El jefe de Seguridad del Cesid advirti¨® en julio de 1994 a Manglano sobre los negocios de Perote
El entonces jefe del departamento de Seguridad del Cesid, Juan del R¨ªo Mart¨ªn, Rivera,elev¨® en julio de 1994 un informe al director general, Emilio Alonso Manglano, en el que le advert¨ªa del riesgo que entra?aba la conducta del ex responsable de la Agrupaci¨®n Operativa Juan Alberto Perote. El informe alertaba, sobre la creaci¨®n de un entramado de empresas de espionaje privado, con participaci¨®n de antiguos agentes del Cesid, y sobre los m¨²ltiples contactos de Perote con miembros en activo del servicio secreto. Fue la ¨²ltima se?al de alarma antes del estalllido del caso Perote, en la primavera de 1995.
El Cesid manten¨ªa de forma permanente una operaci¨®n, conocida con el nombre en clave de Somosierra, cuyo objetivo era seguir los pasos de los agentes que dejaban el servicio secreto.Esta actuaci¨®n, de car¨¢cter casi rutinario, sirvi¨® en 1994 para detectar que el coronel Juan Alberto Perote, expulsado en noviembre de 1991 tras una investigaci¨®n interna por corrupci¨®n y tr¨¢fico de influencias, estaba creando un entramado de empresas dedicadas al espionaje privado con la participaci¨®n de ex agentes del Cesid.
La noticia caus¨® alarma en el centro, que en esos momentos atravesaba su primera crisis tras destaparse la red de escuchas ilegales montada por antiguos agentes del Cesid en tomo al diario barcelon¨¦s La Vanguardia.
Se daba adem¨¢s la coincidencia de que una de las personas relacionadas con la trama de Perote era precisamente el coronel Fernando Rodr¨ªguez Gonz¨¢lez, Romeo, uno de los condenados en el caso La Vanguardia.
El coronel Rivera, jefe de Seguridad del servicio secreto, elev¨® en julio de 1994 un primer informe a Manglano. Seg¨²n personas que han tenido acceso al documento, en el mismo daba cuenta de los negocios de Perote y del riesgo que supon¨ªan para el Cesid, especialmente si el centro aparec¨ªa vinculado a las actividades de su antiguo directivo.
Segundo informe en 1995
En mayo de 1995, Rivera remiti¨® un segundo informe a Manglano, mucho m¨¢s amplio y documentando que el anterior, pero ya era tarde: para esa fecha, Perote hab¨ªa sellado su alianza con el ex banquero Mario Conde, quien llevaba m¨¢s de dos meses amenazando al Gobierno socialista con las microfichas sustra¨ªdas al Cesid por el coronel.Los citados informes, seg¨²n las fuentes consultadas, daban cuenta de la trama empresarial de Perote, de la que ya inform¨® EL PA?S el pasado 7 de octubre. En efecto, el coronel, contratado como asesor de seguridad por la compa?¨ªa p¨²blica Repsol, mont¨® su propia empresa Z. P. A., de la que es administrador ¨²nico.
A trav¨¦s de Z. P. A., Perote mantuvo intensas relaciones comerciales con Check-In, la firma del ex polic¨ªa Francisco ?lvarez, procesado por el. caso GAL, a la que Perote subcontrat¨® parte de una investigaci¨®n sobre contrabando de gas¨®leo y otra de tabaco, encargadas por Repsol y Tabacalera respectivamente.
Perote tambi¨¦n facilit¨® contratos, a cambio del cobro de una comisi¨®n, a Argos 3.000, propiedad de dos agentes expulsados del Cesid, el comandante Jos¨¦ Enr¨ªquez de la Torre y el cabo de la Guardia Civil Rafael Molero Dorado, que utilizaba a su esposa como testaferro.
Enr¨ªquez de la Torre fue el contable de Codeyco, la empresa pantalla del Cesid cuyas irregularidades provocaron la expulsi¨®n de Perote. Molero Dorado trabaj¨® a las ¨®rdenes del coronel como agente de la Agrupaci¨®n Operativa de Misiones Especiales (AOME). El guardia civil contaba adem¨¢s con una empresa propia, la Compa?¨ªa Econ¨®mica y Representativa, dedicada a la "investigaci¨®n cient¨ªfica".
Tanto Enr¨ªquez como Molero realizaron declaraciones favorables a Perote en los sumarios en los que est¨¢ imputado; el primero, ante el juez militar, y el segundo, ante la juez de Madrid que investiga la escuchas del Cesid.
Otros ex agentes relacionados empresarialmente con Perote son Francisco Hortal, antiguo subordinado del coronel y socio suyo en Codeyco, propietario de la firma Ratelco; y Jes¨²s Reina Godoy, due?o de Rego Seguridad. El entramado conocido de Perote se completa con Urgarri, de cuya administraci¨®n se hizo cargo en 1995 sustituyendo en el cargo al hijo del coronel Fernando Rodr¨ªguez, Romeo.
Tambi¨¦n han trabajado para Perote, aunque no pertenecieron al Cesid, el ex guardia civil Jos¨¦ Mar¨ªa Vel¨¢zquez Soriano, uno de los testigos de la acusaci¨®n en los sumarios sobre el caso GAL, y el detective privado Jos¨¦ Ram¨®n Eiroa. Este ¨²ltimo, poseedor de un aut¨¦ntico arsenal de armamento, fue uno de los m¨¢s asiduos visitantes de Perote durante su estancia en prisi¨®n.
El papel de Eiroa ha sido especialmente activo a lo largo del juicio que hoy concluye en el Tribunal Militar Central. Con media decena de hombres, que los periodistas confund¨ªan con agentes del Cesid, ha controlado los accesos actuando como jefe de la guardia pretoriana del coronel. Pero no ha sido su ¨²nica labor: el 22 de noviembre pasado, un periodista de EL PA?S que informa sobre el caso Perote fue espiado desde un veh¨ªculo matr¨ªcula M-5187-NJ. Su propietario es Eiroa.
Respecto al tipo de trabajos a los que se dedicaba la trama empresarial del coronel, el comandante Jos¨¦ Manuel Navarro Benavente ha explicado que en 1993 Perote le mostr¨® un esc¨¢ner barredor de frecuencias, con el que interceptar llamadas de tel¨¦fonos m¨®viles, y le pidi¨® que hiciese para ¨¦l la misma tarea que realizaba en el Gabinete de Escuchas del Cesid. El comandante rehus¨® la oferta. Cuando salt¨® el esc¨¢ndalo de las escuchas del Cesid, en junio de 1995, Perote intent¨® p¨²blicamente culpar a Navarro Benavente de haber filtrado la noticia al diario El Mundo.
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