, en la pe?a del club de la calle de la Victoria".
Mart¨ªnez le ha prometido al actual presidente, Lorenzo Sanz, regalarle el bal¨®n con los a?ejos 50 litros de vino para el museo del club.
Antonio Le¨®n, Leoncito, fue su mejor amigo. Viv¨ªa muy cerca de ¨¦l, en el barrio de Salamanca, y se ve¨ªan con frecuencia. "Era una buena persona y siempre pod¨ªas contar con su ayuda. Trabajaba de acomodador en el Universal Cinema, en Manuel Becerra, y me comentaba lo distinto que hubiera sido jugar ahora, con esos sueldos millonarios, pero creo que nunca se hubiera cambiado por ninguno".
Con el tiempo, los jugadores siguieron distintos aunque nunca dejaron de verse y ayudarse. Julio cuenta que Jaime Lazcano era due?o del colegio Ap¨®stol Santiago, donde coloc¨® a algunos compa?eros. Olivares trabaj¨® en la compa?¨ªa de seguros La Sudam¨¦rica, y Esparza puso un bar en la madrile?a calle de la Cruz, donde se reun¨ªan viejos futbolistas para jugar al domin¨®.
La viuda de Antonio Le¨®n, Margarita de la Casa, de 77 anos, no puede evitar las l¨¢grimas al recordar a su marido. "La mayor alegr¨ªa de su vida fue el triunfo del 32 y la mayor tristeza cuando perdieron en Inglaterra 5-0." "Jugando al f¨²tbol no se ganaba tanto dinero como ahora", a?ade, "pero se pod¨ªa vivir bien. Le¨®n era tan generoso que los veranos, con el dinero que le daba el equipo, se llevaba a toda la familia de vacaciones y a algunos vecinos con apuros econ¨®micos. A sus hermanos les regal¨® un taxi a cada uno".
Julio asegura que la violencia del f¨²tbol es cosa de ahora. Sin embargo, los ¨¢rbitros, a juzgar por lo que cuentan los peri¨®dicos, no se libraban de las iras de la afici¨®n. La Final de 1932 la arbitr¨® el se?or Insausti. Durante el encuentro recibi¨® entre otros regalos papeles, mondas de naranjas y alguna piedra por haber anulado un gol al Barcelona por off side y no pitar un empuj¨®n de Quincoces al barcelonista Arocha. Tambi¨¦n saltaron al campo de Las Corts algunos espectadores.
Los dos goles que dieron el empate al Madrid los marcaron Lazcano y Regueiro. El p¨²blico., en cualquier caso, al finalizar el encuentro, aplaudi¨® a los dos equipos enfrentados.
Julio, padre de seis hijos, lleva festejando la victoria de la 27? Liga del Real Madrid hace ya varias semanas. No ha tenido ning¨²n momento de duda. Su ¨²nica pena es el disgusto que le dio su hijo ?ngel Luis cuando, al abandonar la casa paterna para casarse, se dio de baja como en el club.
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